De la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo al Lyme, las zoonosis por garrapatas aumentan: "Son peligrosas. Hay que evitar las picaduras"

Una garrapata sobre la piel de una persona, en una imagen de archivo.
Una garrapata sobre la piel de una persona, en una imagen de archivo.
VITHAS / EUROPA PRESS
Una garrapata sobre la piel de una persona, en una imagen de archivo.

El cambio climático, la suburbanización y el acceso a zonas de montaña a las que antes no se llegaba están provocando que las personas entren cada vez más en contacto con las garrapatas, causantes de numerosas enfermedades, algunas potencialmente mortales. El calentamiento del planeta provoca que la mortandad de estos artrópodos se reduzca y que aumente su población. Con el calor tienden a volverse más agresivas y la globalización contribuye igualmente a que se dispersen con mayor facilidad.

"No podemos acabar con ellas, por lo tanto tenemos que ponérselo difícil", apunta el doctor José Antonio Oteo. El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) señala que se debe informar a la ciudadanía del peligro que representan y que es importante estar alerta, pero insta a no alarmar a la población: "Muy pocas personas a las que les pican van a desarrollar una enfermedad. Lo que ocurre es que todos los días se producen miles de picaduras".

Las diferentes especies existentes pueden ser vectores de distintos patógenos que pueden causar por ejemplo la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, calificada por el doctor Oteo como "la gran amenaza". En los últimos nueve años se han detectado en España 12 casos con 4 fallecimientos. Los dos últimos fueron confirmados por el Ministerio de Sanidad la semana pasada.

En la lista de enfermedades están también la fiebre botonosa, la anaplasmosis o la neoehrlichiosis, diagnosticada por primera vez en España recientemente. Y entre esas patologías se encuentra también la enfermedad de Lyme, originada por la bacteria Borrelia burgdorferi que transmite la especie Ixodes ricinus. Conocida como la "gran imitadora", en España, al igual que en el resto del mundo, la manifestación clínica más típica es la lesión cutánea inicial en la zona de la picadura de la garrapata, que se denomina eritema migratorio (lesión eritematosa de aspecto anular).

A nivel neurológico, lo más típico de esta dolencia en niños es la parálisis facial. En los adultos, tras la fase cutánea también pueden darse cuadros de meningoradiculitis y artritis. Hay pacientes que sufren dolores, hormigueos, contracturas en un brazo, por ejemplo, que se quitan a la semana y pasan después al otro brazo o a una pierna. "Si a esas personas les hiciéramos un electro veríamos que en un porcentaje hay alteraciones en la conducción eléctrica del corazón. En algunos pacientes tiene trascendencia clínica pero lo normal es que sea algo asintomático", explica el especialista. 

En el caso de las afecciones más graves, cuando se produce una invasión del sistema nervioso central, puede llegar a simular una esclerosis múltiple y otras afecciones más raras. En esa fase pueden inflamarse los nervios periféricos y aparecer una polineuritis, con adormecimiento de las extremidades, y aparecer problemas de concentración.

En un contexto en el que las hospitalizaciones por Lyme han aumentado un 191,8% en España entre 2005 y 2019, 20minutos habla con el doctor Oteo principalmente de esta enfermedad. Los afectados se quejan de un alto índice de infradiagnósticos, así como de la falta de reconocimiento e investigación.

¿Cómo se comporta esta enfermedad?Puede afectar a múltiples órganos y sistemas y es muy dinámica en el tiempo. Lo típico es que en el punto de la picadura, al cabo de unos días, incluso pueden pasar dos o tres semanas, aparezca una mancha roja, una mácula, que se va expandiendo por los bordes. Se suele ir aclarando por el centro y a veces adquiere un aspecto de diana, con diferentes tonalidades. Tiene por lo menos cinco centímetros y puede llegar a medir hasta 70. Cuando el paciente viene a la consulta lo normal es que tenga entre 10 y 15 centímetros. Este eritema puede ser polimorfo y en ocasiones, alrededor hay otra u otras manchas, muy parecidas pero más pequeñas.

¿Pica?No. Tampoco duele. A veces se acompaña de sensación de cansancio o de tener una gripe leve. Pero lo normal es que el paciente solo se note la mancha. Si pasa desapercibida, o se confunde con otras lesiones de inflamación de la piel y no se trata correctamente, algunas personas desarrollan complicaciones, porque la bacteria que está en la piel se disemina a otros órganos. Lo más frecuente es que afecte al sistema nervioso, al corazón o a las articulaciones.

¿Si se pilla a tiempo es fácilmente curable?
Se cura perfectamente con antibiótico.

¿Es cuando no se detecta pronto cuando se cronifica?Mejor que hablar de cronificar sería hablar de persistencia. Porque el término crónico conlleva una especie de pronóstico. Una cosa es crónica cuando no se puede curar. La infección por Borrelia burgdorferi se puede tratar correctamente con antibióticos. Otra cosa es que puedan quedar secuelas.

Sabemos que las garrapatas tienen muchos microorganismos que todavía no se han implicado en patología humana pero eso no quiere decir que no lo hagan en el futuro

¿Los pacientes acuden a tiempo o al ser una mancha que ni pica ni duele se deja pasar?Ese es un problema. Puede pasar desapercibida, sobre todo si está en una zona no accesible a la vista, confundirse o ser tratada incorrectamente. Eso daría lugar a la aparición de las siguientes fases. Pero creo que en todo el mundo es una afección bien conocida y pienso que los médicos, cuando ven una lesión de estas características, tienen en consideración que se puede tratar de Lyme.

