El Congreso dará luz verde este martes al Gobierno de Sánchez e Iglesias

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, abraza a Pedro Sánchez tras intervenir ante el pleno del Congreso en la primera jornada de la sesión de investidura de Sánchez.
El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, abraza a Pedro Sánchez tras intervenir ante el pleno del Congreso en la primera jornada de la sesión de investidura.
Emilio Naranjo / EFE
El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, abraza a Pedro Sánchez tras intervenir ante el pleno del Congreso en la primera jornada de la sesión de investidura de Sánchez.

Ocho meses, una semana y dos días después, y salvo cataclismo, el Gobierno de España dejará de estar en funciones y volverá a recuperar sus plenas competencias. Este martes está previsto que el Congreso apruebe por mayoría simple la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo. Y su elección supondrá la puesta en marcha del primer Consejo de Ministros de coalición desde la II República.

Todo está preparado en la Cámara Baja para una sesión que se iniciará a las 12 de la mañana y que se prevé rápida: apenas una breve intervención del candidato (de diez minutos como máximo) y sendos discursos de los grupos para fijar su posición (como mucho de cinco minutos cada uno). La votación, tal y como establece la ley, no podrá celebrarse antes de las 12:45 horas.

Como en esta segunda sesión no se requiere mayoría absoluta, sino tan solo obtener más síes que noes, a Sánchez le basta para ser investido con mantener los mismos apoyos que en la sesión fallida del pasado domingo. Entonces fueron 166 los diputados que votaron a su favor: 120 del PSOE, 34 de Unidas Podemos (una faltó por enfermedad, pero estará hoy), 6 del PNV, 2 de Más País y 1 por parte de Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y BNG.

Sánchez no va precisamente sobrado de apoyos, ya que en su contra votarán los mismos partidos que el domingo: PP (89 diputados), Vox (52), Ciudadanos (10), Junts per Catalunya (8), Navarra Suma (2), CUP (2), PRC (1) y Coalición Canaria, cuya parlamentaria Ana Oramas no se ha retractado de su decisión de desobedecer la orden de su partido, que había decidido abstenerse. Para superar estos 165 votos contrarios serán claves las abstenciones de los 13 diputados de ERC y los 5 de EH Bildu.

El PSOE blinda la investidura

Con unas cuentas tan ajustadas, los nervios están a flor de piel. Y aunque nadie en el PSOE y Unidas Podemos dice temer que algún caso de transfuguismo dé al traste con la investidura (como ocurrió con el tamayazo en la Asamblea de Madrid en 2003), lo cierto es que se están tomando todas las precauciones para evitar sobresaltos. Los diputados socialistas, de hecho, han pernoctado esta pasada noche en Madrid por orden de su grupo. Y la coalición morada también pidió a sus parlamentarios que intentaran hacer noche en la capital.

Y es que la investidura de Sánchez se va a llevar a cabo en un ambiente de extrema polarización que se ha traducido en presiones a algunos de los diputados del sí. Varios socialistas han denunciado haber recibido en los últimos días una cascada de mensajes pidiéndoles votar en contra, "educados algunos, matones y groseros otros", como definió la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, una de las destinatarias.

En la misma línea, la exministra Beatriz Corredor y la diputada Zaida Cantera han recibido sendos correos electrónicos tildándolas de "puta" por su posición. Y el parlamentario José Luis Aceves ha anunciado que denunciará a la policía las "amenazas" que está recibiendo uno de sus compañeros de partido, a quien estarían acosando confundiéndolo con él.

El único diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, también ha sido objeto de presiones para que cambie su voto en la investidura, aunque en su caso las amenazas han ido más allá y, como él mismo denunció en la tribuna del Congreso, se han traducido en una serie de pintadas en su pueblo firmadas por la organización juvenil del partido neonazi Democracia Nacional.

Un plan B

Pero Teruel Existe ya ha confirmado que su decisión de votar a favor de Sánchez es inamovible, y tampoco parece probable que ningún diputado socialista ceda a las presiones para que cambien su voto, que han venido incluso de los partidos de la derecha. La líder de Cs, Inés Arrimadas, fue la más clara cuando el domingo, en el Congreso, pidió que algún diputado socialista "valiente" vote "en contra e impida la investidura".

De todas formas, hay previsto un plan B para blindar la investidura, y pasa por que algunos de los abstencionistas voten a favor si hubiera algún imprevisto. Así lo confirma el PSOE, informa Clara Pinar, y lo dejó entrever el lunes Jon Inarritu, de EH Bildu, que señaló que "puede ser que haga falta un plan anti-tamayazo". Aunque Sánchez no parece preocupado: al ser preguntado el domingo si va a ser investido este martes, respondió con un tajante "¡claro que sí, hombre!". En unas horas se resolverá la incógnita.

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