¿Adiós a las restricciones? Los expertos creen que España podría seguir a los países nórdicos, pero con matices

Dos pasajeras en un tren en la estación de Noerreport, en Copenhague, el 1 de febrero de 2022.
Dos pasajeras en un tren en la estación de Noerreport, en Copenhague, el 1 de febrero de 2022.
LISELOTTE SABROE / EFE
Dos pasajeras en un tren en la estación de Noerreport, en Copenhague, el 1 de febrero de 2022.

Noruega levanta a partir de este miércoles la mayor parte de las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus. Los bares y restaurantes podrán vender alcohol también después de las 23 horas, desaparecen las limitaciones de aforo en eventos públicos y las restricciones en los centros de enseñanza y ya no será necesario el teletrabajo. Hasta el 17 de febrero será obligatorio, no obstante, el uso de mascarillas en interiores cuando no se pueda guardar la distancia de seguridad de un metro. El país se suma así a otros países del norte de Europa, como Dinamarca, que eliminó todas las restricciones este martes, o Finlandia, que ha anunciado que lo hará a lo largo de este mes. 

Dinamarca se convirtió este martes en el primer país de la Unión Europea (UE) en levantar todas las medidas contra la pandemia, como ya ocurrió el pasado septiembre, aunque unos meses después empezó a reimplantarlas como consecuencia de la propagación de la variante ómicron. Las mascarillas ya no son obligatorias ni en interiores, han desaparecido las restricciones en la restauración, la vida cultural y social, y han reabierto las discotecas.

"Estamos listos para salir de la sombra del coronavirus, decimos adiós a las restricciones y le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes. La pandemia sigue, pero hemos pasado la etapa crítica", anunció la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. Los contagios en Dinamarca siguen subiendo -la incidencia se sitúa en cifras récord con 10.176 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días- y las autoridades del país calculan que la transmisión se mantendrá elevada durante unas semanas más. En total se han contagiado 1,7 millones de personas en un país en el que viven 5,8 millones. España, con 47 millones de habitantes, ya ha superado los diez millones de contagiados.

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La mortalidad también se ha incrementado en el último mes y medio en Dinamarca, pero el país contabiliza un total de 3.770 muertes por covid. La cifra de fallecimientos diarios ha rondado entre los 5 y 28 en el mes de enero, siendo 17 el pasado lunes. Guarismos todos ellos muy inferiores a los registrados en España, donde este martes se sumaron 408 fallecimientos, la cifra más alta desde marzo de 2021, con lo que el acumulado desde el inicio de la pandemia es ya de 93.633 personas muertas por covid. 

Con todos estos datos sobre papel, cabe preguntarse si la situación en Dinarmarca es similar a la de España y si el país nórdico podría abrir el camino al resto de países europeos. La investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona Adelaida Sarukhan apunta que "todo depende del contexto y del país".

Dos características "específicas" de Dinamarca

Destaca "dos características bastante específicas" de Dinamarca que han llevado a las autoridades del país a volver a levantar todas las medidas anticovid. Una es la alta cobertura de vacunación, comparable a las de España y Portugal y de las más elevadas de la Unión Europea. La tasa de vacunación es del 81,2% en Dinamarca y el 60% de la población cuenta ya con la dosis de refuerzo (este es el dato más alto de la UE, según los datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades). En España estas cifras son del 80,8% y el 46,2%, respectivamente. 

Otra es la "confianza de la sociedad, además de en las vacunas, en el Gobierno, y viceversa, de las autoridades en la población. Creo que este es uno de los secretos que hace que quizá Dinamarca esté en posición de dar este paso", anota la inmunóloga. 

La confianza y la solidaridad intergeneracional de la sociedad han sido factores de peso para dar este paso a pesar de que los contagios siguen en ascenso, según ha explicado el asesor del gobierno danés Michael Bang Petersen. El también director de un proyecto que ha evaluado el comportamiento de la sociedad durante la pandemia ha subrayado que los ingresos en las UCI están cayendo y que los fallecimientos actuales son personas que se contagiaron con delta en la ola anterior. 

Según una encuesta realizada por el gobierno danés, más del 60% de la población se siente segura con la eliminación de las restricciones de este martes. Incluso los mayores de 60 años responden mayoritariamente que están de acuerdo con el cambio de estrategia. A lo largo de la pandemia, a los daneses les ha preocupado sobre todo no colapsar los hospitales y en estos momentos les crea más desasosiego un posible nuevo confinamiento que su propia salud, según los datos que manejan las autoridades.

