Las mociones de censura en Murcia y en Castilla y León, y la convocatoria de elecciones anticipadas en Madrid han desviado todas las miradas a Andalucía, donde el PP y Ciudadanos gobiernan en coalición con el apoyo parlamentario de Vox.

Los de Santiago Abascal ya han exigido al presidente de la Junta, Juanma Moreno, un adelanto de los comicios en Andalucía, que según el calendario deberían celebrarse en diciembre del próximo año. Y esa es la intención del Ejecutivo de coalición, que ya ha manifestado, tanto desde las filas populares como desde las naranjas, la intención de agotar la legislatura.

La situación en Andalucía dista mucho de las de Murcia o Madrid por varios motivos. En primer lugar, la comunidad andaluza tiene ya aprobado el Presupuesto de este ejercicio, que vio la luz a finales del año pasado, convirtiéndose de hecho la región en la primera de España en aprobar las primeras cuentas de la recuperación frente a la crisis de la Covid-19. Unas cuentas que, al igual que las anteriores, pudieron salir adelante gracias a los votos de Vox, socio necesario para que al PP y Cs le cuadren los números en Andalucía.

La relación además entre los dos socios de Gobierno ha sido fluida desde que llegaron a San Telmo. Hasta el momento, no se han registrado salidas de tono por parte de ninguna de las dos formaciones, que siempre han defendido ser un solo Gobierno e ir todos a una.

Tanto es así, que Ciudadanos mantiene una mejor relación con su socio popular que dentro de sus propias filas, donde son conocidas las fricciones entre el líder y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, y sus afines con otros miembros más críticos, cuya cabeza visible es la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz.

El primer "Gobierno del cambio"

Prueba también del matrimonio bien avenido que forman el PP-A y Cs es que ambos han puesto ya sobre la mesa la posibilidad de que ambos grupos concurran juntos a las próximas elecciones. El primero en hacerlo fue Marín, quien sin embargo recibió casi de manera inmediata el portazo de la presidenta del partido, Inés Arrimadas, quien descartó por completo esa posibilidad. Pero hace tan solo unos días, fue el propio presidente de la Junta quien, en una entrevista en La Vanguardia, aseguró que "el PP y Cs deben sopesar una alianza electoral, sin opas ni presiones".

Y es que la aritmética no engaña y ambas formaciones se necesitan. Les une, por encima de todo, haber conseguido echar al PSOE-A de San Telmo después de 37 años consecutivos de gobiernos socialistas y convertirse en el primer "Gobierno del cambio" en la comunidad. Pero cabe recordar que el PP alcanzó la Presidencia de la Junta tras las elecciones del 2 de diciembre de 2018 con el resultado electoral más flojo de su historia. Los 26 diputados populares necesitaron entonces la alianza con los 21 de Cs, y ni siquiera esta suma alcanzó la mayoría absoluta, que se sitúa en 55 escaños. De ahí el necesario apoyo de Vox, que hace tan solo unos días retiró a cuenta del pin parental. 

Los vientos de las encuestas siguen soplando a favor de la derecha en Andalucía, aunque con algunos cambios. Y es que los sondeos reflejan un crecimiento de Vox y la continuación de la caída de Cs, lo que favorecería la intención de los de Abascal de entrar en la Junta, aunque no así los planteamientos de Moreno, que desde su llegada al poder ha puesto sus energías en significarse como uno de los barones populares más moderado.