¿Qué ministros le sobran a Sánchez?

De izq. a dcha, Laya, Calvo, Duque y Escrivá
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De izq. a dcha, Laya, Calvo, Duque y Escrivá

Se presentó en sociedad hace ya 16 meses como el segundo gobierno más numeroso de la historia democrática de España. Un presidente, cuatro vicepresidentes y 18 ministros. La amplitud del Consejo de Ministros ha sido una anomalía en el panorama europeo, pero Sánchez lo valoró como un gran acierto de gestión. “Habrá muchas voces para una sola palabra”, prometió cuando presentó en sociedad al Gobierno de los 23 en enero de 2020. En verano de 2021 ya ha constatado que su Ejecutivo está siendo lo contrario y afronta su primera gran remodelación de gobierno.

Pero, ¿por dónde recortar? Sánchez sabe que tiene ministros que le dan graves problemas (su vicepresidenta primera, Carmen Calvo; el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá; el de Interior, Fernando Grande-Marlaska y la de Exteriores, Arancha González-Laya principalmente); otros que no le dan problemas, pero que se han demostrado en la práctica ineficaces y sin apenas capacidad política (la vicepresidenta Teresa Ribera, el ministro de Ciencia, Pedro Duque; la de Industria, Reyes Maroto; y el de Universidades, Manuel Castells).

Después están los ministros sobre los que no tiene dudas y que, aunque hayan generado polémicas, sí están dando el resultado esperado (la vicepresidenta económica, Nadia Calviño; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro de Fomento, José Luis Ábalos; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la de Educación, Isabel Celáa, el de Justicia, Juan Carlos Campo, y el Agricultura, Luis Planas). 

También hay otros dos ministros que llevan poco tiempo en su cargo. Aunque con balance dispar, ambos tienen garantizado continuar en esos ministerios. En Sanidad, Carolina Darias no estaría a la altura de las expectativas que tenía el Gobierno en ella. En cuanto a Miquel Iceta en Política Territorial, ni desde el Gobierno ni desde el partido se han trasladado quejas y parece que ha desatascado parte de la gestión política del Ministerio.

Es tan grande el Consejo de Ministros que aún no están todos citados. Queda parte de la cuota Podemos: la vicepresidenta Yolanda Díaz, y los ministros Alberto Garzón, Ione Belarra e Irene Montero. Sobre el futuro de estos cuatro, decidirán exclusivamente Díaz y Belarra.

Los cambios

En las consolidaciones de Ministerios, diferentes fuentes socialistas dan por seguro que se amortizarán o fusionarán al menos los ministerios de Ciencia y el de Universidades. El departamento que hasta ahora dirige Pedro Duque podría acabar encuadrado en el ministerio de Reyes Maroto (Industria). En cuanto a Universidades, podría volver a Educación. También se valora la fusión de Ciencia y Universidades.

Duque es, con Escrivá, uno de los ministros más cuestionados dentro del PSOE federal. Su problemas han sido ciertos agravios territoriales en repartos de ayudas y subvenciones, dando cierta deferencia a cargos de municipios controlados por el PP sobre los del PSOE. Tampoco han sabido acompasar su discurso al tiempo político (en este caso Escrivá y su “excesiva sinceridad” en determinados momentos al hablar de pensiones y los ERTE). Ambos han cometido varios errores políticos, aunque su gestión sí está entre las de los mejores ministerios. Está por ver si Sánchez decidirá primar la parte política o la técnica de su paso por sendos Ministerios.

Duque y Escrivá han cometido varios errores políticos, aunque su gestión sí está entre las de los mejores ministerios

En cuanto a Duque, se une además que él mismo no tendría demasiado interés en continuar, según han trasladado de forma recurrente fuentes del Ejecutivo.

La posible salida de Escrivá sería sin embargo incompatible con los rumores que se han lanzado contra la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño. Un sector del PSOE y del Gobierno la quieren fuera. En este caso, argumentan que ella misma se quiere ir y que ya se ha postulado abiertamente para varios puestos internacionales. Sin embargo, Sánchez no puede sustituirla fácilmente. Calviño, junto a Escrivá, son los dos únicos ministros de Sánchez que tienen credibilidad económica ante la Unión Europea. Un posible cese de ambos podría tener consecuencias relevantes bastante negativas si no se reemplazan por profesionales que tengan también el plácet y reconocimiento de la UE. Sí es posible la salida de uno de ellos, pero siempre incorporando a un perfil de alto funcionario en su lugar.

