Finalista en 'Masterchef', coronavirus con terribles secuelas y una separación: el año más largo de Ainhoa Arteta

Ainhoa Arteta, en una imagen de archivo.
La soprano Ainhoa Arteta.
Josefina Blanco
Ainhoa Arteta, en una imagen de archivo.

Parece que ha pasado mucho más tiempo desde que una risueña Ainhoa Arteta confirmaba en El Hormiguero: Quédate en casa con quién pasaba: el pandémico confinamiento de por aquel entonces: su marido, Matías Urrea, sus hijos, Sarah e Iker, siete perros, cinco gatos, dos loros ("Esto es Jumanji...", aseguró) y hasta un pianista. Pero en realidad apenas han pasado un año y pocos meses. Sin embargo, en ese tiempo la vida de la soprano ha cambiado el rumbo sin, casi, posibilidad de retorno.

Justo después de que se acabase el aislamiento, se anunció que formaría parte de la siguiente temporada de Masterchef Celebrity, que comenzó a rodar muy poco después entre altas medidas de seguridad contra el coronavirus. Ella, mientras tanto, seguía con su trabajo, como al rendir homenaje a Juan Sebastián de Elcano en el V Centenario de la primera vuelta al mundo o, tras el verano, un concierto en Oviedo, aunque este le dio varios quebraderos de cabeza por polémicas políticas derivadas del aforo.

Mientras se sucedían las semanas y seguía como concursante del reality de cocina de La 1, aumentando más del doble su número de seguidores en Instagram (pasó de algo más de 20.000 a los cerca de 50.000 actuales), sus recitales no cesaban: la 69º temporada de ABAO Bilbao Operala segunda sesión del ciclo Les Arts és Lied en Valencia... Y una vez que ya se sabía su posición en Masterchef Celebrity (llegó al último programa, quedando en el cuarto puesto), la tolosarra puso voz a la campaña de Navidad de Cáritas llamada Más cerca que nunca y se atrevió con un villancico solidario con Joe Crepúsculo versionando Noche de paz.

Año nuevo, nuevos infortunios

Pero empezó 2021 y, a partir de ahí, aunque parecía que el año anterior ya de por sí no había podido ser peor, la cantante lírica, que este pasado septiembre cumplió 56 años, una serie de infortunios han hecho que actualmente no deje de ser noticia día sí y día también. Y todo empezó, como ha venido ocurriendo demasiadas veces en los últimos meses, contagiándose de Covid-19, como ocurrió con otros miembros del equipo del programa Prodigios, que estaba grabando.

Pese a que algunos medios atribuyeron a las grabaciones del espacio de la televisión pública como el lugar donde se originaron los contagios, nunca se confirmó de manera oficial ni se supo el número total de contagiados. Ainhoa Arteta fue mejorando y hasta en marzo pudo ir a recoger el III Premio Embajadora de Sevilla que le otorgó la diputación, pero en marzo hacía una aparición pública que daría bastante que hablar: en silla de ruedas.

Las secuelas que le dejaba la enfermedad, más allá de que hubo de ser sustituida en las obras por las que había firmado hasta recuperarse del todo, se agravaron tres meses más tarde: parecía que podía retomar la actividad normal pero la soprano sufrió una inflamación de las venas dentro de las rótulas, por lo que tuvo que entrar en una cámara hiperbárica, en otra imagen que volvía a dejar preocupados a sus seguidores.

Algo que se relajó poco después, en julio, cuando se quitó la máscara y reveló que era ella quien se escondía detrás de Paella en Mask Singer. Sin embargo, a finales de ese mes se comenzarían a suceder una acumulación de desgracias, unas de salud y otras de índole personal, de las que aún se está recobrando, comenzando el día 23 de aquel mes por el colico nefrítico que le tuvo diez días en la UCI, temiendo por su vida en coma inducido durante seis jornadas...

Más secuelas, otro divorcio

…Y más de un mes en el hospital, cancelándose por supuesto la totalidad de sus conciertos. A finales de agosto, cuando le dieron el alta, la cantante lírica lanzó un emotivo mensaje a través de su Instagram en el que agradecía todo el apoyo que había tenido, descubriéndose ya en septiembre que, durante su estancia, sufrió paro cardiaco de larga duración que provocó que se gangrenarán sus extremidades, siendo de total urgencia en el hospital Virgen del Rocío en Sevilla, donde se encontraba, que los médicos tomasen una decisión: amputarle parte del dedo índice de la mano derecha y un dedo del pie derecho.

