Tanta Europa
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Sánchez lanza a Ribera a Bruselas como apuesta para mantener viva la lucha climática mientras la UE se prepara para la guerra

  • La vicepresidenta tercera saldrá del Gobierno para encabezar la lista del PSOE a las europeas y, de allí, ir a la Comisión Europea.
  • El PSOE ve la excepción ibérica o la reforma eléctrica como puntos a favor de una ministra que chocó con Planas por el agua o la caza. 
  • Ha pactado con barones del PP recuperar Doñana, el Mar Menor y la Albufera frente al rechazo de Feijóo a la ley europea de Restauración de la Naturaleza.
  • Teresa Ribera será la candidata del PSOE a las elecciones europeas
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, este martes en el Senado.
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en el Senado en una imagen de archivo
Carlos Luján
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, este martes en el Senado.

El Comité Federal del PSOE refrendará este sábado la elección por parte de Pedro Sánchez de su vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para encabezar su lista a las elecciones europeas del 9 de junio. Los socialistas designan así a una figura reconocida internacionalmente en políticas climática y con un peso europeo asentado durante la crisis energética. Ribera era la candidata 'natural' aunque no siempre estuvo claro que fuera a ser ella. Ahora, afrontará una campaña electoral para defender que la UE debe continuar con su Agenda Verde frente a las reticencias de sectores energéticos y agrícolas y a los tambores de guerra que suenan en la UE, para evitar que la preocupación creciente para estar bien pertrechada en el actual ambiente bélico deje a un segundo plano seguir luchando contra el cambio climático. El Parlamento Europeo no será la última parada de Ribera. Una vez que se constituya en julio la nueva Eurocámara, llegará el turno de renovar la Comisión Europea, donde la todavía vicepresidenta tercera ocupará el sillón que le corresponde a España.

Dice el principio de la ‘navaja de Ockham’, también llamado ley de la parsimonia, que la explicación más sencilla suele ser la correcta y algo así ha sucedido al PSOE con su candidatura a las elecciones europeas. Ribera, que en 2022 encabezó la clasificación del influyente periódico Politico de líderes "visionarios" por su apoyo a la Agenda Verde, se ha ganado el reconocimiento en Bruselas en estos años de negociaciones cruciales y complicadas para afrontar la crisis de precios de la energía y tuvo su particular broche de oro cerrando importantes asuntos energéticos y climáticos como presidenta del Consejo de Energía y Medio Ambiente durante la Presidencia española. Sin embargo, la decisión se ha hecho esperar. Durante meses, Ribera capeó las preguntas sobre su posible salto a Bruselas con poco entusiasmo, poniendo mucho más el acento sobre todo en su "agenda" dentro del Gobierno. "Yo quiero decir muy honestamente que soy muy patriota y muy española y el desempeño de esta función en el Gobierno es para mí un inmenso honor, con mis compañeros, mi agenda y mi presidente", decía, como para descartarse, el pasado mes de enero.

Ante este panorama, el PSOE guardaba silencio en público mientras aparecían otros nombres, como el ministro de Agricultura, Luis Planas, y hasta el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El actual vicepresidente de la Comisión y Alto Representante de la UE, Josep Borrell, fue la opción con más peso en ausencia de Ribera, pero renuncia pública hace dos semanas, cuando dejó claro que no dejaría el cargo de Alto Representante para encabezar la lista del PSOE, devolvió a la vicepresidenta al primer plano.

Ribera pasó de subrayar su apego a seguir en el Gobierno a prometer ser "un activo importante" en la campaña europea y a insistir en el Pacto Verde y a la necesidad de que la Comisión cuente con gente "muy solvente y comprometida" para continuar el camino hacia la descarbonización, la transición energética y la protección de la naturaleza que inició la Comisión Von der Leyen. Dentro de una carrera ya imparable, en declaraciones tras el último Consejo Europeo, Sánchez situó a su vicepresidenta tercera en el grupo de exmiembros de su Gobierno que marcharon a responsabilidades europeas, junto con Borrell y la exvicepresidenta Nadia Calviño, hoy presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). 

Incógnita sobre su tirón electoral

Este sábado se acabarán definitivamente las quinielas y Ribera será confirmada cabeza de lista del PSOE a las europeas, en una apuesta que tiene a favor su solvencia y reconocimiento en Bruselas pero que supone toda una incógnita sobre su tirón electoral, habida cuenta de que en España su gestión ha levantado ampollas en el sector primario, que se ha visto amenazado por su apuesta por alinear la producción agrícola en un país con cada vez menos agua por el cambio climático, y colectivos en la España despoblada por su furor renovable, matizado solo en los últimos meses, en favor de que el despliegue de plantas fotovoltaica, eólicas y eólica marina garantice contrapartidas para las comunidades locales.

