Vertido de pellets, marea política: la Xunta pide "la séptima flota" pero aleja de sus playas al Gobierno, que descarta tomar el control

  • Personal del Gobierno limpia en Asturias y Cantabria, no en Galicia, que pide "tres veces más" de medios marítimos "que cuando el Prestige".
  • El Ejecutivo no elevará la alerta al nivel 3 y mantiene la gestión de la contaminación en las comunidades.
  • ​La Fiscalía General se hace cargo de investigar la toxicidad de los pellets que se descartan peligrosos de forma inmediata.
  • La Xunta elude responsabilidad sobre pellets: "Pudo haber fallos, pero más del otro lado"
Voluntarios limpian la playa de Panxón (Pontevedra) de pellets de plástico.
Voluntarios limpian la playa de Panxón (Pontevedra) de pellets de plástico.
Javier Vázquez
Voluntarios limpian la playa de Panxón (Pontevedra) de pellets de plástico.

Un mes después de que el buque Toconao perdiera frente a la costa norte de Portugal más de 26.000 kilos de pellets de plástico que iban en uno de los seis contenedores que se le desprendieron y un mes antes de las elecciones en Galicia del 18 de febrero, esta semana el vertido de estos diminutos plásticos se hizo definitivamente visible en las playas -primero gallegas, después, en menor medida, asturianas y cántabras-, provocando de nuevo un cruce de acusaciones entre el Gobierno central y un gobierno autonómico del PP, en este caso de la Xunta. La semana se salda con la decisión a regañadientes por parte del Ejecutivo gallego de pedir ayuda al Gobierno central al que, sin embargo, mantiene alejado de la limpieza de las playas y pide un ingente contingente marítimo y aéreo para intentar detectar los pellets en el mar. También con el Ejecutivo central insistiendo en la gravedad de lo ocurrido, elevando la cuestión a la UE pero sin intención de tomar el control de la crisis, algo que podría hacer si decidiera elevar la alerta al nivel 3. También con la coincidencia entre las dos partes de que los pellets son tan contaminantes y tóxicos como el resto de microplásticos que campan por los mares y son consumidos por los peces, pero no de forma inmediata, porque el material que cayó del barco estaba destinado a la  fabricación de utensilios para la alimentación.

En las últimas horas, la Xunta y el Gobierno central han intentado acercar posturas en una reunión del Plan Territorial de Contaminación Marina Accidental, donde este viernes reiteraron su intención de colaborar. Está por ver si esta actitud hacer amainar la marejada de la última semana. Mientras decenas de voluntarios se lanzaban a recoger pellets de plástico de las playas, la Xunta y el Gobierno se acusaban respectivamente de no haber avisado y no haber actuado a tiempo. Mientras Asturias y Cantabria recogen discretamente los microplásticos que también llegan a sus playas, el vertido en Galicia -la comunidad más afectada- ha levantado un temporal en el que Rueda acusa a la oposición y al Gobierno central de azuzarlo con fines electorales. En Madrid se ve al revés, que es Rueda quien no pide ayuda por la cercanía de las elecciones.

PSC y BNG acudieron a las playas y también Podemos, que desempolvó el lema "Nunca Máis" del Prestige, en una comparación que molesta a Rueda y que hasta en Madrid consideran exagerada. Los ciudadanos de a pie manifiestan su hartazgo por un nuevo caso de abandono, de lentitud en la reacción y el tira y afloja político con otra proclama de estos días, "Outra Máis".

Quién supo cuándo

Las primeras diferencias llegaron con en qué momento quién supo qué. El lunes, el presidente gallego, Alfonso Rueda, tiró la primera piedra en un desayuno informativo en Madrid con su antecesor en la Xunta y hoy líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, al asegurar que él no tuvo conocimiento del vertido hasta el 3 de enero, dos días antes de que el Gobierno gallego activara la fase de alerta, en el nivel mínimo, el 1, que limitaba la intervención a ayuntamientos y gobierno autonómico. 

El ministro de Transportes, Óscar Puente, no tardó en reaccionar para detallar los cruces de llamadas entre el servicio de Emergencias 112 de la Xunta y Salvamento Marítimo, entre Delegación del Gobierno y las consellerías que, como completaría días después Portugal y admitió el Gobierno central, trazan un relato de los acontecimientos que empezó el 6 de diciembre, cuando un temporal hizo caer seis contenedores del buque Toconao frente a Viana do Castelo (Portugal) y el armador lanzó un aviso "rutinario" a los centros de seguridad de esa zona, en Lisboa y Finisterre, para informar de ello, asegurando que no había residuos peligrosos ni fugas de aceite y para evitar que otros barcos pudieran chocar con ellos.