"Lo más importante es que me salvé", dijo, de nuevo, agradeciendo los mensajes recibidos, y sin hablar de la que había sido la gran noticia de los anteriores días y que pocos podían prever que ocurriría. Porque si alguien, en teoría, había estado a su lado era Matías Urrea, su cuarto marido (y, además, tiene dos matrimonios más "apalabrados", como ella misma ha declarado en alguna ocasión), pero el tiempo en la cama del centro hospitalario le habían hecho darse cuenta de que no era él el hombre de su vida y, solo dos años después de su boda en Cádiz, decidía separarse definitivamente.

Había rumores de que la relación, por el fuerte carácter de ambos, no era la mejor, pero repentinamente salió a la luz una información que dejó atónitos a todos: ni era marido, ni la boda fue una boda. ABC informaba de que la pareja nunca formalizó su unión -no hay ningún registro que los reconozca como matrimonio ni como pareja de hecho- a pesar de los 300 invitados en el castillo de San Marcos (El Puerto de Santa María), por lo que no habría divorcio, sino un acuerdo mucho más sencillo.

Un acuerdo, un vídeo, un audio y un plantón

Porque existía un importante acuerdo de separación entre Ainhoa Arteta y Matías Urrea, que además había hecho las veces de representante de la cantante lírica, que despidió a su anterior agente. Un enorme fallo, según Carmen Lomana, que también explicó, como invitada entonces a la ceremonia, los ataques de celos y las peleas que tenía la pareja. Pero entre cláusulas de confidencialidad, 42.000 euros de deuda de un préstamo que solicitó el militar para, al parecer, hacer frente a deudas contraídas por la cantante y un "mutuo acuerdo" que no era mutuo, saltó la guerra.

"Es absolutamente falso que me haya llevado dinero de ella", fueron las primeras palabras de un muy molesto Urrea a Sálvame, "mi tranquilidad, mi dignidad y mi integridad valen mucho más que 42.000 euros". Mientras tanto, Ainhoa Arteta solo se pronunciaba para dar las gracias por "la fuerza" que le hacían llegar sus fans y amistades y para asegurar que estaba "en plena recuperación". Se había marchado a Euskadi.

La negociación amistosa ya había saltado por los aires y ahora Urrea planeaba, no ya intervenir en un momento dado, sino sentarse en el programa de Telecinco, con unos audios y vídeos, grabados en la privacidad del hogar, en los que aseguraba que Ainhoa Arteta había llegado a asustarle. Los colaboradores los pudieron escuchar, así como la entrevista previa que le hizo el programa.

Su presencia en plató iba a ser este pasado 18 de septiembre... pero el militar acabó plantando al espacio que presenta Jorge Javier Vázquez por "recomendaciones institucionales", acudiendo su representante legal, Teresa Bueyes. Los tertulianos se posicionan de un lado y del otro, incluso con algunos dando a entender que ha habido violencia doméstica de la soprano a su Matías Urrea -algo que negó la propia Bueyes-.

El as en la manga, un do de pecho

Pero a pesar del vídeo y del audio existentes, Ainhoa se negaba a hablar de ello y su idea solo estaba en recuperarse. "Casi me muero, estoy luchando por retomar mi vida", le dijo a Emma García. Su familia estaba apoyándola: su padre no creía que hija hablase mientras dure esto y su hija Sarah, que no ha dejado a su madre en ningún momento (parecen improbables las declaraciones de Belén Esteban asegurando que era esta quien filtraba información sobre la cantante), insinuaba que Urrea no fue una buena influencia para Ainhoa.

Porque ella guarda un as bajo la manga. Una versión de los hechos que está ultimando porque así estaba estipulado. Aunque su reaparición en las revistas, que la han captado en su refugio de Ispáster, Euskadi, más delgada y abatida, haya dado que hablar, lo que seguro que causará un revuelo es la novedad sobre su futuro que ha salido este mismo jueves: se encuentra repasando y actualizando sus memorias, Ainhoa Arteta, al desnudo, que saldrá a la venta este otoño. Así, dando un do de pecho, dará comienzo otro año que, parece casi seguro, volverá a ser de los moviditos en la vida de la soprano.

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