La covid también es persistente en los menores: la mayoría son niños sanos que sufrieron infección leve o asintomática

Los niños y adolescentes en contacto con Covid presentan más problemas de depresión y ansiedad, según un estudio
Los niños y adolescentes en contacto con Covid presentan más problemas de depresión y ansiedad, según un estudio.
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Los niños y adolescentes en contacto con Covid presentan más problemas de depresión y ansiedad, según un estudio
A sus 15 años, Enia ha evolucionado a peor tras infectarse de coronavirus. 
Atlas

Desde el inicio de la pandemia, 1,8 millones de personas de hasta 19 años se han contagiado de covid-19 en España, donde el total de casos asciende a 9,3 millones de ciudadanos. Se calcula que entre el 10 y el 16 por ciento de las personas infectadas desarrollan la definida como covid persistente, una enfermedad que se diagnostica a quien, con antecedentes de infección por coronavirus, sigue presentando síntomas que no se explican con otro diagnóstico entre tres y doce meses después de la resolución del cuadro agudo. 

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En menores es más infrecuente que en adultos, pero también existe. El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) creó en diciembre de 2020 una unidad pionera en España dedicada en exclusiva a la atención de menores con covid persistente. Desde entonces han valorado a 150 pacientes y actualmente en seguimiento tienen a 130.

La coordinadora de esta unidad y jefa de Pediatría del 'Can Ruti' (como se conoce popularmente el citado hospital), Maria Méndez, explica a 20minutos que el perfil de estos pacientes lo conforman "en su mayoría, niños sanos que han tenido una infección leve o incluso asintomática". La experta agrega que la duración de los síntomas es muy variable y, como mínimo, para que se considere covid persistente, la evolución ha de ser de doce semanas. "Hay chavales que a los cuatro meses mejoran y otros que les cuesta más. Hay algún caso que viene de la primera ola que todavía no ha recuperado su actividad normal", asegura.

En cuanto a las posibles diferencias por sexo, la doctora apunta que en su consulta han registrado un "ligero predominio" de las chicas, que representan el aproximadamente 60% del total de los pacientes. La edad media se sitúa en los 14 años. El riesgo de padecer covid persistente disminuye en función de la edad, por lo que Méndez insiste en que la mayoría de sus pacientes se encuentran ya en la adolescencia.

Coincide con esta descripción la aportada por la responsable de enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, la doctora Marisa Navarro. Por este centro madrileño, que no dispone de unidad específica de covid persistente y atiende a estos pacientes a través del servicio de enfermedades infecciosas, han pasado pocos casos y sobre todo al principio de la pandemia. La especialista señala que la covid persistente está descrita en torno al 2 y al 14% en niños, pero que en el Gregorio Marañón las cifras que manejan se acercan más al dos por ciento del total de pacientes pediátricos con covid.

Ocurre sobre todo a partir de los 12 años, en la adolescencia, cuando ya son capaces de verbalizar los síntomas

La mayoría de estos han sido, como en el Germans Trias i Pujol, adolescentes a partir de los 12 o 13 años "que ya son capaces de verbalizar lo que les pasa y de contarte que tienen una jaqueca o cefalea que persiste en el tiempo". Otros cuentan que sufren "pérdida del gusto", lo cual "les ocasiona incomodidad porque a esas edades tienen los sentidos muy desarrollados". Por debajo de esa edad son más difíciles de detectar "porque no lo cuentan. Los niños son muy duros y, a no ser que estés muy encima y hagas una encuesta de síntomas, no lo llegas a encontrar. También depende mucho de las familias, las hay que están muy pendientes", señala la pediatra Navarro. 

Síntomas más frecuentes

El cansancio y el dolor de cabeza son los síntomas más veces descritos. La doctora Méndez expone que, si bien son muy variados, los más frecuentes son la fatiga, tanto física como mental. Esta segunda es la referida como 'niebla mental', que causa "problemas de concentración, atención y memoria". En cuanto a la fatiga física, esta ocasiona incapacidad para realizar actividades que podían llevar a cabo previamente como por ejemplo deporte, extraescolares "o incluso ir al colegio".

Otros síntomas vistos con frecuencia con la cefalea, la sensación de ahogo, taquicardia, palpitaciones o dolor de barriga. Preguntada por los más graves, la también pediatra infectóloga de la Asociación Española de Pediatría (AEP) cita que "lo peor es la fatiga y el dolor de cabeza, que a veces cuestan bastante de quitar con los tratamientos habituales". Un paracetamol no es eficaz en estos casos, que "no son exactamente migrañas", continúa Méndez, sino un "dolor de cabeza opresivo y muy constante".

El cansancio, el dolor de cabeza, la niebla mental y las palpitaciones son los síntomas más veces descritos

Los mismos menciona su colega del Gregorio Marañón: "Cansancio, opresión torácica, palpitaciones, cefalea..." 

No obstante, Marisa Navarro, expone que más que el covid persistente, "lo que más están acusando los adolescentes es no poder hacer su vida normal ni relacionarse con sus amigos o familiares, lo cual afecta al desarrollo personal en estas edades", señala. Esto está derivando, subraya, en "mucha problemática de salud mental: cuadros de ansiedad, depresión, intentos autolíticos. Esto, a veces, es un reflejo del covid persistente". La infectóloga pediátrica explica que la covid persistente repercute en la salud mental porque el cansancio prolongado "deja huella". Aunque hay casos en los que ambas líneas se cruzan, hay que descartar siempre que el paciente no sufre otra patología sistémica.