Después está el caso de José Luis Ábalos. Todo apunta a que dejará de ser el secretario de Organización del PSOE, pero según explicaron hace semanas varias fuentes del Ejecutivo, esa decisión es plenamente independiente de que siga dentro del Gobierno y llevando la cartera de Fomento. En el partido se le critica que se haya plegado ante Iván Redondo y no haya dado determinadas batallas importantes ante decisiones del Gabinete del Presidente que han llevado a la situación actual. Sin embargo, esta crítica interna está acompañada por un reconocimiento (junto a María Jesús Montero) de que siempre han trabajado a favor del Gobierno y del partido. Desde el PSOE valoran que Ábalos y Montero han sido los únicos ministros que ha pensado también en los intereses de las estructuras territoriales del partido y no solo en los marcados por el Gabinete de Sánchez al encarar la gestión de sus Ministerios.

El único miembro del Gabinete que sí ha sabido mantener el pulso con Redondo y su círculo de influencia ha sido Calvo

El único miembro del Gabinete que sí ha sabido mantener el pulso con Redondo y su círculo de influencia ha sido Carmen Calvo, desde su función de vicepresidenta primera. Aunque hay bastantes rumores sobre su sustitución (sería al estilo de la de María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta con Rodríguez Zapatero que salió del puesto para acomodarse en el Consejo de Estado), el movimiento es de los más complicados. En primer lugar, porque es la ministra que se ha decidido que asuma el desgaste de los indultos y de la ‘Mesa de Diálogo’ con Cataluña. Aunque es posible, nada indica que Sánchez vaya a prescindir de ella si la crisis llegase antes de afrontar estas dos decisiones políticas.

Además, está la circunstancia de que Calvo es vicepresidenta primera, un puesto muy delicado de cubrir. En primer lugar, Sánchez no valora poner a un hombre en ese puesto. Por tanto, dentro del actual Gobierno, esa función solo la podrían asumir Teresa Ribera, María Jesús Montero o, con muchas dudas, Nadia Calviño.

De todos los miembros de Gobierno, además de Duque, González-Laya es la persona que más opciones tiene de salir del Ejecutivo. Hay mucho malestar con su gestión, dentro del PSOE y del Ejecutivo. Su decisión de ceder ante Argelia para acoger al líder del frente de Polisario tuvo la oposición del ministro Marlaska y de la ministra Robles. De hecho, algunas fuentes aseguran que el plan de Laya era que Ghali (al que permitió aterrizar en el base militar de Zaragoza) fuese tratado en el hospital militar de la capital aragonesa. Esas fuentes aseguran que Robles abortó la segunda parte del intento de Laya (su estancia en un hospital militar habría puesto en un compromiso a todas las fuerzas armadas españolas frente a Marruecos). Por esta circunstancia, Ghali acabó de forma bastante improvisada en un hospital público de Logroño.

Pero el desliz diplomático de Laya dando excusas a Marruecos para enfrentarse a España no ha sido el único. Tampoco ha conseguido que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dé una mínima atención a España, algo que era muy relevante para el Gabinete de Sánchez.

Por último, está el caso de Fernando Grande-Marlaska. Desde el PSOE se habla recurrentemente de su salida de Interior. Desde Moncloa sin embargo no hay alusiones a su nombre y su figura. En el caso de Marlaska, a la complejidad de cubrir el puesto de ministro del Interior hay que añadir la de su propia figura pública. Marlaska fue hasta 2017 presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Aunque muchos descartan que diese el paso de volver a la judicatura, su regreso a medio plazo es una posibilidad que, a no ser que Sánchez le ofreciese otro cargo difícil de rechazar, genera cierta intranquilidad en algunos sectores.

Pese a las reticencias que muchos ministros generan en el partido y en el propio gobierno (solo habría ocho titulares de cartera que cuentan con todas las confianzas), es seguro que Sánchez mantendrá a muchos más de la mitad en sus puestos. Su primer Gobierno ha sido el que más ministros ha tenido en el siglo XXI y el que ha contado con más Vicepresidencias en la historia. Ahora toca esperar para conocer qué récords batirá con su segundo Ejecutivo.

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