Navarro (DGT): de admitir el "peligro" de las vías secundarias a afirmar que los peajes en autovías no elevarán el riesgo

  • Entre 2007 y 2019, el propio director de Tráfico advirtió del peligro de circular por carreteras convencionales.
  • Ahora, en contra del criterio de los expertos, rechaza que vaya a haber un trasvase de conductores a vías secundarias.
Pere Navarro habla sobre cómo afecto la crisis a la DGT
Pere Navarro, director de la DGT.
EP
Pere Navarro habla sobre cómo afecto la crisis a la DGT

El Gobierno central se ha visto envuelto en otra polémica por su intención de imponer peajes en las autovías y autopistas a partir del año 2024. La medida, recogida en el Plan de Recuperación pactado con la Unión Europea a cambio de los fondos comunitarios, ha generado intensas críticas de los expertos porque podría conllevar un aumento de la siniestralidad vial en el país.

El motivo, como explicó Gema Sánchez, delegada de Stop Accidentes Madrid, a 20Minutos, algunos conductores podrían verse obligados a emplear las vías secundarias, mucho más peligrosas y con un mayor índice de mortalidad. Estas carreteras suponen el 75% de los fallecidos en viales interurbanos en los últimos años de acuerdo con los datos oficiales de la DGT.

Entre los años 2013 –primer año con estadísticas desglosadas por tipo de vía para todo el Estado– y 2019 –último ejercicio antes del parón impuesto por la pandemia–, se produjeron la mitad de accidentes en autopistas y en autovías que en carreteras secundarias. En ese período hubo 83.184 siniestros en autopistas y autovías. En las carreteras interurbanas, mientras tanto, se produjeron 173.263 accidentes, más del doble. En ese tiempo fallecieron 2.155 personas en autopistas (545) y autovías (1.610) y 6.735 en las otras vías, la suma asciende a 6.735.

De esta peligrosidad advirtió en el pasado el propio director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro. En 2019 aseguró en el Heraldo de Aragón que, en esa autonomía, "el 75% de los accidentes se producen en vías secundarias". "La diferencia es sensible, porque las autovías tienen un doble sentido; las convencionales dan muchos más problemas y por eso registran una mayor siniestralidad", reconoció. Además, ya en 2007, en su primer mandato al frente de la DGT, alertó en el Diario Sur que las vías convencionales "son más peligrosas y hay que circular con precaución" porque ya entonces era "constante" que la mayoría de víctimas mortales en accidentes de tráfico se diesen en carreteras secundarias.

Sin embargo, una vez que el Gobierno parece haber apostado por una medida que lleva años queriendo impulsar Navarro, resta importancia al estado de las carreteras secundarias, pues ahora sostiene que los conductores no irán por esos viales. En la comisión de Interior que tuvo lugar en el Senado el pasado 5 de mayo, Navarro dijo que "no le preocupaba" que el tráfico se fuese a carreteras convencionales porque "nadie se va a meter a hacer un viaje largo por carretera convencional, porque el viaje largo se hace por autovía o autopista".

"La carretera convencional es para un viaje de media o corta distancia, no para hacer un viaje. Nadie con sentido común lo hará, con lo cual, no nos preocupa el trasvase de tráfico de las carreteras de alta capacidad, autovías y autopistas, a las carreteras convencionales", añadió.

Cabe destacar que incluso el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, admitió el pasado lunes la alta cifra de siniestralidad que se produce en vías interurbanas. En la presentación de la reducción a 30 kilómetros por horas el pasado lunes en Valladolid, admitió que el 70% de los accidentes se producían en carreteras secundarias. 

La recaudación, el otro argumento de Navarro

Para Navarro, el otro gran argumento que hace necesaria la implantación de peajes en autovías y autopistas a partir de 2024 es la recaudación. Ya intentó que fructificase en su anterior etapa al frente de la DGT, bajo los dos Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), el impuesto que ahora vuelve al debate público. "Todo gratis para todo no puede ser", dijo hace once años, cuando aseguró que se debía abrir la búsqueda de algún mecanismo que lograse que "el que más usa la autovía" hiciera "algún tipo de aportación". 

Esta vez, en cambio, ha ido un paso más allá, al asegurar que una "pobre abuelita" no puede "pagar el mantenimiento de las carreteras de alta velocidad". "No podemos cargar a los presupuestos del Estado la conservación y mantenimiento de autopistas y autovías y hacer que la pobre abuelita que cobra una pensión, que no tiene ni coche, esté pagando la conservación y el mantenimiento de las carteras de alta velocidad", dijo el pasado 7 de mayo.

El Gobierno dice que deberá haber consenso

La intención, comunicada a la Unión Europea, de imponer peajes ha levantado una polémica que el Ejecutivo trata ahora de aplacar. Este martes le ha tocado al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, que ha intentado frenar las críticas asegurando que el Gobierno sólo quiere "abrir el debate" y que si no hay consenso, la medida no saldrá adelante

No obstante, el Ejecutivo sigue defendiendo, aunque es cierto que con mayor o menor tibieza según el ministro que hable, la medida. Este lunes, la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, dijo que el "un pago por uso" de las autovías "no es un impuesto" y que "23 países de la UE ya la aplican". Si España quiere ser "homologable" en la calidad de su Estado de bienestar a la media europea, "no podemos decir a todo que sí menos a lo que implica un esfuerzo, porque entenderá lo que nos responden [los socios europeos]", agregó.

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