Causas inciertas

Las causas del covid persistente aún no están claramente elucidadas. "No es que el virus persista en el organismo. Se ha buscado mucho en sangre y tejidos y no se ha encontrado. Las PCR salen negativas. En el covid persistente de muchos meses lo que ocurre es que el sistema inmune se ha estimulado y ha producido una inflamación que es difícil de controlar", cuenta la infectóloga del Gregorio Marañón.

Su colega catalana coincide: "Por desgracia, no se sabe. Hay muchas teorías e investigaciones abiertas. Una de ella es que el virus permanezca en el cuerpo, pero nadie ha demostrado que pueda haber persistencia viral y, en cambio, sí que ya hay algún dato que apoya la teoría de que hay una respuesta inmune alterada que puede causar un patrón de inflamación persistente. Pero la causa exacta todavía no se sabe", afirma Méndez.

Esta respuesta inmune alterada ocurre también tras sufrir otras patologías o infecciones diferentes a la covid, como por ejemplo la enfermedad de Lyme o el virus de Epstein Barr, que pueden causar en algunas personas cuadros de fatiga crónica.

En el hospital 'Can Ruti' hay varias líneas de investigación abiertas. "Estamos recogiendo muestras de plasma de chicos con covid persistente y de chicos sin covid persistente para compararlas y ver si podemos dar con la causa", añade Méndez.

Vacunación

El 54% de los menores de 5 a 11 años en España ya ha recibido al menos una dosis de la vacuna pediátrica de la covid, según el informe de este jueves del Ministerio de Sanidad. Marisa Navarro lo recomienda no solo para protegerse de la infección grave y la muerte, sino también para evitar que el virus, que causa una infección sistémica, provoque una reacción en el organismo que desencadene otras patologías como también puede ser la diabetes. "Ya lo dicen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU, en una persona son predisposición de diabetes, el covid puede desencadenar su aparición", anota.

Respecto al grupo de 12 a 19 años, para quienes el suero de Pfizer se aprobó antes, son el 86,1% ya los que han recibido las dos dosis. "Ahora que los adolescentes están mayormente vacunados, pensamos que la proporción con 'longcovid' va a disminuir e incluso desaparecer, tenemos esa esperanza. La vacunación de los más pequeños va un poco más lenta. El riesgo de covid persistente es menor a menor edad", aporta Méndez.

Niebla mental

En España, uno de los mayores expertos en covid persistente es el doctor Joan Soriano, epidemiólogo del servicio de Neumología del Hospital de La Princesa de Madrid y uno de participantes en el proceso Delphi que, dirigido desde Ginebra por el Comité Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaboró la primera definición de covid persistente, recogida en la revista Lancet Infectious Diseases.

"La covid persistente es más infrecuente en niños, aunque si aparece produce unos efectos muy perjudiciales"

En La Princesa no hay servicio de pediatría, pero por su consulta de post-covid, ubicada en el servicio de neumología y creada en julio de 2020, ya han atendido a más de 700 pacientes, todos mayores de 18 años. En España se estima que puede haber entre 400.000 y 800.000 personas con covid persistente. "Sin embargo, en la literatura médica se acepta que la covid persistente es más infrecuente en niños, aunque si aparece, produce unos efectos muy perjudiciales para el niño o adolescente y sus familias, sobre todo cuando se asocia a niebla mental. Y no pueden ni asistir al colegio, ni siquiera jugar", advierte. 

Sobre las causas, el doctor Soriano también asegura que son "desconocidas", pero ya se han postulado hasta siete mecanismos diferentes. El neumólogo cita, entre ellas, "la persistencia del virus en reservorios del intestino o el sistema nervioso central; las microtrombosis; los efectos de la cascada inflamatoria; la autoinmunidad; el síndrome neurovegetativo autónomo o disautonomía; o las alteraciones en órganos específicos".

"Infrecuente y, principalmente, de corta duración"

Según un reciente estudio realizado por investigadoras danesas, el covid persistente en niños en "infrecuente" y de "corta duración". Tras analizar a 37.522 niños de 0–17 años con antecedente de infección y comparar los resultados con un grupo de control de 78.037 menores (todos recibieron un cuestionario entre marzo y mayo de 2021), observaron que era "común" que los síntomas se prolongaran más de cuatro semanas en ambos grupos, sin embargo, entre los menores de 6 a 17 años con antecedente de infección por coronavirus eran un 0,8% más frecuentes que en el grupo de control sin antecedente de covid. 

"En la mayoría de los menores con 'longcovid' los síntomas se resolvieron en entre uno y cinco meses", concluye el equipo. Los síntomas más frecuentemente reportados fueron cansancio, pérdida del gusto y el olfato, mareos, debilidad muscular, dolor en el pecho y dificultad para respirar. Estos síntomas, afirma la investigación, "no pueden asignarse a secuelas psicológicas de las restricciones sociales". Otros síntomas como la dificultad de concentración y dolor de cabeza o dolor en las articulaciones, así como vómitos, "no son síntomas de la 'longcovid'", agregan.

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