Las universidades, en el punto de mira: el aumento de contagios entre estudiantes amenaza con un posible confinamiento

El Aula Magna de la Universidad Complutense, durante el primer examen de la EBAU 2020 en Madrid.
Los brotes entre universitarios han disparado la tasa de incidencia del coronavirus en ciudades como Granada o Salamanca.
Jorge París
El Aula Magna de la Universidad Complutense, durante el primer examen de la EBAU 2020 en Madrid.

Los universitarios están en el punto de mira y en el foco de la polémica. El aumento de brotes detectados en residencias y colegios mayores ha hecho saltar las alarmas de la comunidad educativa y los gobiernos autonómicos, que tratan de contener el creciente número de contagios entre estudiantes universitarios.

"Esto no es ninguna broma", aseveraba este lunes el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, haciendo un llamamiento a la responsabilidad de los universitarios. Lo hacía tras reconocer estar preocupado por la situación en Granada, donde ya se han detectado más de 150 contagios por Covid-19 en siete residencias universitarias de la ciudad.

La mayoría de casos se producen en actos multitudinarios, fiestas y botellones donde los jóvenes no llevan mascarillas ni cumplen con la distancia de seguridad. Este tipo de conductas ha concentrado la atención de los gobiernos, que ven cómo el aumento de contagios entre estudiantes (y, por tanto, en la tasa de incidencia) les sitúa al borde del confinamiento. Por esta razón, el debate sobre la presencialidad de la enseñanza ha vuelto a reactivarse. La mayoría coincide en que los espacios universitarios son seguros y en que se cumplen las medidas estrictamente, pero ¿cómo pueden asegurar que se sigan cumpliendo fuera del centro?

¿Crees que son los universitarios los responsables en buena parte del avance de la segunda ola de la Covid en España?

María Lizondo, una estudiante de 22 años en la Universidad Granada (UGR), empezaba las clases el 19 de octubre, "pero ahora ya será directamente online, sin conocer a los profesores", cuenta. Según relata, su compañera de piso sí que ha asistido a alguna clase, "y desde el principio me ha dicho que las medidas de seguridad se respetan a la perfección. No es la primera persona que me dice que donde más segura se siente es en clase, donde no hay riesgo de contagio", asegura la estudiante del máster de profesorado.

"Los contagios se han producido por salir de fiesta y estar en contacto con positivos, algo que el colegio no puede controlar"

"Tengo muchos amigos y conocidos que viven en colegios mayores y algunos de ellos han tenido que confinarse en sus habitaciones al haber estado en contacto con un positivo", explica Lizondo, apuntando que en los colegios mayores de sus conocidos se han guardado todas las medidas, y que "los contagios que se han producido han sido por haber salido de fiesta y haber estado en contacto con positivos; algo que el colegio no puede controlar".

Sin clases presenciales

Tanto Granada como Cataluña ya han decidido suspender las clases presenciales, durante 15 días, para frenar la expansión del coronavirus. Y es que en Barcelona hay cerca de 300 alumnos confinados tras detectar brotes en dos residencias universitarias (el colegio mayor 'Penyafort Montserrat' y la residencia 'Aleu').

"El problema principal son las fiestas en las que no se respetan las medidas y donde no se ve ni una mascarilla"

"La medida que ha tomado la Junta de cerrar los colegios mayores a las 22.00 horas me parecen ridículas, teniendo en cuenta que el problema principal de transmisión son los bares, discotecas y las fiestas de 'tardeo' que empiezan a las 17.00 horas de la tarde, en las que no se respetan las medidas y donde no se ve ni una mascarilla. En el momento en que se cortasen estas fiestas, estoy segura de que los contagios disminuirían", afirma la estudiante de Granada, María Lizondo.

En Salamanca, la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, aseguraba este martes que la ciudad se encuentra cerca de ser confinada por los "malos comportamientos" entre algunos de sus universitarios, que han situado la tasa de incidencia acumulada en los 454,8 casos por 100.000 habitantes. A parte de tomar medidas concretas (como la expulsión de estudiantes que incumplieron las normas y la restricción de los horarios de entrada y salida en las residencias), el Ejecutivo autonómico está valorando la posibilidad de suprimir las clases presenciales en las universidades de Salamanca (USAL y Pontificia).

Otra universidad que ha tenido que prescindir de la presencialidad de sus más de 2.500 alumnos es la Politécnica de Valencia, tras el brote de Covid-19 que mantiene confinados a más de 600 estudiantes del colegio mayor Galileo Galilei, tras una fiesta multitudinaria.