Los pacientes se quejan de que es una enfermedad infradiagnósticada.Aquí hay un problema. Es un tema muy polémico, y es que salvo la lesión de la piel y la parálisis facial, el resto de las manifestaciones no son específicas de la enfermedad y es muy frecuente que a la gente le piquen garrapatas que la transmiten. Más de la mitad de pastores y guardas forestales tienen anticuerpos frente a esta bacteria y eso no significa que tengan Lyme. No podemos determinar que por tener anticuerpos y sufrir dolores articulares, cansancio o déficit de concentración estamos ante esta enfermedad. Puede ser por muchas otras patologías. Hay personas que por desgracia no están diagnosticadas pero a otras, por tener anticuerpos o una prueba positiva por otras técnicas, muchas de ellas no validadas por el diagnóstico, les dicen que tienen una enfermedad de Lyme, y a veces que es crónica. Ni están todos los que son ni son todos los que están.

¿Cómo se puede abordar este tema para que todo el mundo tenga un diagnóstico correcto?
Aquí es donde tenemos el problema. Hay que desarrollar técnicas sensibles y específicas y hay que darle importancia a las garrapatas. Hay que difundir que son peligrosas y que transmiten muchas enfermedades. Cuando empecé a investigar las enfermedades transmitidas por garrapatas en el año 86, en España solo se habían descrito la fiebre botonosa y la babesiosis. Ahora hay 14 bien descritas. Algunas se han dado a conocer aquí y se ha extendido su conocimiento por el mundo. Las personas están más concienciadas, más alerta y acuden al médico. Es lo que tienen que hacer. Tienen que saber cómo quitarse las garrapatas y tienen que conservarlas un tiempo porque eso nos puede ayudar a enfocar el diagnóstico. Podemos investigar qué microorganismos tienen dentro. Sabemos que hay muchos que todavía no se han implicado en patología humana pero eso no quiere decir que no lo hagan en el futuro.

El Instituto Carlos III ha determinado un aumento del 191% en hospitalizaciones por Lyme entre 2005 y 2019.Hay muchos factores a analizar ahí, entre ellos, que ahora se ha aprendido a diagnosticar la enfermedad. Como se registran las formas neurológicas, antes a muchos de estos pacientes se les etiquetaba como síndrome de Bannwarth, parálisis faciales… y no se les ponía el apellido de Lyme. Posiblemente han aumentado los casos pero también es cierto que hay más sensibilización y se reconocen mejor. Los laboratorios de microbiología nos ayudan más al diagnóstico.

¿No le preocupa entonces que se vaya a disparar el número de casos?Tanto como disparar… Creo que va a haber un incremento progresivo. También hay un conocimiento progresivo de la enfermedad. Eso hace que se diagnostique antes y mejor. Y la preocupación de las garrapatas en España no hay que centrarla solo en la enfermedad de Lyme. La gran amenaza es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. De los casos diagnosticados ha causado una mortalidad del 30%. Los Hyalomma, que son las garrapatas que trasmiten esta fiebre, cada vez pican más a personas y están extendiéndose. Eso motivó que nos pusiéramos a investigar la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en el Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores del CIBIR. Haciendo muestreos en Extremadura en 2010 encontramos el virus por primera vez en garrapatas recogidas sobre ciervos. Años más tarde se describió el primer caso y ahora está habiendo un goteo. Es peligroso porque si no se reconoce a tiempo puede ser mortal.

Jose Antonio Oteo, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del CIBIR y portavoz de la SEIMC

Jose Antonio Oteo

Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra en 1990, es especialista en Medicina Interna. Es jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas en el Hospital San Pedro de La Rioja y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR). "El grupo que dirige en el campo de la investigación de artrópodos vectores ha sido pionero en la descripción de nuevas enfermedades transmitidas por garrapatas y ha publicado la mayor serie de pacientes con enfermedad de Lyme en España", destaca el CIBIR.

¿La enfermedad de Lyme no llega a provocar la muerte?Es muy raro. En la literatura están descritos los casos de algunas personas que sufren la enfermedad con mucha afectación cardiaca y que al cabo del tiempo presentan una miocardiopatía dilatada. También está descrito algún caso de miocarditis con arritmias, pero no es habitual.

¿Qué pueden hacer los ciudadanos?
Ahí está la clave. Cuando vamos al campo, a zonas donde hay hierbas altas, tenemos que evitar ir con pantalón corto poniendo en contacto la piel con la hierba. Si no es una zona muy cuidada y en la que sepamos que circulan muchos animales, tenemos que llevar calcetines por encima de los pantalones, o botas con protectores, camisas de manga larga, y sobre todo hay que revisarse el cuerpo después. A veces simulan un lunar pequeño. Si se mueve, se levanta, es una garrapata. Hay que extraerla bien, con pinzas. No hay que usar aceite, ni gasolina, ni quemarlas, ni intentar quitarlas con la mano y estrujarlas porque si tienen toxinas, bacterias o virus nos las vamos a autoinocular.

¿Existen repelentes eficaces?
Los repelentes son poco eficaces. Sirven durante cortos periodos de tiempo. Hay que tener cuidado de no echárselos en la piel a los niños pequeños. Hay que usarlos sobre la ropa. Las personas muy expuestas por su trabajo suelen tratar la ropa con productos que tienen larga duración y que los hacen algunas farmacias especializadas. Los ultrasonidos no sirven para nada. Lo que hay que hacer es evitar la picadura.

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