Primeras consultas en las farmacias de clientes que quieren dexometasona: cuesta de 4 a 19 euros... con receta

El interior de una farmacia
El interior de una farmacia
Marta Fernández Jara - Europa Press
El interior de una farmacia

Ni la hidroxicloroquina ni el remdesivir. Ha sido la dexametasona el fármaco que, desde este martes, ha ocupado las portadas de los medios de todo el mundo, después de que un estudio de la Universidad de Oxford revelase que puede ayudar a salvar vidas de pacientes graves de COVID-19. El anuncio de un medicamento que permite reducir la mortalidad del coronavirus, uno de los más esperados en todo el planeta, ha sido acogido con optimismo por parte de los farmacéuticos, pero también con cierta "precaución".

Ante el revuelo generado por este fármaco, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha recordado que la utilización de este medicamento, que ha demostrado eficacia para reducir hasta en un tercio la mortalidad en pacientes con COVID-19 hospitalizados con ventilación mecánica, "no está recomendada para la población general sin causa justificada" y necesita receta.

Por el momento, estos profesionales no han percibido que, tras la noticia, los ciudadanos hayan acudido a interesarse en gran medida por las propiedades de este medicamento o por la posibilidad de adquirirlo, aunque algunos de ellos no dudan que lo harán. Es el caso de María Sosa, farmacéutica, que tiene claro que en los próximos días la gente se acercará a las boticas a preguntar y asegura que algunos colegas ya han recibido algunas consultas. Por eso, apela a la "precaución" y a confiar en el criterio de los médicos.

Otros farmacéuticos, como Belén Plaza, no cree que este anuncio vaya a tener una gran repercusión en su día a día y cuestiona que pueda llevar a la población a informarse de forma significativa sobre la dexametasona. "No creo que venga la gente a preguntar. Parece que la situación se ha estabilizado y la gente mira hacia adelante. Habrá que ver qué ocurre de cara al otoño", dice.

Esta movilización de la población ya fue "limitada" con otros medicamentos que se perfilaron como posible respuesta al coronavirus, como la hidroxicloroquina, explican. "Vinieron unas tres personas preguntando por ella, no más" dice otra boticaria de Madrid, que prefiere no dar su nombre. Asimismo, la gente acudió preocupada por las posibles contraindicaciones del ibuprofeno, pero estas consultas terminaron hace tiempo, matizan.

Imprescindible la receta

El mensaje de estas profesionales es claro y coincide con el del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCF): imposible conseguir la dexametasona sin receta. "No es posible adquirir este medicamento sin ella, como en el caso de cualquier otro corticoide", explica Sosa. 

En este sentido, recalcan que debe ser el médico quien prescriba la dexametasona al paciente y solo en ese caso se le proporcionará en la farmacia. 

Además, insiste Sosa, es necesario trasladar a los ciudadanos la información de que la dexametasona solo ha mostrado eficacia en los pacientes más graves y no ha demostrado beneficio clínico en aquellos con síntomas leves. 

En este mensaje incide el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que recalca que se estima que la dexametasona podría evitar la muerte de 1 de cada 8 pacientes con ventilación mecánica y 1 de cada 25 pacientes que requieren oxígeno. Sin embargo, apuntan, no se ha identificado ningún beneficio significativo entre aquellos pacientes que no necesitaban asistencia respiratoria.

Antiinflamatorio e inmunosupresor

Respecto a su aplicación, la dexametasona es un corticosteroide antiinflamatorio e inmunosupresor que se emplea desde 1960 para tratar ciertos trastornos de la piel (dermatitis, soriasis...), el asma grave aguda o la artritis, entre otros. También se emplea para combatir algunos efectos secundarios de la quimioterapia, como las náuseas o los vómitos.

Respecto a los efectos secundarios, no son comunes, pero pueden llegar a presentarse, en forma de vómitos, mareos, insomnio, depresión o ansiedad.  

Un fármaco barato y de fácil acceso

La dexametasona se comercializa tanto en comprimidos de 1, 4, 8, 20 y 40 miligramos, como en ampollas inyectables; si bien estas últimas solo se recetan cuando es posible su aplicación en un centro sanitario, explica Sosa. 

Más allá del genérico, la dexametasona solo se comercializa bajo el nombre de Fortecortín y resulta bastante económico: la caja de 30 comprimidos de 1 miligramo cuesta algo más de 4 euros, la de 4 miligramos asciende a 10 euros y la de 8 miligramos alcanza los 19 euros. 

Las dosis requeridas dependen del tipo y gravedad de la enfermedad, así como de la respuesta individual del paciente al tratamiento, aunque suelen oscilar entre los 0,5 y los 10 miligramos diarios

En el caso de los pacientes con coronavirus, la dexametasona resulta barata. "El tratamiento consta de diez días y cuesta unas 5 libras (5,5 euros) por paciente. Así que esencialmente cuesta 35 libras (38 euros) salvar una vida", explicó el martes Martin Landray, uno de los científicos involucrados en el estudio de la Universidad de Oxford.

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