Ellos, las bajas remuneradas; ellas, los permisos no retribuidos: el 85% de las excedencias las solicitan mujeres

Un niño estudia y hace los deberes en casa con la ayuda de su madre/Eduardo Parra / Europa Press
Un niño estudia y hace los deberes en casa con la ayuda de su madre.
Eduardo Parra/Europa Press
Un niño estudia y hace los deberes en casa con la ayuda de su madre/Eduardo Parra / Europa Press
Un niño estudia y hace los deberes en casa con la ayuda de su madre.
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Hay una tendencia clara en el panorama laboral del país: los hombres son, en general, los que más prestaciones retribuidas solicitan para cuidar a un hijo o a una persona dependiente, mientras que la gran mayoría de las mujeres acaban optando por renunciar o, por lo menos, pausar su carrera laboral sin ningún tipo de remuneración a cambio.

Así lo revelan los últimos datos publicados por la Seguridad Social, que reflejan que casi el 85% de las excedencias del primer trimestre de 2023 las pidieron mujeres. Si durante ese periodo se dieron de alta un total de 12.169 de excedencias —suspensión del contrato a solicitud del trabajador—, 10.300 correspondieron a mujeres (el 84,6%) y 1.869, a hombres (15,3%). Además, el número de excedencias aumentó un 48,5% respecto a 2022.

El panorama varía, sin embargo, al observar las cifras de prestaciones por nacimiento y cuidado, que sí conllevan una remuneración. En 2021 entró en vigor en España la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, ahora "iguales e intransferibles", de 16 semanas. Pues bien, en los primeros tres meses del año iniciaron el primer periodo de su prestación 4.293 hombres (54,1%) y 4.177 mujeres (45,9%). Distribución parecida a la que ya se registró en todo 2022: 246.544 hombres (52,3%) y 225.197 mujeres (47,5%). 

"Cuando hablamos de los permisos que son retribuidos se solicitan más por hombres, porque hay más trabajando", explica a 20minutos Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CC OO. Sin embargo, precisa Vidal, los que no suponen ningún tipo de retribución, como son las excedencias, corren casi siempre a cargo de las mujeres y además se han disparado respecto al año pasado.

Para Maite Egoscozabal, socióloga del Club de Malasmadres, los datos demuestran que los hombres están haciendo uso de esa equiparación de la baja por paternidad, algo que, apunta, es "muy positivo de cara a la transformación de los roles tradicionales de género, porque ahora ya no es únicamente la mujer la que se queda sola con el bebé". Sin embargo, la socióloga señala una posible "trampa" a la hora de observar cómo se cogen las bajas unos y otras. 

"Las mujeres cogen esas semanas seguidas, mientras que los hombres están optando por cogerla de forma interrumpida. Y aquí es quizás donde vemos la trampa de este permiso, que debemos vigilar, y que implica que si el hombre se coge la baja al mismo tiempo que la mujer no asuma esa responsabilidad del cuidado solo, con lo cual la corresponsabilidad no es tan fuerte". 

El segundo apunte en ese sentido, añade, consiste en que pueda usarlo "con otro fin que no sea el cuidado", ya que se trata de una prestación que, como las vacaciones, si no se solicita, se pierde. Aun así, cuando los permisos o medidas de conciliación afectan al salario, subraya la socióloga de Malasmadres, "sigue siendo la mujer la que asume ese coste salarial", en la mayoría de casos con una excedencia.

La subida de los precios merma la conciliación

En el sindicato lo achacan a varias posibles causas. En primer lugar, porque hay más población activa, más gente trabajando, y más contratos indefinidos (en marzo se registró una caída del paro de 48.755 personas, tendencia que, además, se ha mantenido este abril). "Esta seguridad en las condiciones de trabajo hace que las personas trabajadoras tengan más confianza en el mundo del trabajo para poder solicitar derechos", incide la representante de CC OO. 

Por otro lado, añade, la mayoría de salarios no ha subido en proporción a la inflación, que pese a que viene registrando cierto alivio en los últimos meses, sigue reflejando un alza de los precios respecto al año pasado. Un encarecimiento de la cesta de la compra que, afirma Vidal, de momento están absorbiendo las familias españolas. ¿La consecuencia? Muchas recortan gastos y sacrifican otros ámbitos de su vida que podrían contribuir a la conciliación familiar y laboral. 

"Al final nos encontramos con que a muchas familias les compensa no pagar una guardería privada porque no hay suficiente acceso a la pública, y pedir una excedencia. El resultado final es que la excedencia la termina cogiendo la madre porque es la que suele tener el salario más bajo, en primer lugar, y luego como consecuencia de que siempre se ha entendido que los cuidados están sobre la espalda de la mujer", subraya.

Responsabilizar al Estado y concienciar a la sociedad

Para el sindicato, el camino a seguir pasa por impulsar más políticas públicas que "inviertan en derechos sociales" y que impliquen mejoras en las políticas de cuidados de menores y dependientes. La ampliación de la gratuidad de los centros educativos de 0 a 3 años, por ejemplo, para que haya oferta pública disponible para todo el mundo. "Y desde luego supone también que tengamos condiciones de trabajo con flexibilidad, con una negociación en los convenios colectivos para poder compaginar ambas cosas", asevera Vidal. 

"El trabajo del cuidado está siendo costeado por las mujeres, en lugar de responsabilizar a otros agentes como el Estado y corresponsabilizar ese trabajo de criar y educar al futuro de un país", coinciden desde Malasmadres. El otro punto debe pasar, según Maite Egoscozabal, por trabajar la sensibilización social. "Las políticas públicas como los permisos iguales e intransferibles han sido y están siendo aparentemente buenas; pero paralelamente tiene que haber un trabajo transversal para acabar con esos roles tradicionales de género que hacen que la mujer se vea abocada a ser la cuidadora principal del hogar. Es verdad que estamos en el camino, pero todavía queda muchísimo por hacer".

En definitiva, medidas para revertir una tendencia que ha supuesto que históricamente los permisos no retribuidos recaigan sobre las espaldas de las mujeres y mermen, por ende, su trayectoria profesional. "Son fisuras laborales que tienen una incidencia en la brecha salarial importante, y luego en la mayoría de los casos supone un descuelgue de su carrera profesional", señala Vidal. Lo que defiende CCOO, según precisa, no es que las mujeres y los hombres no puedan elegir si quieren compatibilizar su vida laboral y social o, por lo contrario, priorizar el cuidado de menores o dependientes. 

"Lo que decimos es que no puede utilizarse la excedencia para cuidar como consecuencia de que no hay otro recurso que permita tener otras opciones", asegura. Pues, cuando no hay opciones, o no las suficientes, son ellas las que en la mayoría de casos abandonan su carrera profesional durante un tiempo. "La subida de los precios con salarios cortos supone una pérdida de poder adquisitivo y, por tanto, de independencia de las mujeres", reitera. Aunque, eso sí, hay que destacar un asunto "positivo" de todos estos datos: "la gente coge excedencias porque tiene contratos indefinidos, concluye la portavoz del sindicato. 

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