Los relegados pintores de animales: "Son uno de los temas más universales del arte, aunque muchos no reparen en ello"

  • Los pintores animalistas existen desde la representación de los animales del entorno en las pinturas prehistóricas.
  • El Barroquista: "Es llamativo que se trate como un género menor, cuando es de los más antiguos y complejos".
Este cuadro de Rosa Bonheur representa la expresión canina captada de 7 formas distintas. Se encuentra en el Museo de Orsay.
Este cuadro de Rosa Bonheur representa la expresión canina captada de 7 formas distintas. Se encuentra en el Museo de Orsay.
Dominio público
Este cuadro de Rosa Bonheur representa la expresión canina captada de 7 formas distintas. Se encuentra en el Museo de Orsay.

Paisajes, bodegones, retratos, históricos, mitológicos... Los géneros pictóricos más populares son variados y no tenemos dificultad en citarlos o representar visualmente algún ejemplo de cada uno de ellos, pero es probable que no solo no pensemos en el género de los animalistas o pintores de animales, sino que nos resulte difícil recordar un artista, y un cuadro, donde el único protagonista sea un animal no humano.

La representación de los animales que nos rodean ha sido utilizada para plasmar nuestra relación y la comprensión del entorno desde tiempos antiguos. Así, tenemos las pinturas rupestres de Lascaux, en Francia, que muestran una variedad de animales como bisontes, caballos, uros y ciervos, o las representaciones encontradas en las Cuevas de Altamira, Cantabria, con jabalíes, ponis y mamuts, sin olvidar los hegemónicos bisontes. Las obras de arte prehistórico son ejemplos vívidos del papel significativo que los animales llevan desempeñando en la vida y en la expresión artística de las sociedades humanas.

Por otro lado, la temática artística animal ha trascendido culturas e imperios a lo largo de la historia. En el antiguo Egipto, los animales tenían un papel destacado en el arte, con representaciones de dioses con cabezas de animales. En la pintura china sobre seda se muestra una tradición de representación de animales, con obras que retratan la naturaleza y la fauna de manera detallada y simbólica. Los aborígenes de Australia también han utilizado el arte para representar animales en sus pinturas, destacando la importancia de la fauna en su cultura y en su mitología. Del mismo modo, los nativos americanos han plasmado la presencia de animales en su arte a través de símbolos y representaciones en cerámica, tejidos y esculturas.

A pesar de todo lo mencionado, los artistas que se especializan en retratar animales parecen recibir menos reconocimiento y valoración artística en comparación con otros géneros.

Twitter, el Museo del Prado y Rosa Bonheur

En julio del año 2019, el diseñador gráfico, pintor e ilustrador Luis Pastor inició una campaña en Twitter con el hashtag #UnaRosaParaElPrado al apreciar que la obra El Cid de la pintora francesa animalista Rosa Bonheur, se encontraba en los almacenes del Museo del Prado desde hacía 140 años, con una fugaz exposición temporal durante el 2017.

Esta iniciativa contó con un masivo apoyo de los usuarios y de otras personalidades vinculadas al arte en la famosa red social como Miguel Ángel Cajigal Vera, historiador del arte y comunicador visual, también conocido como El Barroquista.

El 27 de septiembre del 2019, la obra El Cid, que muestra un espectacular retrato de un león, fue finalmente exhibida en las salas del Museo del Prado, otorgando a Rosa Bonheur, una de las retratistas de animales más importantes y elogiadas del siglo XIX, el reconocimiento que merece.

“Cuando se reivindicó El Cid de Bonheur como un cuadro importante de la colección del Museo del Prado mucha gente protestaba ante quienes hacíamos esa reivindicación diciendo que sus cuadros eran de baja calidad, sin haberlos visto en persona y simplemente porque pinta animales”, recuerda Miguel Ángel Cajigal, y añade, “sin embargo, el perro de Goya o el ciervo de Velázquez sí parecen dignos de colgar en un gran museo como el Prado, porque son obras de artistas no especializados y, en este caso, de los dos más venerados de la pintura española. Luego resulta que El Cid es elegido como estandarte de la gran exposición de Bonheur en Francia, así que tan malo no podría ser”.

La obra El Cid, de Rosa Bonheur, realizada en 1879. Regalada al Museo del Prado el mismo año, permaneció en el almacén hasta 2019. Actualmente se encuentra en exposición en la sala 062B.
La obra El Cid, de Rosa Bonheur, realizada en 1879. Regalada al Museo del Prado el mismo año, permaneció en el almacén hasta 2019. Actualmente se encuentra en exposición permanente en la sala 062B.
Alberto Otero Herranz / Wikicommons

Rosa Bonheur, nacida en marzo del año 1822 en el seno de una familia de artistas, demostró desde muy temprana edad un gran talento para el dibujo y la pintura, habilidad que recibió el total respaldo de su familia para que lo desarrollara. Dada su enorme pericia para el arte pictórico, ¿por qué escogió representar animales, un género ‘minoritario’? El Barroquista trata de arrojar contexto: “Se cuenta que su pasión por los animales estaba relacionada con los problemas de aprendizaje de su infancia, en la que fue aprendiendo a identificar las letras porque las relacionaba con animales. Además, creció en el campo en un entorno rural, antes de mudarse a París. Añádele que era un espíritu muy libre, quizás eso también influyó para abrazar ese género no tan popular que también practicaban en su familia”.

