Los pasajeros del crucero atracado en Valencia por covid: "Mucho gel hidroalcohólico pero poca seguridad"

Pasajeros del crucero se agolpan en la cubierta
Pasajeros del crucero se agolpan en la cubierta
Cedida por Sergio Asensio, pasajero
Pasajeros del crucero se agolpan en la cubierta
 "Mucho gel hidroalcohólico, pero poca seguridad", así definen el crucero los afectados.
Wochit

El protocolo de Sanidad volvió a activarse la semana pasada, cuando el 'MSC Grandiosa', un crucero que cubre la ruta del Mediterráneo y atraca en Valencia cada siete días, detectó dos positivos por coronavirus. Uno de ellos es Julen, un menor que ha sido confinado en un hotel de Valencia junto a toda su familia, aunque solo su madre, Charo, es positiva: "Es un secuestro", se queja la mujer a la que no la dan opciones para volver a Cataluña, a su casa, para terminar la cuarentena allí. Ahora, los pasajeros denuncian que el crucero carecía de las medidas contra el coronavirus prometidas: "Mucho gel hidroalcohólico, pero poca seguridad", dice Sergio, otro afectado. 

Para Sergio Asensio, de 33 años, la serie de catastróficas desdichas comenzó casi antes de entrar en el crucero, en el embarque. Cuando contrató con un intermediario, se quiso asegurar muy bien del aforo del barco porque no se quería "arriesgar a poner en peligro a su familia". Desde la empresa le aseguraron que ese aforo no pasaría del 50%, pero cuando vio el embarque en el puerto de Valencia se dio cuetna de que "comenzó a entrar gente, y gente, y más gente. Más la que ya había en el barco, y la que sube en el resto de puertos", por lo que pensó que no se cumplía. Y efectivamente, MSC le confirmó que ese aforo era del 75%.

Aglomeraciones en todas las zonas del barco

Y ese mayor aforo se hizo muy patente en cuando el barco, de 500 metros de eslora, partió hacia Italia: "Aglomeración de gente sin mascarilla en la piscina por la mañana. Más aglomeraciones por la noche cuando convierten la zona en una discoteca.  En los restaurantes, las mesas tenían una separación de apenas diez centímetros, la gente sin mascarilla y todo hasta arriba. Y la parte del bufet lleno, con toda la gente apelotonada...en cualquier zona a la que fueses te encontrabas eso", cuenta Sergio a 20minutos.

Aglomeración en la piscina del crucero
Aglomeración en la piscina del crucero
Cedida por Sergio Asensio, pasajero

Lo peor quizás eran las zonas para jóvenes de entre 12 y 17 años, donde se podrían juntar hasta 100 adolescentes de España, Italia, Francia o Alemania. Charo Lorenzo es la madre de Julen, uno de esos menores: "Había una sala para jugar a la consola en la que estaba un niño al lado del otro, algunos sin mascarilla se pasaban los mandos sin desinfectar y no había nadie para controlarlo". En esas zonas llegó a  haber "más de 100 personas de entre 16 y 20 años, bailando, sin mascarilla y sin nadie controlándolo", asegura también Sergio.

Excursiones burbuja rodeados de gente

Sergio no daba crédito. Pensó en cancelar el viaje pero entonces le retenían el 70% de lo pagado, o en bajarse del barco, incluso, viendo determinadas situaciones, pero la empresa tampoco permitía bajar en un puerto que no fuera en el que hubiera embarcado. También intentó poner una hoja de reclamaciones pero en recepción solo le daban "una hoja normal, de líneas, diciendo que no tienen las oficiales porque están en la central, como rige la ley de Malta".

Ante eso, a él, su mujer y sus dos hijos, solo les quedaba intentar disfrutar del viaje. Para ello contrataron lo que según MSC sería una "excursión burbuja" a Roma. Es decir, no podían bajarse por su cuenta sino que tenían que ir con un grupo en una excursión pautada por la empresa para evitar el contacto con gente de fuera del barco, ya que todos los pasajeros tenían varias pruebas de antígenos negativas. Pero según Sergio: "Te sacan la pasta cuando no hay burbuja ninguna".

Aglomeraciones en las zonas de comidas
Aglomeraciones en las zonas de comidas
Cedida por Sergio Asensio, pasajero

"En la plaza de San Pedro te dejan tu libre albedrío durante media hora, y en los museos Vaticanos se sobreentiende que, si es una excursión burbuja solo vas a estar tú con tu grupo... pero si no había 2000 o 3000 personas delante y detrás no había nadie". Solo un día después se produce el primer positivo. Este periódico se ha intentado poner en contacto con MSC para obtener su versión de estos testimonios, pero no se ha obtenido respuesta de su departamento de prensa.

