El west highland white terrier, coloquialmente rebautizado como westie, y cuya traducción literal significa ‘terrier blanco de las Tierras Altas del oeste’, tiene su origen en Escocia. En sus inicios, esta raza no se distinguía de las otras razas terriers escoceses de patas cortas, como el cairn terrier, el dandie dinmont, el scottish o el skye terrier. Sin embargo, con el tiempo, cada variedad fue criada de forma separada, hasta constituir razas independientes.
El desarrollo del westie está estrechamente vinculado a la familia Malcolm de Poltalloch. Según una leyenda no confirmada, el coronel y décimo sexto laird, Edward Donald Malcolm (1837-1930), decidió concentrar sus esfuerzos en criar perros de caza exclusivamente de color blanco después de que uno de sus perros terrier escocés de color rojo falleciera al ser confundido con un zorro y disparado por otro cazador. La conexión entre la raza y la familia Malcolm fue tan fuerte que inicialmente fueron conocidos como Poltalloch terrier.
La raza fue reconocida por el Kennel Club Escocés en 1872 y en 1905, Malcolm de Poltalloch fundó el primer club de la raza, aún en activo, y rebautizó la raza como white west highland terrier. En 1906, se formó un segundo club de la raza bajo las directrices de El Kennel Club inglés, que decidió renombrar a la raza como west highland white terrier, nombre que ha perdurado desde entonces.
En 1907, el westie hizo su primera aparición en la exposición canina de Crufts, y en 1909, llegaron los primeros ejemplares a Estados Unidos. Desde entonces, su apariencia apenas ha cambiado, y la raza ha gozado de gran aceptación tanto en competencias caninas como en miles de hogares en todo el mundo.
Seguros de sí mismos, inteligentes y sociables
Los primeros west highland white terriers desarrollados por la familia Malcolm eran perros de trabajo destinados a cazar ratas, zorros, nutrias y tejones en terrenos escarpados, lo que requería que fueran perros valientes, robustos, ágiles y resistentes. Aunque en la actualidad la raza rara vez se utiliza para este propósito, las características iniciales que le hacían tan valioso para la caza son ahora muy apreciadas en el ámbito familiar y casero.
Se trata de perros de naturaleza risueña y alegre, muy tolerante con niños de todas las edades y con personas desconocidas. Afectuosos y juguetones, se consideran una raza muy familiar que disfruta pasando tiempo con sus seres queridos y los seguirá a todas partes.
Con otros perros, los westies pueden mostrar cierta territorialidad, por lo que se recomienda una socialización temprana. Su origen como raza terrier de caza significa que tienen una personalidad terca, lo que hace que el adiestramiento y la educación requieran paciencia y constancia.
Para mantener su equilibrio emocional, necesitan un entorno que les brinde actividad física y estimulación ambiental. Si no se les proporciona adecuadamente, pueden desarrollar comportamientos destructivos y problemas de ansiedad.
El mantenimiento de su pelaje, doble y de longitud media, exige mucha dedicación, algo que se debe valorar a la hora de convivir con un westie. Necesitan cepillados semanales y visitas regulares a una peluquería canina con conocimientos en la técnica de stripping profesional.
Para ampliar información sobre la raza, se puede acudir al Club Español de Terriers donde podrán asesorar y facilitar los contactos con criadores oficiales y que trabajen bajo criterios de bienestar animal. También se puede consultar con el club original escocés fundado por el coronel Malcom, The West Highland White Terrier Club.
En el caso de optar por la adopción, existen alternativas como Adopta Westy España, una red de difusión donde se alerta de westies y sus cruces que buscan un hogar.
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