Poco sabemos del origen de la raza azul ruso, aunque todo apunta a que llegaron a otros países de Europa en los barcos de comerciantes desde el puerto de Arkhangelsk, en el norte de Rusia, que se encuentra a menos de 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico. De hecho, antes de darles su nombre definitivo a mediados del siglo XX, se conocían como gatos arcángel, por el nombre de la ciudad.
Fueron presentados oficialmente en la exposición felina de 1875 en el Palacio de Cristal de Londres. Pero hubo que esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial para que criadores europeos y norteamericanos trabajaran en desarrollar la raza que actualmente conocemos, y que, desde 1960, comenzó a ganar popularidad y le ha convertido en una de las razas favoritas en los hogares por su singular apariencia y un comportamiento muy agradecido.
El gato azul ruso posee un color de manto único, que no comparte con ninguna otra raza felina, dado que los reflejos plateados que presenta son debidos a que carece de pigmento en la punta del pelo. También son características las almohadillas de sus patas, que presentan un tono lavanda. Sus ojos, única y exclusivamente, pueden ser de color verde.
Tímidos con extraños, y tranquilos en la convivencia
Una de las razones que ha hecho popular a esta raza es por mostrar, a rasgos generales, un carácter muy dulce y sensible con su núcleo familiar. También son tranquilos y tolerantes en la convivencia con niños y otros animales, y aunque necesita, como todos los gatos domésticos, una estimulación ambiental apropiada para su bienestar y mantener una salud física y psicológica adecuada, es una raza que destaca por ser serena, cautelosa y reservada, que no exige atención continuada.
Por otro lado, pese a ser una raza conocida, no ha sufrido una demanda despiadada y sus linajes se han mantenido muy sanos y no presenta ninguna enfermedad inherente de origen hereditario, dando ejemplares que pueden alcanzar los 20 años con cierta frecuencia. Su doble pelo, grueso, afelpado al tacto, requiere cepillados semanales para mantenerlo en buen estado y ayudarles durante las mudas.
Existen criadores en España, pero, como suele suceder con otras razas como el siamés, a menudo se confunde el color del manto con la raza, y se ofrecen o definen como azules rusos gatitos que simplemente tienen un pelaje de color gris, o azul en términos de genética felina. Es necesario advertir de estas estafas y no contribuir ni promover la venta entre particulares que no disponen de los permisos oficiales ni garantizan la buena salud de sus ejemplares.
Para contactar con un criador legal de azul ruso, recomendamos acudir a la Asociación Felina de España, de la Federación Felina Internacional, o al Club Felino de Madrid, perteneciente a la Federación Mundial de Gatos.
También podemos adoptar a un gato con necesidades más urgentes de encontrar un hogar estable y definitivo, como esta gata azul con menos de un año, que se encuentra en Sevilla y con posibilidad de envío.
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