Así es el samoyedo, el inagotable e inteligente perro que lleva el nombre de un pueblo seminómada de Siberia

Rastrear con certeza el origen de las razas caninas basales, es decir, antiguas o primitivas y muy anteriores a la moda de la selección despiadada del siglo XIX, resulta difícil por numerosas razones. La principal razón es que generalmente estos perros domésticos —que también se vieron sometidos a selección genética, por supuesto— surgieron en poblaciones igualmente primitivas y aisladas que, como era de esperar, no nos dejaron por escrito cómo fueron conformando la apariencia de sus perros domésticos y bajo qué propósitos, aunque esto podemos deducirlo.

Muchas de estas razas primitivas están vinculadas a poblaciones nativas del Ártico, y pertenecen al grupo de razas nórdicas como el alaska malamute, el husky siberiano y en general, el grupo de los spitz. A ello se añade la dificultad etimológica para rastrear sus orígenes porque para estas poblaciones, sus perros se llamaban “perros” en su idioma, al margen de que hubieran realizado una selección artificial durante generaciones para darles a sus animales domésticos un aspecto muy particular, lo que termina por embrollar la imagen general y resulta francamente difícil cribar el dónde, cuándo y con quiénes surgieron estas razas antiguas que además pudieron verse afectadas por retrocruces con poblaciones cercanas.

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El samoyedo es una de esas razas, que estamos razonablemente seguros gracias a estudios de ADN que desciende de los perros nenets herding laika, una raza de pastoreo de renos que acompañaba al grupo étnico de los Nénets, nativos de la Rusia ártica, y que forman parte del grupo de pueblos nativos samoyedos.

La cosa se complica porque el término laika, que como ejemplo de la etimología antes mencionada significa algo tan vago e impreciso como "ladrador", no hace referencia a una única raza, sino a una variedad de perros domésticos de caza y trineo vinculados tradicionalmente a los pueblos del norte de Rusia y territorios contiguos.

La raza moderna del samoyedo que todos conocemos fue presentada mundialmente gracias a la expedición Fram al Polo Norte, que se inició en 1893 por un explorador noruego. Adquirió 33 perros al pueblo nénets, muchos de los cuales no sobrevivieron, pero en las notas que nos dejó el explorador, y algunas imágenes que conservamos en los archivos históricos, podemos apreciar que para iniciar su travesía ya contaba con perros blancos, con muchísimo pelo, cola doblada sobre la espalda y que definía como “fuertes, duros y excelentes para tirar de los trineos y en la caza de osos polares”.

Un samoyedo estuvo expuesto en el zoológico de Sídney, Australia, hasta que fue comprado por un matrimonio inglés y traído a Europa en 1909, y del que desciende un gran número de samoyedos actuales. En Estados Unidos, los primeros samoyedos llegaron en 1904, regalo de un gran duque ruso a una aristócrata belga emigrada.

Malos perros de protección, pero muy vocales y astutos

Los samoyedos, que cariñosamente se apodan sammys para acortar, son perros enérgicos, atléticos y muy versátiles, que en la actualidad participan en actividades como el agility, la obediencia, el mushing, rastreo e incluso en campeonatos caninos de pastoreo.

Tienen predisposición a ser amables y sociables con propios y extraños, por lo que entre sus virtudes no destacan como perros de protección, pero sí hacen uso de ladridos y aullidos con frecuencia.

Son animales que necesitan un nivel alto de ejercicio para mantenerse en forma y evitar que desarrollen problemas de comportamiento y de salud por aburrimiento y energía contenida.

Antes de adquirir un samoyedo se debe considerar también la dedicación al cuidado de su largo y blanco pelaje, de doble capa y con un nivel considerable de caída, y por consiguiente asumir que tendremos pelos blancos en prácticamente todas las superficies durante los periodos de muda. El único color admitido del samoyedo es el blanco, bien puro o con ligera tonalidad crema, y los ojos y párpados deben ser oscuros.

Para ampliar información sobre la raza y contactar con criadores oficiales que proporcionen una cría bajo estándares de bienestar animal y garantías de salud de que sus líneas están libres de algunas enfermedades como la glomerulopatía hereditaria del samoyedo, displasia de cadera, problemas oculares o diabetes, se puede acudir a la Asociación española de perros nórdicos y akita, club colaborador de la Real Sociedad Canina de España.

Debido al carácter de estas razas y que no son aptas para todo el mundo, lamentablemente hay numerosos perros nórdicos, puros y sus cruces, disponibles para adoptar, y que se pueden consultar en los grupos de difusión Nórdicos sin hogar, Nórdicos en adopción o SOS-Nórdicos.