El confinamiento del Barco

Se trata de Julen, un menor español, residente en Cataluña, de 17 años. Su madre, Charo, cuenta 20minutos como confinaron a toda la familia: "Desde el momento en que da positivo nos cambian dos habitaciones conectadas por una puerta, una para Julen y otra para nosotros (los padres y un hermano pequeño) y ya no podemos salir. Pero nos dicen que al llegar a Barcelona nos trasladarán a nuestra casa. Así que simplemente pensamos que se nos habían acabado las vacaciones".

Julen no es el único confinado. También se quedan en las habitaciones los 7 o 10 niños que habían estado en contacto estrecho con él, pero no todos los del grupo, algo que Sergio no entiende: "En un barco de 500 metros de eslora lo lógico es confinar y hacer prueba al barco entero. Porque a dia de hoy el barco está navegando y tiene que haber una cantidad de positivos impresionante. No vale con meter a 4 o 5 en camarotes y sacarlos del barco".

Piscina en la cubierta del crucero
Piscina y hamacas en la cubierta del crucero
Cedida por Sergio Asensio, pasajero

"Es un secuestro"

Aunque en un principio Julen y su familia iban a desembarcar en Barcelona, al llegar a Valencia, la tripulación les informa de que Sanidad les hace bajar por protocolo. E, inmediatamente, les sacan del puerto un coche, con Julen enfundado en un EPI, y acaban en un hotel de Valencia, el Sorolla Palace, donde les informan de que deben hacer 10 días de cuarentena.

"Mi marido está vacunado, tiene la dos dosis y es negativo, según la ley él puede salir, no tiene que hacer cuarentena. Pero en el hotel le dijeron que no, que tenía que estar 10 días confinado. Así que mi marido dijo que saldría pero le dijeron que si hacía eso llamaría a la Policía. Y no está saliendo porque está solo en una habitación con mi otro hijo", cuenta Charo, que está en otra habitación de Julen, también contagiada por covid-19.

El hotel les asegura que no pueden irse a casa a hacer la cuarentena, pese a lo que el barco les ha dicho lo contrario. Se encargarán de la comida, de las medicinas y de que un médico les llamara cada día para vigilar su estado de salud. "He llamado a Sanidad, a emergencias, a la Policía, a la Generalitat, a emergencias de Cataluña...Nos dicen que no hay manera de que nos podamos ir a casa. Pero creo que es más costoso tenernos aquí diez días en dos habitaciones, a pensión completa, que un traslado en una ambulancia", cuenta Charo. "Es un secuestro", concluye.

Sin limpieza, sin ventilación, con la ropa sucia...

Durante los días que llevan confinados Julen lo ha pasado especialmente mal: "Le sube la fiebre por las tardes, no puede comer porque le duele mucho al tragar. Le han dado un spray para dormir la zona pero no le hace nada. Está bebiendo agua porque si se deshidrata le van atener que ingresar, pero lleva tres días sin comer y tomando mucha medicación", cuenta su madre preocupada.

Única fuente de ventilación de la habitación
Única fuente de ventilación de la habitación
Cedida por Charo Lorenzo

Además, para Charo, aunque la habitación está "bien para dormir", no tiene las condiciones necesarias para alojar a pacientes covid: "Una pared es todo un ventanal y entra mucho calor, pero solo se abre una ventana abatible y es muy poquito, entonces no hay ventilación. Hay aire acondicionado pero con mi hijo con fiebre no lo voy a poner, estamos sudando. No podemos abrir la puerta para ventilar, pero la he abierto en algún momento porque entre aire. No nos pueden entrar a limpiar así que me han dado un spray y lo voy echando yo. Tampoco podemos pedir que nos laven algo de ropa, estoy lavando yo, con el jabón de mano".

Han intentado reclamar pero ni el hotel ni el barco se hacen cargo y por más llamadas que hace, solo le ponen trabas para volver a casa: "Me quiero ir a mi casa, tengo animales que cuidar y familia que puede cuidarnos a nosotros. Es un secuestro. No puede ser que nos retengan así ¿No hay otra solución? ¿Tenemos que estar confinados aquí sí o si?", se pregunta Charo.

Los pasajeros denuncian las condiciones del crucero

Por su parte, Sergio se ha organizado junto a otros pasajeros para denunciar al MSC cruceros. Ya hay varias denuncias individuales, pero ahora, se están preparando para presentar dos demandas conjuntas más. 

Denuncia de una de las afectadas
Denuncia de una de las afectadas
Cedida por la afectada

Sergio denunció nada más bajar del barco en el cuartel de la Guardia Civil del puerto de Valencia. Según su versión, los agentes se acercaron al barco a pedir papeles pero los encargados se negaron y se formó un alboroto, al que se sumó una turba de pasajeros que intentaban reclamar en recepción. 

Al final fue Sergio el que se dirigió al cuartel: "La Guardia Civil me dijo que les extrañaba el tema del aforo, porque habían registrado a 2.300 tripulantes cuando la capacidad del barco entre trabajadores y clientes ronda los 5.700 pasajeros, unos 4.300 con el 75% del aforo. Y yo te digo que había más de 4.000 turistas".

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