Un genero no tan popular pero que, sin embargo, prácticamente la totalidad de los artistas de renombre han tocado, tal como nos explica Miguel Ángel: “Leonardo tuvo gran interés en la representación de animales en sus dibujos y el que quizás es su mejor retrato, la Dama del armiño, incluye una representación animal. Los artistas más famosos han representado animales como parte importante de su obra, desde Durero hasta Picasso. Grandes maestros reconocidos como Delacroix o incluso Goya practicaron la representación de animales con gran calidad, pero los artistas muy especializados en el género animalista, como el gran George Stubbs, no tienen un merecido reconocimiento, más allá de que alguna de sus obras se haya convertido en icono”.

A colación de la Dama del armiño del maestro da Vinci, es importante resaltar que la presencia de animales como acompañamiento de la figura humana protagonista, no es tan escasa en el arte pictórico. El historiador de arte consultado, afirma que la importancia de la representación artística de animales estuvo vinculada a su condición de ser posesiones. De hecho, muchas personas retratadas querían aparecer junto a sus animales de compañía o retratar a sus monturas preferidas. Por eso, los caballos y las mascotas de ámbito doméstico, como perros y gatos, son los animales que aparecen con mayor frecuencia en la pintura occidental. El Barroquista lo describe, y resume, así: “Casi parece que nos gusta la representación de animales siempre que no sea el tema único del cuadro, y eso margina a los pintores de este género”.

"Un perro dormido", bellísima obra realizada por el autor barroco Gerrit Dou en 1650 y que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Boston.
"Un perro dormido", bellísima obra realizada por el autor barroco Gerrit Dou en 1650 y que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Boston.
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Maria Sibylla Merian: el arte de ilustrar la ciencia

Si alcanzar prestigio y celebridad dibujando con una incuestionable pericia animales como perros, gatos, vacas, leones o caballos resulta, por ser amables, una tarea difícil, si hablamos de la ilustración científica de insectos, arácnidos o anfibios, la dificultad se multiplica.

Sin embargo, Maria Sibylla Merian (1647-1717) fue una mujer alemana que publicó dos libros en el siglo XVII y cuyas ilustraciones fueron elogiadas por su enorme precisión y belleza. Porque Maria Sibylla fue naturalista, pintora e ilustradora científica, pionera de la entomología y lo suficientemente intrépida para embarcarse en un viaje a América del Sur para estudiar la fauna y flora de Surinam.

Ilustración de Maria Sibylla Merian de1705 para su libro "Metamorphosis insectorum Surinamensium".
Ilustración de Maria Sibylla Merian de1705 para su libro "Metamorphosis insectorum Surinamensium".
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Si su nombre no resulta nada familiar, El Barroquista sale a nuestro rescate una vez más, “Merian es uno de esos ejemplos paradójicos, porque llegó a ser tan importante en Alemania como para salir en los billetes de los antiguos marcos y, sin embargo, ahora parece que haya que ‘reivindicarla’, cuando hace años llegó a ser así de prestigiosa en su país natal. Es una de las mejores artistas científicas de la historia. Lo gracioso es que cuando esos dibujos de naturaleza los hace Leonardo se le pone la etiqueta de genio universal y cuando Merian los hace, con un planteamiento más sistemático e incluso viajando a otro continente, no se le da el mismo valor”.

El retrato de animales o la pintura animalista, que recibe su propia nomenclatura en francés, animalière, y la ilustración científica, nunca han sido géneros que gozaran de la misma reputación que los demás, pese a requerir un gran conocimiento técnico y una gran sensibilidad artística. Representar a los animales es una tarea compleja, ya que requiere captar su anatomía, sus movimientos y sus expresiones.

En la actualidad, no hay artistas de renombre mundial centrados en la pintura animalista y quienes desean tener un retrato de su animal de familia acuden a ilustradores para realizar un encargo. Sin embargo, como señala Miguel Ángel Cajigal, la presencia de animales sigue estando en el centro de la obra creativa de muchas de las grandes estrellas del arte del último siglo. Un ejemplo de ello es el Guggenheim de Bilbao, que alberga dos obras icónicas: la araña de Louise Bourgeois y el cachorro de Jeff Koons.

El arte animalista existe en todas partes del mundo, por lo que son muchos los artistas que se han dedicado a la representación de perros, gatos y otros animales, ya sea exclusivamente o en algún momento de su carrera. Cabeza de venado, de Velázquez, 1626-1636.
El arte animalista existe en todas partes del mundo, por lo que son muchos los artistas que se han dedicado a la representación de perros, gatos y otros animales, ya sea exclusivamente o en algún momento de su carrera. Cabeza de venado, de Velázquez, 1626-1636.
Museo del Prado
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