Casi una semana después, se avistan los primeros pellets en una playa gallega. El 13 de diciembre, una persona llama al teléfono de emergencias 112 para avisar de que los ha visto en la playa de Espiriñeirido (A Coruña) y es este servicio de la Xunta el que ese mismo día se lo comunica a Salvamento Marítimo, según la transcripción de las llamadas que el propio Puente difundió hace unos días. Es entonces cuando este organismo, dependiente de Transportes, se pone a investigar si existe algún vínculo con los contenedores del Toconao. Averigua que sí el 20 de diciembre, cuando se lo comunica a la Consellería do Mar, en la segunda de las cuatro llamadas que las dos administraciones se intercambiarían entre ese día y el 26 de diciembre.

En esos días de diciembre, Salvamento Marítimo hace varias barridas por mar y aire y concluye que no es posible detectar los pellets de plástico, porque se confunden con el agua. Así lo constata también el 4 de enero, el conselleiro do Mar, en una carta a los  ayuntamientos afectados para pedirles que limpien las playas, porque no es posible hacerlo en el mar. Un día después, el 5 de enero, es cuando la Xunta toma la primer decisión sobre el vertido y activa la fase de alerta del Sistema Nacional de Respuesta (SNR) ante la contaminación marina, pero en el nivel más bajo, el 1, que limita la actuación a medios autonómicos.

El Gobierno exige ayudar

Entre el 5 y el 8 de enero, la Xunta mantuvo el nivel de alerta mínimo y se negaba a elevarlo al nivel 2, que, según la ley, es el que marca la posibilidad de que el Gobierno central intervenga, enviado medios materiales y personales para trabajar bajo la dirección autonómica.

El lunes, empiezan los llamamientos por parte del Ministerio de Transición Ecológica -al que corresponde actuar una vez que la contaminación ha pasado del agua (Transportes) a la costa- para que suba al nivel 2 y pida ayuda. La Xunta se niega en base a un primer y breve informe que dice que los pellets no son tóxicos y que incluso "son aptos para el consumo alimentario". Poco después, el martes, no tiene más remedio que hacerlo, siguiendo al Principado de Asturias, que no duda en pedir ayuda del Gobierno nada más detectar los primeros pellets en sus playas más occidentales. Horas más tarde también lo hace Cantabria, donde los microplásticos se detectarían ya en prácticamente todas sus playas para el fina de la semana. Inmediatamente más al este, el País Vasco se mantiene en fase de prelaerta.

El Gobierno central considera "una buena noticia" que la Xunta pida su colaboración y la Xunta convierte su decisión en una "exigencia" por parte del Gobierno central para ayudarles. Voluntarios y personal de Tragsa siguen limpiando las playas mientras el Gobierno gallego lleva su discurso a otro nivel para reprochar al Gobierno central que no intervenga. Podría hacerlo, porque la ley del SNR contempla que el Gobierno -no ya cada comunidad- podría elevar la alerta al nivel 3 si la contaminación afecta a varias autonomías y se considera pasa de peligrosidad "media" -el nivel 2- a ser "de gran magnitud o peligrosidad". En el Gobierno han descartado en todo momento tomar el control de una situación que también vigilan sus científicos desde el primer momento. Este jueves, se volvía descartar elevar la alerta al nivel 3 para "respetar" la competencia autonómica.

En paralelo, sin embargo, el PSOE ha elevado el vertido de los pellets a la Unión Europea. Los eurodiputados socialistas César Luena y Nicolás González Casares han pedido una reunión al comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, que previsiblemente será la semana que viene, para "trasladarle la situación que estamos viviendo en distintos puntos costeros españoles por la presencia de pellets".

Tóxicos pero no peligrosos

La que sí ha centralizado su investigación sobre lo ocurrido es la Fiscalía General del Estado. El martes, su Unidad Especializada en Medio Ambiente abrió diligencias sobre el vertido de pellets al advertir "indicios de toxicidad" y el miércoles reclamó a través del Seprona a las comandancias de la Guardia Civil de las zonas afectadas que recogieran muestras para analizarlas. Además, pedía a las fiscalías superiores de Galicia, Asturias y Cantabria que le hicieran llegar sus actuaciones y les pedía que dejaran de investigar porque será la Fiscalía de Medio Ambiente la que a partir de ahora se hará cargo de todas las actuaciones.

El grado de toxicidad de los pellets de plástico es otra de las cuestiones más traídas y llevadas, aunque, en el fondo, sin grandes diferencias. La Xunta provocó la hilaridad a principios de semana al concluir en un primer informe -y breve, de dos páginas- preliminar que son "aptos para el consumo alimentario". Dos días después, un análisis más exhaustivo que encargó al Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (CETIM) indicaba que los pellets no son peligrosos, tóxicos o cancerígenos pero sí alertaba que en los casos de "vertidos involuntarios" era necesario tomar precauciones. Días después de que personas voluntarias se pusieran a limpiar pellets por su cuenta, este informe recomendaba utilizar guantes y gafas porque para "no inhalar el polvo, evitar el contacto con la piel, los ojos y la ropa cuando se proceda a la limpieza del vertido, así como evitar la formación de polvo".