En este sentido, Sarukhan considera que esta relajación de las restricciones es un "respiro" necesario para evitar la fatiga pandémica: "Si ahora podemos dar un respiro, démoslo. Aunque la situación podría volver a cambiar". La Organización Mundial de la Salud (OMS) defendió este martes que no es el momento para "levantar las restricciones de golpe" y que "aquellas naciones que quieran levantar las restricciones tienen que asegurarse de que están preparadas para reimponerlas rápidamente". 

¿Cuándo podría pasar en España?

Sin embargo, Sarukhan cree que "nos esperan unos meses de respiro" desde el punto de visto epidemiológico, una vez superemos la ola ómicron y comprobemos la duración de la inmunidad que esta variante y las dosis de refuerzo confieren. Sobre si esta podría ser la senda de España, la inmunóloga apunta que, igual que Dinamarca, nuestro país cuenta con una alta cobertura de vacunación. A ello suma el "desacoplamiento muy marcado" entre la explosión de contagios y el número de ingresos y muertes. Agrega también otra razón: "en solidaridad también estamos en una posición similar, pues muchos jóvenes se vacunaron para no contagiar a sus abuelos más que para protegerse individualmente". En cambio, sí considera que la confianza en las autoridades españolas es muy diferente a la de la sociedad danesa.

Con todo, cree que "estamos en condiciones de poder empezar a pensar en relajar restricciones, pero "cuando bajemos un poco más la transmisión, en dos o tres semanas". En realidad, continúa, las restricciones vigentes en España "no son tantas: en Dinamarca estaban las discotecas cerradas y aquí los cines y museos han permanecido abiertos". 

Hola ¿y adiós? a las mascarillas

Este martes, el Gobierno logró convalidar el decreto que volvió a establecer el uso obligatorio de las mascarillas en exteriores el pasado 24 de diciembre. Pero ahora la evolución epidemiológica ha llevado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a matizar que aquella medida "estrictamente temporal" está "más cerca de volver a modularse". Para Sarukhan, las mascarillas en exteriores "no tienen ningún sentido, salvo que nos encontremos en medio de una aglomeración". 

Para olvidarnos de ellas también en interiores, sostiene, "ahora no es el momento". Defiende que hay que esperar a que "lleguemos a una transmisión mucho más baja" e incide en "reforzar la ventilación, en la que hay que poner mucho énfasis, en oficinas, lugares públicos, etcétera". 

Por su parte, el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat opina que "hay que ser más cautos que Dinamarca y Reino Unido", países que "se precipitan porque están en el pico de su ola y, con la subvariante 'sigilosa' de ómicron (BA.2), los contagios están volviendo a subir, aunque es cierto que la trascendencia clínica es menor". 

Presión asistencial

Bassat señala una diferencia entre España y Dinamarca: la presión asistencial. "Ellos están más relajados. Soy partidario de avanzar hacia una normalización de la transmisión y que no nos importe tanto cuántos casos hay, pero siempre y cuando el sistema de salud esté descongestionado. Como no estamos en este punto [el 21,34% de las camas de UCI y el 13,96% de la de planta están ocupadas por pacientes covid, según el informe de este miércoles del Ministerio] sino más bien cerca del colapso, no nos toca todavía" levantar restricciones como la de las mascarillas en interiores. "No hay muchas más", matiza.

Coincide con su colega en que en exteriores "no sirven de mucho" y dice que volver a imponerlas antes de Navidad "fue más una medida cosmética". "Será probablemente lo primero que caiga", agrega.  

Juan Antonio Pineda, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), corrobora el aviso de Bassat sobre la presión asistencial. En el Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla, donde trabaja, "tenemos tantos enfermos hospitalizados en esta ola como en la primera". "Fuera de los hospitales parece que no hay pandemia y entras y parecen una trinchera", añade Bassat.

Tanto Bassat como Sarukhan consideran que este nuevo 'freedom day' de Dinamarca, tras el de Reino Unido de julio -después del cual vino el 'tsunami ómicron'-, puede ser reversible. La inmunóloga expone que "si necesitamos restricciones de nuevo dependerá de los picos epidémicos, que los tendremos como con la gripe, y de si llega otra variante o no. Ómicron no tiene por qué ser la última y por ello hay que seguir vigilando, secuenciando y reforzar el sistema". 

Bassat aboga por elaborar un plan de desescalada progresivo a dos o tres meses vista y siempre supeditándolo a que el sistema de salud se haya descongestionado. En este sentido, le parece "razonable" la intención del conseller de Salut de Cataluña, Josep Maria Argimon, de dejar de contar exhaustivamente cada uno de los casos de covid a partir del mes de abril. También desde la Comunidad de Madrid han planteado ya un cambio en la gestión de la pandemia. El debate sobre un cambio de mirada en la vigilancia de la covid ya ha llegado al seno del Consejo Interterritorial, que ahora se centra en el uso de las mascarillas y la reducción de las cuarentenas.

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