El despliegue renovable por el territorio, el agua para la agricultura, la caza o el lobo han sido motivos del enfrentamiento más sostenido de Ribera a lo largo de los años con otro miembro del Gobierno, con el ministro de Agricultura, que ha defendido posiciones más comedidas o directamente en defensa del sector primario frente a las de Ribera, calificada de "dogmática" en el PP o entre las eléctricas, otro sector cuyos choques con la vicepresidenta han sido sonados, por el recorte de sus beneficios en la crisis energética o el impuesto que ahora el Gobierno querría hacer permanente. Planas intentó sin éxito excluir los cultivos de regadíos del despliegue renovable y ha sido más sensible a las demandas de los regantes en un momento en el que la escasez de agua por la sequía y el cambio climático llevó a Ribera a fijar caudales ecológicos en los trasvases. El ministro de Agricultura ha sido más consciente de los daños que el lobo supone para la ganadería, mientras que Ribera ha insistido en mantener la máxima protección a este depredador.

La designación de Ribera para ser candidata a las europeas abre otras incógnitas, como qué papel ocupará después en la Comisión Europea, si España logrará conservar una de las vicepresidencias en manos de Borrell en los últimos años o cuál será el poder efectivo de la cartera que ocupará Ribera, se supone en el ámbito de la política climática. 

Siguiendo con las incógnitas y dado que la vicepresidenta dejará su escaño europeo, también cobra especial relevancia quién será su número dos en la lista electoral, porque será la cabeza visible de la delegación del PSOE en la Eurocámara durante la legislatura. Salvo por la falta de conocimiento entre el electorado, la actual jefa de las filas socialistas, Iratxe García, volverá a formar parte de la candidatura de los socialistas.

El precio de la luz

El PSOE cuenta en el haber de Ribera su papel 'peleón' en Bruselas durante la crisis energética de 2022, que llevó los precios del gas y la electricidad a máximos históricos. De la misma manera que puso el grito en el cielo ante la idea de Alemania de fijar un tope de precio al gas por encima de los máximos alcanzados en plena crisis y que, por tanto, no se aplicaría nunca, formó parte del acuerdo histórico para poner el umbral en 180 euros. Antes, el PSOE la considera 'madre' del mecanismo ibérico que España y Portugal tuvieron que pelear durante meses ante otros gobiernos y la Comisión para 'desacoplar' el precio del gas del de la energía que generan otras tecnologías más baratas. Aunque hubo que pagar millonarias compensaciones a los productores de electricidad con gas, esta herramienta sirvió para contener el precio de la electricidad en lo peor de la crisis.

Últimamente, Sánchez también le atribuye la reforma del mercado europeo de la electricidad que España pidió antes de que la Comisión Europea se atreviera siquiera a cambiar el status quo y a pesar de que el resultado final dista bastante de la propuesta inicial que hizo Ribera, de un mercado mucho más regulado del resultante. No separará definitivamente el precio del gas de toda la electricidad pero sí producirá precios más estables gracias a que se fomentan los contratos de largo plazo.

Ribera llegará a Bruselas en los próximos meses en un escenario opuesto a la crisis de precios, en el que el problema que empiezan a detectar gobiernos e inversores son precios demasiado bajos como para que las renovables sean una actividad rentable. También tendrá ante sí como comisaria coordinar las ingentes inversiones que los países tienen que hacer en redes eléctricas y bregar desde un sillón supuestamente neutral con la energía nuclear, totalmente integrada en los planes de inversión para descarbonizar la UE frente a su defensa en España de mantener el calendario de cierre del parque nuclear.

Doñana o la Albufera y la restauración de la naturaleza

Por otra parte, la candidatura de Ribera puede poner también el acento  la contradicción del PP por lo que respecta a una de las leyes europeas más polémicas de la legislatura del Parlamento Europeo. El partido que preside Alberto Núñez Feijóo se opone a ella mientras sus barones en Andalucía, Comunitat Valenciana y Murcia han firmado en los últimos tiempos acuerdos con Ribera precisamente para recuperar los ecosistemas de Doñana, la Albufera valenciana y el Mar Menor.

La Ley de Restauración de la Naturaleza, que obliga a los gobiernos europeos a recuperar al menos el 30% de sus ecosistemas en mal estado para 2030, ha sido una de las leyes más controvertidas de la legislatura europea que ahora termina y seguirá coleando. La defienden Ribera y los socialistas y salió adelante en el Parlamento Europeo con muchas dificultades y por un voto muy ajustado en el que el PP y Vox se unieron al 'no'. Sin embargo, la norma se frustró en el último momento debido al Consejo. Allí, los gobiernos de la UE solo lograron el año pasado una posición común a cambio de descafeinar la propuesta inicial y hace unas semanas quedó anulada después de que hasta ocho países retiraran su apoyo a última hora, semanas después de que los tractores llegaran al centro de ciudades como Bruselas y a pocos meses de las elecciones europeas. A este movimiento no se sumó España, a pesar de que solo unos días antes el PP volvió a exigir al Gobierno que también la dejara caer en el Consejo porque "pone en riesgo la sostenibilidad del medio rural español y su sistema alimentario".

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