Así es el sloughi, uno de los lebreles de origen africano, reservado y elegante

  • El sloughi recibe numerosos nombres: galgo bereber, uskay, y saluki marroquí.
El estándar del sloughi recoge que se admiten todos los colores desde el arena claro hasta el arena rojo, con o sin máscara negra, manto negro, atigrado o sombreado.
El estándar del sloughi recoge que se admiten todos los colores desde el arena claro hasta el arena rojo, con o sin máscara negra, manto negro, atigrado o sombreado.
20minutos
El estándar del sloughi recoge que se admiten todos los colores desde el arena claro hasta el arena rojo, con o sin máscara negra, manto negro, atigrado o sombreado.

El sloughi tiene raíces que se remontan a los perros representados en pinturas rupestres del Neolítico argelino y en numerosas tumbas y jeroglíficos de Egipto que representaban a un perro de anatomía muy similar: altos, delgados, con orejas triangulares caídas y un rabo largo de movimiento firme. Endémico del norte de África, el sloughi ha sido criado y apreciado por bereberes y beduinos en Marruecos, Argelia, Túnez y Libia por sus habilidades de caza y protección.

Ágiles y veloces, estos perros pueden alcanzar hasta 85 kilómetros por hora, adaptándose mejor a terrenos escarpados que a áreas bajas y planas. Su presencia fuera del norte de África se dio a conocer en el siglo XIX, cuando los exploradores europeos describieron los perros de Marruecos. Los primeros especímenes introducidos en Europa fueron traídos por el pintor Auguste Le Gras.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y una epidemia de rabia, el número de sloughis se redujo drásticamente en ambos continentes, pero tras finalizar el conflicto bélico se iniciaron programas para recuperar la raza. En esta tarea tuvieron mucho que ver los entusiastas de la raza en Europa, ya que a Estados Unidos no llegarían hasta el año 1973 cuando se importó el primer ejemplar.

Pese a esto, sigue siendo una raza relativamente infrecuente fuera de sus países de origen, donde aún siguen siendo numerosos. Los concursos de caza y de morfología con sloughis (pronunciado 'slu-guis') en Marruecos reúnen a docenas de cazadores y criadores cada año.

Cariñosos con su guía pero distantes con los demás

El sloughi no es un perro adecuado para cualquier hogar ni cualquier ambiente. Requieren una socialización concienzuda desde temprana edad para habituarlos a desconocidos, niños y a otros perros.

Si reciben la educación adecuada, son perros extremadamente cariñosos y equilibrados, que tienden a elegir y vincularse con un miembro familiar por encima de los otros. Son descritos como sensibles y su entrenamiento debe ser gradual y siempre basado en el refuerzo positivo.

Por otro lado, los sloughis necesitan un nivel elevado de actividad diaria para mantenerse saludables y satisfechos psicológicamente. Si no se les proporciona suficiente ejercicio, especialmente en entornos urbanos, pueden manifestar comportamientos destructivos y sufrir de ansiedad.

El mantenimiento de su pelo, liso, corto y pegado al cuerpo es mínimo, pero cabe mencionar que tienen un nivel de desprendimiento alto. Su salud es, a grandes rasgos, saludable, pero como lebrel, poseen la misma mutación genética que nuestros galgos y que les hace ser susceptibles a los efectos de la anestesia y tener mayores reacciones a vacunas y otros medicamentos.

Para ampliar información, se recomienda contactar con el Club Español de Galgos Afganos, Salukis y demás Lebreles Extranjeros, entidad colaboradora de la Real Sociedad Canina de España. Desde Animaleros sugerimos que se valore la opción de adoptar de forma responsable, y hoy presentamos a Burbuja, una cruce de galgo español que necesita un hogar definitivo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento