Elecciones en CyL: duelo de los grandes partidos, nuevos actores, incertidumbre y efectos en el tablero nacional

A la izquierda, Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco; a la derecha, Pedro Sánchez y Luis Tudanca.
Instantes de campaña: a la izquierda, Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco (PP); a la derecha, Pedro Sánchez y Luis Tudanca (PSOE).
AGENCIAS
A la izquierda, Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco; a la derecha, Pedro Sánchez y Luis Tudanca.

Esta domingo tiene lugar el primer gran choque electoral de este año en España tras una intensa campaña que ha ido en paralelo a las polémicas de las macrogranjas y de la votación de la reforma laboral, y que acaba en un escenario lleno de incógnitas. Las elecciones en Castilla y León, convocadas anticipadamente por el presidente, el popular Alfonso Fernández Mañueco, tras una abrupta ruptura con sus socios de Ciudadanos, determinarán el próximo gobierno de la Junta. Pero servirán igualmente a los partidos para afianzar o modificar su estrategia con vista a las elecciones generales de 2023, en función de lo que suceda el 13-F, porque la política española está instalada en "una lucha constante por trasladar a la opinión pública que todo va bien para nosotros y mal para los rivales".

Partido Popular y PSOE, las formaciones que pueden gobernar según las encuestas, afrontan las elecciones con el mismo objetivo, pero con distinta perspectiva. "A priori se juega más Pablo Casado que Pedro Sánchez porque el presidente, pase lo que pase, podrá seguir al frente del Gobierno hasta agotar la presente legislatura", analiza Carlos Rico, politólogo y profesor de la Universidad Pontificia Comillas. "El PP ha forzado el adelanto electoral pensando en que un buen resultado iba a reforzar el liderazgo de Casado, que no está muy afianzado. Quieren convencer a la opinión pública de que el cambio en España se va a producir cuando haya elecciones generales", afirma.

"Pablo Casado necesita consolidar su liderazgo en el PP. Un mal resultado electoral puede ser un problema grave para él", coincide Ernesto Pascual, profesor de Estudios de Ciencia Política de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya).

Para el líder del PP, natural de Palencia, perder el poder en Castilla y León sería una doble decepción, ya que supondría ceder ante Sánchez en su propia tierra. Aunque ambos expertos dudan de que un mal resultado para la formación de Génova vaya a provocar un cataclismo que acabe con la convocatoria anticipada de un Congreso Nacional, sí creen que abriría una brecha interna. Por contra, en caso de triunfo claro, se vendería "como una victoria de Casado frente a Sánchez". En cualquier caso, los populares, que han visto que las expectativas de las primeras encuestas se desinflaban y se iban alejando de una mayoría amplia o muy cómoda, se han puesto el listón en pasar de segunda fuerza, lugar que ocupan ahora, a primera posición y conseguir gobernar.

Alfonso Fernández Mañueco y Luis Tudanca, durante el segundo debate en la campaña electoral.
Alfonso Fernández Mañueco y Luis Tudanca, durante el segundo debate en la campaña electoral.
EFE

PSOE, treinta y cinco años sin gobernar en la comunidad

El PSOE, por su parte, lleva 35 años a la sombra del PP en Castilla y León. Ganó las últimas elecciones de 2019, en un resultado inédito, y gracias, en parte, a los votos que arrebató Ciudadanos a los populares pero no gobernó, pero el acuerdo entre Cs, contra la opinión de su líder autonómico, Francisco Igea, y el PP, impidió gobernar a Luis Tudanca y brindó la presidencia de la Junta a Fernández Mañueco.

"Una derrota más o menos ajustada no cambiaría los parámetros del Gobierno", opina Pascual sobre cómo afectaría un mal resultado a Pedro Sánchez, quien se ha implicado en la campaña hasta el final, y aprobó esta última semana de 1.000 millones de euros para el sector agroindustrial, una decisión que ha sido muy criticada por ‘electoralista’ por el Partido Popular.

En cambio, un triunfo socialista "reforzaría la imagen de Sánchez" y le serviría para vender ante la opinión pública que sus últimas decisiones, como la controvertida aprobación de la reforma laboral, "no le están desgastando" políticamente. Además, si el PP necesita a Vox para gobernar, lo usará para decir que se está yendo a la extrema derecha", asegura Rico.

Ciudadanos, cuestión de supervivencia

Si hay un partido para el que estas elecciones son decisivas es Ciudadanos, que desde las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 se encuentra en una situación de caída libre.

Después de desaparecer de la Asamblea de Madrid y promover junto al PSOE una fallida moción de censura en la Región de Murcia para desalojar al PP del Gobierno, la formación que lidera Inés Arrimadas podría perder entre ocho y once diputados, según la última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Igea llama a convertir a Castilla y León en "un polo de atracción"
Igea llama a convertir a Castilla y León en "un polo de atracción"
Europa Press

"Si Ciudadanos desaparece en Castilla y León con mucha probabilidad a nivel nacional no tendrá muchas más expectativas. Si mantiene la presencia en la cámara regional aunque sea con menos diputados sí puede haber aún votantes que lo mantengan en una elección nacional", explica Ernesto Pascual.

Para Carlos Rico, en cambio, el futuro del partido naranja está sentenciado, salvo que se produzca un enorme vuelco electoral que parece casi imposible: "Se ha instalado en la opinión pública la sensación de que Ciudadanos va a desaparecer. Sea verdad o mentira, la gente se comporta como si fuera a pasar. En política es mucho más importante la percepción que la realidad. Y si los ciudadanos piensan que un partido va a desaparecer, automáticamente no le votan. Eso ya pasó con UPyD".

De Vox a los partidos de la 'España Vaciada'

En la situación contraria a Ciudadanos está Vox. Las encuestas señalan que mejorará ampliamente sus resultados anteriores, reforzando así la figura de Santiago Abascal y su relato de que el partido más a la derecha del arco parlamentario "es la única alternativa al PSOE de Sánchez". "Y si encima son imprescindibles para formar gobierno se situarán aún más en el primer plano mediático, algo que para Vox es muy importante porque atrae a muchos nuevos votantes", señala Rico.

Para Unidas Podemos, con un solo diputado en la actualidad, mejorar ligeramente su presencia en el parlamento autonómico, como indican los sondeos, supondría un "impulso para el lanzamiento del proyecto político de Yolanda Díaz, que aún no está muy definido", sostiene Pascual. En el caso de que los resultados no fuesen los esperados, la formación morada lo achacaría al "desgaste del Gobierno de coalición".

La presentación este domingo de las cinco candidaturas de España Vaciada.
La presentación este domingo de las cinco candidaturas de España Vaciada.
EFE

En cuanto a los llamados partidos de la 'España Vaciada', que no van en coalición sino por separado, su resultado medirá la fuerza del descontento de los territorios del interior y podría suponer un papel decisivo para la formación de gobierno y para el futuro político. La última encuesta del CIS otorga a UPL (Union del Pueblo Leonés), Soria ¡YA! y Por Ávila entre cinco y ocho diputados. "Si consiguen representación será un indicador claro de que en las elecciones generales será una plataforma con la que habrá que contar en el futuro. Un actor más para la formación de gobierno".

Nadie tendrá mayoría y habrá que pactar para gobernar

El CIS publicó el lunes pasado su estimación sobre el resultado de elecciones en Castilla y León. A contracorriente de otras encuestas, el organismo estadístico es el único que da como vencedor al PSOE por encima del PP.

La encuesta otorga al PSOE entre 29 y 34 escaños y al PP entre 24 y 30. Otras encuestas publicadas estos días por institutos como 40dB, NC Report, Sigma Dos y Gad 3, coinciden en situar como principal fuerza al PP. La media de sus proyecciones da como ganador al PP, que pasaría de 27 a 33 procuradores; le seguiría el PSOE, que quedaría en 29, con seis menos de los 35 actuales, mientras que Vox se dispararía de 1 a 11 diputados, Cs haría el camino contrario, cayendo de 12 a un procurador, y UP podría pasar de uno a dos procuradores. En lo que sí coinciden con el CIS es en que ningún partido tendrá mayoría absoluta y habrá que pactar para gobernar.

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