"Perciben el riesgo de manera diferente"

Las conductas irresponsables de algunos jóvenes, a pesar de las continuas advertencias de las autoridades sanitarias, viene condicionado por varios factores. "En primer lugar, los jóvenes perciben el riesgo de manera diferente. Se sienten jóvenes y fuertes; es decir, inmunes", explica a 20minutos la socióloga e investigadora de la agencia '40dB', Paula Ruiz, afirmando que proyectan sus experiencias "a corto plazo" y son menos conscientes de las consecuencias. "Sienten que deben aprovechar el tiempo y vivir las máximas experiencias posibles", añade.

"Los que no están en contacto con colectivos vulnerables ven menos impedimentos"

Además, el proceso de socialización de los más jóvenes constituye un pilar muy importante en sus vidas. "Para un adulto, la mayoría de sus relaciones sociales ya están formadas, por lo que quedarse en casa o realizar menos actividades de ocio no tiene por qué suponer un gran esfuerzo. En cambio, para un adolescente, sí que lo es", cuenta la socióloga.

Ruiz señala que el mensaje que han ido captando durante los últimos meses es que el virus afecta sobre todo a los más mayores, por lo que "jóvenes que no están en contacto con colectivos vulnerables (como padres o abuelos), ven menos impedimentos a la hora de realizar este tipo de conductas". Esto explicaría el creciente número de contagios que se están dando mayoritariamente en las residencias de estudiantes, donde los jóvenes no conviven con sus familiares, y "no se ven a sí mismos como un riesgo, a no ser que conscientemente sepan que han estado en contacto con un positivo". 

Justos por pecadores

Las fiestas universitarias y los botellones han sido siempre muy comunes entre los estudiantes, pero la situación epidemiológica actual ha obligado a apelar a la responsabilidad de los jóvenes, a quienes les piden que eviten ese tipo de encuentros. "¿De verdad se pensaban las autoridades que la pandemia iba a cambiar la situación?", pregunta Lizondo. "Hay muchos jóvenes que estamos concienciados con la grave situación que estamos viviendo, pero muchos otros jóvenes -y no tan jóvenes- son tan egoístas que no ven más allá de sus necesidades y deseos, y solamente les interesa salir de fiesta y ‘recuperar el tiempo perdido’ con los amigos", lamenta la estudiante.

El miedo a que se pueda decretar otro confinamiento puede ser otra de las razones que expliquen algunos comportamientos. Según la socióloga Paula Ruiz, muchos, "mientras tratan de recuperar el tiempo perdido durante el confinamiento de marzo, intentan aprovechar ahora para realizar este tipo de actividades".

"¿Qué culpa tengo yo, que desde que llegué a Granada he salido lo mínimo y he visto a mis amigos tres veces contadas?"

Esta situación está provocando que paguen justos por pecadores, algo que varios estudiantes -privados de las clases presenciales por ciertos actos irresponsables- ya han denunciado. "Muchos jóvenes respetan todas las medidas, se juntan con sus amigos lo mínimo posible para no ponerse en peligro, hacen la mínima vida social fuera de su círculo estrecho... y ahora, por unos cuantos insensatos, toda la universidad de Granada nos quedamos sin clases. ¿Qué culpa tengo yo, que llevo desde que llegué a Granada saliendo lo mínimo y viendo a mis amigos tres veces contadas?", asevera la joven. "Yo estoy pagando un piso de estudiantes porque vivo lejos de Granada, y ahora me dicen que tengo que estudiar a distancia".

Lizondo considera que, si todos hubieran seguido las medidas desde el principio, "no habríamos llegado a esta situación" y lamenta que muchos no hagan como ella, a la hora de "ser responsables y pensar en la sociedad en conjunto".

"No podemos generalizar"

Los estudiantes insisten en señalar que se trata de casos aislados, y que son muchos más los responsables que los irresponsables. Muchos han visto cómo, desde la desescalada, se ha señalado a los más jóvenes como principales culpables de los rebrotes y aseguran que los adultos también llevan a cabo este tipo de conductas.

"Está claro que las fiestas son un foco de contagio; pero creo que no podemos generalizar, ya que existen otros focos, y estigmatizarlos puede suponer un error que, lejos de frenar estas conductas, las acentúe", concluye la socióloga Paula Ruiz.

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