"Aparece algo que es una obviedad, que ese material parece que va destinado a la producción de elementos como botellas, que puedan ser utilizados para alimentación, lo que no significa que sea un material susceptible de ser consumido por las personas", afirmaba Ribera, que sin embargo no ha dejado de alertar del peligro que, en términos generales, representa la presencia de plásticos y microplásticos en el mar, para este ecosistema y las especies que viven en él.

"No es un material tóxico, es un plástico del que están hechas las botellas de agua. No es tóxico porque no envenena. ¿Te lo puedes comer? No. ¿Es bueno que esté en playa? No", afirmaban desde la Xunta para contrarrestar las conclusiones de un informe de la Comisión Europea, que en plena regulación por parte de la UE de los microplásticos, advierte de que están lejos de ser inocuos. "La exposición a los microplásticos en estudios de laboratorio se ha vinculado a una serie de efectos negativos (eco) tóxicos y físicos en los organismos vivos. También es probable que los microplásticos sean tóxicos para los seres humanos", dice Bruselas.

Limpiar playas, peinar el mar

Con la Xunta y otras dos comunidades en nivel 2 de alerta, el miércoles llegó el siguiente paso, que cada gobierno autonómica remitiera a Transición Ecológica sus peticiones para organizar la ayuda. Asturias pide personal para limpiar las playas y al día siguiente el departamento de Ribera envía seis brigadas, 30 personas, que desde el jueves trabajan con otras 140 del gobierno autonómico. El Ministerio envía 18 personas a Cantabria, que también reclama medios para buscar en el mar pellets o , al menos, las bolsas de rafia de 25 kilos cada una, dado que cayeron al mar un total de 1.050, según el armador. El pasado viernes trabajaban allí tres embarcaciones de Salvamento Marítimo y un dron para intentar dar con los sacos, que en el País Vasco -de momento en situación de prealerta- también tratan de avistar con barcos propios.

De nuevo, la polémica sobre cómo ayudar se ubica en Galicia. Ribera deja claro que "por ley" su asistencia puede ser para limpiar playas porque, además, Salvamento Marítimo ya ha constatado que no es posible detectarlos en el mar, tal y como también explicó el propio conselleiro do Mar a los alcaldes en una carta el 4 de enero en la que les pedía que se pusieran a la tarea de limpiar los arenales. A finales de la semana, el Ministerio de Transportes llevó a varias cadenas de televisión a las playas gallegas para que comprobaran que no es posible.

Sin embargo, la Xunta centra su petición al Gobierno en medios marinos y aéreos. Mientras asegura que tiene suficiente con las entre 200 y 300 personas que limpian las playas, exige al Ejecutivo que actúe donde tiene "plenas competencias", es decir, en el mar, con medios de Salvamento Marítimo. La lista es extensa. Pide cuatro buques polivalentes, cinco lanchas de salvamento, un avión Cesna y dos helicópteros. También la "activación inmediata" de un vehículo submarino de control remoto y de "medios navales necesarios para la localización, revisión y sellado del colector origen de los elementos contaminantes". Intenta así alejar al Gobierno central de las playas, donde pide un retén preparado para actuar pero solo si empeoran las condiciones climáticas y formación para los voluntarios, sin concretar ninguna de estas dos cosas.

Casi al mismo tiempo que las redes sociales empiezan a lanzar memes y bromas, Puente ironiza con que la Xunta le pide "la séptima flota" -en alusión a una de las cinco de Estados Unidos, con sede en Japón, básicamente, todos los medios con que cuenta Salvamento Marítimo. Por si había dudas, al día siguiente deja claro que el Gobierno no responderá afirmativamente a lo que considera que es más bien "una carta a los Reyes Magos". "Estamos totalmente disponibles, pero no me pida tres veces más que cuando el Prestige", dice la vicepresidenta tercera el jueves.

"En la costa gallega se mueven miles de barcos todos los días y solo ha habido dos avistamientos de sacos de pellets todo este tiempo", dice Puente el viernes como prueba de "la absoluta ineficiencia de los medios que nos solicitan" y recuerda que la Xunta no utiliza sus embarcaciones. "Llama la atención la contradicción de exigir medios marítimos y no utilizar los propios. La Xunta tiene cinco buques, 21 embarcaciones y dos helicópteros y los tiene parados", dice el ministro.

Mientras Asturias y Cantabria terminaron la semana con operarios autonómicos y del Gobierno central limpiando sus playas, en Galicia las espadas siguen el alto y de momento no hay rastro de personal del Ministerio en sus arenales, adonde llega solo "la punta del iceberg", explicaba el viernes el portavoz de Ecologistas en Acción Cristóbal López a La Sexta. Los próximos días dan lluvias en el norte del país y a mitad de semana llegará un temporal. Quizá el vertido de pellets entre en una nueva fase. 

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