La versión actualizada mantiene la robustez y la amplitud de su predecesor, además de una mecánica híbrida de 150 CV y tracción total para ganar en polivalencia.
Desde este mismo mes de febrero, los clientes de la marca pueden adquirir o transformar su Outback en un vehículo alimentado por gasolina y Gas Licuado de Petróleo.
Tiene todas las ventajas de un compacto y de la etiqueta Cero de la DGT, pero cuesta bastante más que las versiones térmicas, el peso es mayor y el maletero es más pequeño.
La versión más potente, con 120 caballos e hibridación ligera, se muestra equilibrado en carretera y además “esquiva” limitaciones en ciudad gracias a su etiqueta “Eco”.
La tecnología basada en Gas Natural Comprimido y la híbrida enchufable se posicionan como alternativas eficientes y útiles en el tránsito a la electrificación total.