Los gatos, tan adorables como misteriosos, han fascinado a los seres humanos a lo largo de la historia. Sin embargo, como ocurre con muchos otros animales a menudo se rodean de mitos y creencias erróneas que han perdurado con el tiempo.
Aunque los mitos pueden persistir, es esencial entender la verdadera naturaleza de estos frecuentes animales domésticos de familia. Al conocerlos mejor, podremos ofrecerles el cuidado y las atenciones que merecen. Por ello, ante cualquier mito atribuido a los gatos, es mejor cuestionarlos y contrastar las fuentes.
Los gatos son más independientes que los perros
Es cierto que los gatos disfrutan de momentos solitarios y son más autónomos, pero eso no significa que no necesiten nuestra atención, cariño y dedicación. Con frecuencia, descuidamos la estimulación ambiental y el ejercicio en nuestra convivencia con estos felinos, lo que requiere que nos involucremos más para crear un entorno adecuado y dedicarles tiempo.
Hay numerosos gatos que desarrollan ansiedad por separación y son, en términos coloquiales, 'lapas' felinas que no se despegan de sus convivientes. A través de las interacciones cercanas con sus cuidadores, los gatos también forman fuertes lazos emocionales y eso aumenta su bienestar animal.
Los gatos son más fáciles de cuidar
Relacionado con el mito anterior, frecuentemente se expresa que, ante la dificultad de cuidar de un perro (u otro animal), es más cómodo y fácil tener un gato.
Aunque no es necesario sacarlos a pasear varias veces al día como a los perros, la etología felina moderna sugiere que debemos dedicarles un tiempo diario similar para interactuar activamente, jugar y presentarles retos psicológicos que los mantengan en su mejor estado físico y mental.
Pueden ser menos demandantes de atención constante, pero no en términos de ejercicio y cuidados específicos, como el mantenimiento de su pelaje, una alimentación adecuada y la visita al veterinario de forma regular.
A todos los gatos les gusta el pescado
Los gatos son animales carnívoros que necesitan una dieta rica en proteínas de origen animal, pero no todos los gatos tienen un amor innato por el pescado. El pescado tiene un olor muy apetitoso para ellos, pero los gatos también tienen una naturaleza gourmet. Algunos gatos pueden disfrutar de unos bocados de pescado, pero una dieta exclusiva o abundante solo de pescado puede ser insuficiente y poco saludable.
Es preferible proporcionarles un menú variado, con presencia de todo tipo de carnes.
El color influye en el carácter
Este estereotipo está muy arraigado en la cultura popular, y por eso es importante cuestionarlo. El color del pelaje de un gato no determina su personalidad. Cada gato es único y su carácter depende más de su genética, el entorno y la socialización.
Los gatos odian el agua
Este mito es una verdad a medias. A rasgos generales, a los gatos no les gusta el agua por una razón práctica: su pelaje absorbe el agua (a fin de cuentas, su origen está en regiones desérticas), por lo que si se mojan, después les resulta enfarragoso e incómodo, es difícil acicarlo y tarda en secar, lo que puede afectar a su necesidad de sentirse ágiles y ligeros para huir o cazar si se presenta la ocasión.
Y aunque muchos gatos prefieren evitar el agua, algunos disfrutan de nadar o jugar con ella. Existen razas desarrolladas bajo presión reproductiva que tienen una abierta tolerancia y predisposición a nadar, como los maine coon y los gatos del bosque de Noruega. Con el debido aprendizaje, todos los gatos pueden ser entrenados gradualmente para aceptar el agua sin problemas, lo que puede ser muy beneficioso a la hora de tener que darles un baño sin convertir la experiencia en una batalla campal.
Los gatos tienen 7 vidas
Aunque los gatos son animales ágiles y tienen reflejos asombrosos que les permiten escapar de situaciones arriesgadas, solo tienen una vida como cualquier otra criatura.
Este concepto erróneo probablemente surgió ante la asombrosa capacidad acrobática de la que hacen gala y cómo pueden salir relativamente intactos de caídas o accidentes que nos parecen demasiado peligrosos, pero esto se debe a su anatomía, que les otorga algunas y limitadas ventajas gracias a las clavículas flotantes y la amortiguación de sus discos vertebrales, excepcionalmente elásticos.
Los gatos son nocturnos
Los gatos pueden llegar a dormir alrededor de 18 horas al día. Eso les deja un rango de seis horas, aproximadamente, de plena actividad. Aunque a menudo se relacione a los gatos como una especie intrínsecamente nocturna, lo cierto es que es un animal de hábitos crepusculares.
Este comportamiento, que procede de sus orígenes salvajes, responde a sus prácticas de caza: roedores al anochecer, y aves al amanecer. En consecuencia, es común que los gatos estén más activos durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Aunque pueden tener momentos de actividad durante la noche, su comportamiento crepuscular no significa que sean exclusivamente nocturnos.
No tienes un gato, un gato te tiene a ti
Es una verdad indiscutible que, en el caso de los fascinantes y heterogéneos felinos domésticos, son ellos quienes nos adoptan y se convierten en los dueños de la casa. Nosotros somos servidores a su disposición, siempre tratando de descifrar sus peculiares comportamientos y satisfacer sus caprichos.
Ronroneos, maullidos tiernos, parpadeos lentos... Definitivamente, los gatos saben cómo tenernos en la palma de su pata.
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