El 13 de noviembre de 2002, una huella imborrable se quedó en las costas de Galicia y en la memoria colectiva. El buque petrolero Prestige, que transportaba 77.000 toneladas de fuel, se hundió en A Coruña y afectó 2.000 kilómetros de costa española, portuguesa y francesa, provocando un vertido que causó una de las mayores catástrofes medioambientales de la historia náutica.

Este desastre provocó consecuencias que, aún hoy en día, perduran, pues los ecologistas aseguran que, aunque la costa se ha recuperado, no lo está en su totalidad actualmente, cuando se cumplen 20 años de la catástrofe.

En plena crisis política, cuando Aznar era presidente del Gobierno y Fraga era presidente de la Xunta, España en general y Galicia en particular vivieron tiempos convulsos en los que la gestión y las decisiones tomadas se convirtieron en polémica.

El mundo de la cultura alza la voz

La plataforma Nunca Máis nació como protesta al suceso y reflejó la imagen de la Galicia más reivindicativa. Pero este colectivo, que también es una de las consecuencias indelebles de este episodio, recibió un apoyo masivo a nivel nacional, tanto de personas anónimas como de rostros conocidos.

Así lo recordó Rafa Villar, escritor y miembro de la dirección nacional de la plataforma, en 2017 a El País: "En paralelo a nosotros había un montón de gente de la cultura y otros grupos, más espontáneos, realizando también actividades de protesta muy creativas".

En concreto, el 25 de noviembre nació Burla Negra, un grupo de músicos, actores de teatro y escritores que exigía responsabilidades políticas y demandaba más medidas de seguridad en la costa.

Las protestas por la gestión política que hizo el PP de la catástrofe del Prestige tenían el apoyo del mundo de la cultura y Nunca Máis contó con el favor de actores, directores y demás personalidades del mundo del cine. De hecho, solo dos meses después del suceso se celebró la gala de los Premios Goya 2003, donde Nunca Máis fue más que protagonista.

"Esta no es una noche tensa, sino libre", fue el discurso que pronunció Marisa Paredes, la entonces presidenta de la Academia. "No hay que tener miedo a la cultura ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión, ni muchos menos a la sátira, al humor. Hay que tener miedo a la ignorancia y al dogmatismo".

El actor gallego Luis Tosar, que apareció con el símbolo de Nunca Mais pegado al traje, fue más duro, dirigiéndose directamente a Aznar. "A ese señor bajito quiero decirle que si quiere petróleo no tiene que ir a Irak: solo tiene que venir a Galicia y recogerlo", dijo al recoger el premio a Mejor Actor de Reparto por Los lunes al sol, a lo cual le siguió el grito de "Nunca Máis!" y los aplausos del público.

Otras personalidades gallegas como Teté Delgado, María Bouzas, María Pujalte, Manuel Rivas o Antón Reixa también mostraron su apoyo al movimiento, pero también Boris Izaguirre y Ana Belén, quienes limpiaron chapapote en las costas afectadas.

Y en las múltiples manifestaciones se podía ver en primera fila a actores como Javier Bardem, Juan Diego Botto, Federico Luppi, Tristán Ulloa, escritoras como Lucía Etxebarria y músicos como Miguel Ríos, el dúo Amaral o Carlos Escobedo, líder de Sober.

'Nunca Máis', más viva que nunca

Veinte años han pasado de aquello y aún quedan vestigios de lo sucedido, entre ellos, la plataforma Nunca Máis, que sigue en activo aún y reclama que existe un "peligro obvio" de que vuelva a repetirse una catástrofe similar.

Xaquín 'Xocas' Trepado, presidente del colectivo, dio una rueda de prensa en Pontevedra donde destacó que un centenar de buques pasan por las costas gallegas sin control, de los cuales 35 contienen mercancías peligrosas. Aun así, reconoce que se dieron avances en la seguridad marítima gracias a la "conquista de la presión social" del pueblo gallego.

Nunca Máis presentará el próximo 13 de noviembre, cuando se cumple dos décadas de la catástrofe medioambiental, el documental 20 años de dignidad, dirigido por el pontevedrés José Aragunde, que recogerá el testimonio de personas que colaboraron entonces y mostrará cómo se encuentra la costa gallega ahora.