Para hablar del bóxer tenemos que hablar del bullenbeisser, una raza extinta de origen alemán. Estos perros de tipo moloso, reconocidos por ser unos excelentes cazadores en la caza mayor, se utilizaban para las cacerías de bisontes europeos y uros (Bos primigenius), el antecesor salvaje de las vacas y toros actuales, que llegaron a ocupar todo el continente europeo y cuyo último ejemplar fue una hembra fallecida en Polonia en 1627. 

Para la caza de estos grandes mamíferos, la técnica consistía en que los bullenbeisser mordieran y retuvieran a la presa, acorralada por otros perros con una función diferente, hasta que el cazador llegaba. Este enfrentamiento tan directo e intenso requería a un perro con un hocico lo más ancho posible, una nariz respingona que no entorpeciera el agarre y una alineación dental sólida para que realizaran una mordida fuerte y resistente. En base a esto, se hizo una selección reproductiva para implantar las características físicas que favorecían el éxito de la cacería.

Con la llegada de la Edad Contemporánea y que la nobleza, máxima representante de la tradición de la caza, fueran perdiendo sus favores y muchos de sus privilegios, y también, sin duda, con la desaparición de las especies salvajes favoritas para su actividad, el bullenbeisser perdió gradualmente su utilidad y los cruces de los últimos ejemplares se fueron afinando hacia líneas de belleza hasta alcanzar el bóxer moderno, en el siglo XIX.

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Su tremenda popularidad se inició gracias a los soldados tras la II Guerra Mundial, que se llevaron a casa a los bóxer utilizados para el trabajo militar, y con quien habían creado un vínculo afectivo tras la experiencia compartida. Esto hizo que la raza se hiciera conocida de forma generalizada y despertara grandes simpatías por su carácter y aptitudes.

A lo largo de estos siglos, el bóxer ha sido utilizado para múltiples trabajos: perro de guerra, perro de pelea, perro de guardia y protección, para terapia, como perro exclusivamente de compañía, y para la realización de numerosas actividades deportivas caninas.

Cariñoso y muy bueno con personas, pero territorial

El bóxer, considerada una raza de tamaño mediano, destaca por ser extremadamente amable, servicial y alegre con su familia directa. Siempre dispuesto para el juego y la participación en cualquier evento con sus guías humanos, incluso cuando son muy mayores, muestran una gran nobleza y tolerancia en el entorno familiar, y con una buena sociabilización temprana que, recordamos, consiste en que un perro sea habituado a todo tipo de entornos y personas de todas las edades, es también un excelente compañero en la convivencia con niños. Cabe señalar que el bóxer es una raza territorial y que no se intimida ante las provocaciones, por lo que requiere una educación canina firme para su control. E inevitable también añadir su tendencia a dejar charcos de agua y babas por doquier a causa de la fisonomía de su hocico.

En cuanto a salud, el bóxer tiende a ser un perro bastante saludable, pero un criador comprometido deberá entregar pruebas de salud certificadas por un veterinario de que sus líneas están libres de displasia de cadera y de la miocardiopatía del bóxer (BCM), una condición genética que provoca una insuficiencia cardíaca.

Como raza braquicéfala, aunque no esté llevado al extremo como en otras razas caninas, hay que mencionar que requiere vigilancia la exposición de los bóxer al calor o a la humedad extrema, ya que su hocico chato les puede dificultar una respiración adecuada. Se recomienda, por tanto, reducir la actividad física con los bóxer en las horas centrales durante los días muy calurosos del verano.

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Su pelo corto requiere pocos cuidados, y en cuanto a colores, se pueden consultar en la ficha de la Federación Canina Internacional (FCI), pero el bóxer blanco no es un color admitido y sus ejemplares nunca deben usarse para la cría, ya que presentan un índice muy alto de sordera, ceguera y alergias de piel.

Para localizar criadores oficiales que cumplan las condiciones éticas y legales de cría y garanticen la salud de sus perros, se puede contactar con el Bóxer Club de España, bajo normativa de la Real Sociedad Canina de España, o bien adoptar uno de los que difunden desde SOS Bóxer España.