Reportaje

El timo del asfalto recorre los polígonos de España: "Aparecieron con dos tráiler y nos hicieron una 'performance'"

VIDEO TIMO ASFALTO
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Varias personas disfrazas de operarios imitan trabajar en el asfaltado de la nave de Marta poco antes de desaparecer tras recibir el pago pactado.
CEDIDO

Cuando sonó el timbre de la nave a media mañana, a Marta no le extrañó. Hacía casi dos años que ella y su socio alojaban su empresa de audiovisuales en el polígono, ubicado en el sur de Madrid, y las visitas de otras de las personas que trabajaban alrededor eran relativamente habituales.

Abrió la puerta y encontró a un hombre "con pintas de guiri" y vestido con ropa de trabajo. "Nos dijo: 'Hola, mira, que estamos haciendo una obra dos calles más para allá, estamos asfaltando unas calles y nos sobra un poco de asfalto y nos hemos dado una vuelta por la zona por si a alguien que tenga el suelo en mal estado le puede interesar. Te echamos aquí esto en un momentito, solo te cobramos la mano de obra y te arreglamos la entrada", relata Marta, que prefiere no dar su apellido.

La oferta resultaba interesante, pero la nave no era suya, así que debía consultarlo con el casero. Intercambió teléfonos con el hombre, que dijo llamarse Sam, y quedaron en hablar más tarde. Tras una primera llamada en la que Marta le dijo que aún no había podido hablar con su casero, a la segunda, Sam llamó directamente para avisar de que estaban en la puerta preparados para comenzar el trabajo.

"De repente aparecieron dos tráiler, uno con asfalto y otro con máquinas apisonadoras, siete personas vestidas como trabajadores de la construcción y nos montaron la performance del siglo. Hubo un momento en el que me sentí demasiado presionada pero ya estás metida en el follón". Comenzó una negociación del precio en la que también participó el casero que concluyó en 1.000 euros a cambio del asfaltado de la entrada.

Los operarios empezaron a trabajar y Marta subió con Sam al despacho. Mandó una transferencia a la cuenta que le indicó, Sam le entregó una factura y se marchó. Marta se quedó trabajando arriba mientras veía las obras por la ventana. Hizo hasta un vídeo a los trabajadores. Estaba contenta con la suerte que había tenido.

Al rato, silencio. Todo el circo ambulante había desaparecido tan pronto como había llegado y, en la entrada, había ahora una mancha negra de asfalto sin trabajar, sin uniformidad y que se levanta con solo arrastrar el pie por encima. "Ahora, tenemos una tonelada de basura en la puerta", se lamenta Marta. El timo del asfalto estaba consumado.

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio con foto estafa del asfalto
Marta observa la entrada de la nave donde está su empresa, con el asfalto sin trabajar y de mala calidad que los timadores le dejaron en la puerta.
José González

Estafas, por toda España

El pasado verano, la Guardia Civil anunció que había desarticulado en Picassent, Valencia, una organización criminal formada por ciudadanos irlandeses que se dedicaba a cometer el timo del asfalto por el que habían estafado más de dos millones de euros.

La comisión de esta estafa coincide con el relato de Marta. Una persona se presenta en empresas haciéndose pasar por miembro de una constructora y se ofrece a asfaltar la entrada de la nave a un precio muy por debajo del mercado. Los clientes creen estar ante una ganga, aunque en realidad los estándares de calidad terminan siendo muy inferiores a lo exigible, según informaron entonces fuentes policiales.

En una operación realizada en 2014, la Guardia Civil detuvo por primera vez a cinco personas, todas ellas de nacionalidad irlandesa, a las que atribuyó la pertenencia al "clan de los irlandeses", siendo estos muy itinerantes y sin domicilio fijo en España, hospedándose en campings y otros establecimientos hoteleros para dificultar su localización.

En la citada operación del pasado verano, fueron detenidas otras cinco personas, también de nacionalidad irlandesa, y se puso en búsqueda y captura a un sexto hombre que se encontraba en el extranjero. Se consideró a los detenidos como presuntos autores de delitos de estafa, contra la hacienda pública, contra la seguridad social, blanqueo de capitales y organización criminal.

Navarra, País Vasco, Galicia, Andalucía, Baleares, Cataluña, Aragón… El circo ambulante de los estafadores del asfalto ha hecho estragos por los polígonos de toda la geografía nacional desde 2014. No será, por tanto, la primera vez que organizaciones como esta acaban llegando a los tribunales, pero, por lo general, las consecuencias no pasan de tener que restituir la cantidad estafada.

"Nosotros investigamos a un grupo criminal pero habrá varios grupos y dentro de esos grupos había una organización posiblemente a nivel internacional", explican fuentes de la investigación de la Guardia Civil de Picassent, que explican que las distintas investigaciones desarrolladas por toda España están siendo unificadas ahora para que, probablemente, el caso acabe en manos de la Audiencia Nacional, siendo juzgado como una organización criminal.

Investigan una organización de origen irlandés acusada de cometer el 'timo del asfalto' por toda España
La Guardia Civil incautó maquinaria y detuvo a cinco personas acusadas de realizar el timo del asfalto el pasado verano en Valencia.
Europa Press

Un posible señuelo

Después de que los camiones y los supuestos trabajadores desaparecieran de la puerta de la nave de Marta, ésta llamó de nuevo a su contacto con la empresa, Sam. El irlandés respondió a la llamada y le tranquilizó diciendo que les faltaba un material y que regresarían al día siguiente por la mañana para terminar el trabajo.

"Ese día, por la noche, mi socio quedó con un amigo suyo que trabaja en la construcción y en cuanto empezó a contarle la anécdota su amigo le cortó y le dijo: 'Te han estafado'", declara Marta. "Ya nos pusimos a investigar, vimos que había un montón de artículos relacionados con el tema, intentamos cancelar la transferencia, pero ya no se podía. Yo no pude dormir esa noche y a las 6 am estaba en la comisaría denunciando".

Según el relato de Marta, la escasa cantidad de dinero que habían pedido los estafadores -en otras ocasiones han llegado a obtener más de 10.000 euros- hizo sospechar a la policía que se podía tratar de un señuelo para dar mayor credibilidad a su puesta en escena y mandó un equipo a la nave esa misma mañana por si los timadores volvían a acudir.

Nadie apareció y, dos semanas después, la entrada sigue cubierta de una capa de asfalto negro sin compactar. "No es solamente el dinero que te han estafado, también es que te han dejado ahí un destrozo", declara Marta, que, en cualquier caso, se lamenta del perjuicio económico para su pequeña empresa. "Puede parecer poco dinero, pero para nosotros, 1000 euros… ¡Qué dolor!", dice, llevándose la mano al corazón imitando una puñalada.

¿Estafa o un simple incumplimiento de contrato?

La policía advirtió a Marta que este tipo de estafas se encuentran en el límite de un simple incumplimiento de contrato, sin consecuencias penales, por lo que resulta difícil que los timadores acaben teniendo que pagar demasiado castigo aunque sean detenidos, más allá, en el mejor de los casos, de la restitución del dinero recibido.

Así ocurrió con un empresario guipuzcoano, que consiguió interceptar a los estafadores después de que le hubieran cobrado 12.000 euros antes de intentar abandonar el lugar de manera precipitada. La Ertzaintza intervino y precintó el camión, lo que permitió que se celebrara un juicio que culminó el año pasado con una sentencia que obligaba a restituir al empresario la cantidad transferida.

"Estamos entre dos figuras: lo que se llama el negocio civil criminalizado y una estafa. Son líneas muy finas a nivel jurídico que nos puede hacer que caiga en jurisdicción civil, por un incumplimiento contractual, o en una penal", declara Elena Ruiz, coordinadora del servicio de orientación jurídica de lo contencioso administrativo del Colegio de Abogados de Madrid.

"El delito de estafa exige un engaño previo que provoque un acto traslativo patrimonial", explica Ruiz. "El engaño de forma aislada aparentemente es difícil de probar, pero en un delito tienes que estar en los actos anteriores preparatorios, en el que fecha han dado de alta a la empresa, cuántos trabajadores trabajaban, el objeto social, cuantas prestaciones de servicio hay, lo que han declarado a Hacienda… si todo eso empieza a oler mal todo lo que vaya después es muy probable que responda a un escenario ilegal".

Esta es la vía que decidieron tomar el grupo de investigación de la Guardia Civil de Picassent. "Ellos juegan con que la estafa vaya por la vía civil, pero, en este caso, ya no es solo la estafa es que están pagando a trabajadores sin cotizar y sin declarar a Hacienda, así que hemos intentado llevarlo más por el tema de blanqueo de capitales y por el funcionamiento de la propia empresa", declaran las ya citadas fuentes de esta investigación, que prevén que el caso "va para largo y, probablemente, se incorporen otros países".

En el caso de Marta, además de lo pagado a los estafadores, los daños y perjuicios derivados de la estafa incluirían también la obra de reparación de la entrada, cuyo coste va a asumir el casero. Mientras, los estafadores siguen recorriendo la geografía nacional.

Tras contarle la anécdota a una amiga, ésta llamó a Marta la semana pasada. Un hombre irlandés se había presentado en su nave, en Toledo, ofreciendo asfaltar la entrada a bajo coste. La policía propuso al dueño de la nave aceptar la oferta para tender una emboscada a los timadores, pero este, según el relato de Marta, no quiso involucrarse. Los timadores del asfalto siguen en la carretera en busca de su nueva víctima. 

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