Más de la mitad de las familias pobres atendidas por Save the Children tiene trabajo

Una mujer con un niño en brazos recibe ropa de invierno y zapatos que la Fundación Madrina entrega a familias en riesgo de vulnerabilidad en la sede de la Fundación Madrina, a 10 de febrero de 2023, en Madrid (España).
Una mujer con un niño en brazos recibe ropa de invierno y zapatos que la Fundación Madrina entrega a familias en riesgo de vulnerabilidad en la sede de la Fundación Madrina, a 10 de febrero de 2023, en Madrid (España).
Ricardo Rubio / Europa Press
Una mujer con un niño en brazos recibe ropa de invierno y zapatos que la Fundación Madrina entrega a familias en riesgo de vulnerabilidad en la sede de la Fundación Madrina, a 10 de febrero de 2023, en Madrid (España).

Ni tener un empleo ni haber estudiado son ya garantías para no caer en la pobreza. El riesgo acecha por la subida de los precios desorbitados de la vivienda, de los alimentos y por las trabas existentes a la hora de acceder a una prestación o ayuda del Estado. Las familias tienen hoy muchas más probabilidades de sufrir una situación de vulnerabilidad que, en consecuencia, acaba afectando indiscutiblemente a los niños y adolescentes a su cargo. Así lo expone Save the Children, que, a pocos días de las celebraciones navideñas, alerta de la "complicada situación" que afrontan los niños en situación de pobreza en España. 

Tras consultar a 1.170 familias, la organización ha evidenciado un problema importante: a pesar de que el 51% tiene empleo, los padres y las madres de esos menores de edad no consiguen salir de la pobreza. "En su caso, es un esfuerzo que no obtiene recompensa", subraya la entidad en su informe Ser pobre en España, con datos de 2.440 niños de las seis comunidades donde la organización tiene programas de reducción de la pobreza (Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco).

Lo mismo sucede con la educación: en torno al 55% de los padres atendidos por la ONG cuentan con estudios secundarios —aunque uno de cada tres no pasó de los estudios primarios—; y uno de cada diez terminó la universidad. Las cosas han cambiado, tal y como ha resaltado el director general de Save the Children, Andrés Conde, durante la presentación de los resultados. La educación ya no es un trampolín para romper con el ciclo familiar de la pobreza, ni tampoco es clave en el llamado ascensor social. "Sin políticas públicas que apuesten decididamente por acabar con las barreras que impiden romper el círculo de la pobreza, seguiremos condenando a niños y niñas a esta situación", ha advertido. 

Retrato de una familia atendida por la ONG

Lo que ha hecho la organización en este estudio es definir un perfil de las familias que atiende durante el año para identificar las vulnerabilidades y características comunes. El "retrato" de la "familia tipo" que suele atender la entidad es el de una con dos menores de edad a cargo, aunque el 40% son monomarentales. Suelen ser progenitores con bajos niveles de estudios y con trabajo, aunque abocados a distintas formas de subempleo, como la temporalidad o el trabajo a tiempo parcial. ¿El resultado? Casi la mitad de los niños viven en hogares que ingresan menos de 1.000 euros al mes. 

En consecuencia, la precariedad provoca que casi la mitad de los niños no puedan comer la suficiente cantidad de proteína, fruta o verdura, a la semana, lo que acarrea en sobrepeso, tal y como ha asegurado la directora de incidencia social y política de la entidad, Catalina Perazzo.

Son, además, niños que tampoco pueden acceder a las actividades extraescolares, lo que añade un peso más a esa situación de desventaja de la que ya parten, y hace que acudan a otras alternativas de ocio "menos saludables", como las pantallas o el sedentarismo, según ha señalado Perazzo. Menores que en casi el 58% de los casos viven en una casa con una temperatura inadecuada y en unas condiciones de salubridad, mayoritariamente por goteras y humedades. "Están sobreviviendo, creciendo en entornos que no son adecuados", ha advertido la directora de incidencia social y política en rueda de prensa. 

Esa situación de pobreza monetaria advertida por Save the Children, además, tiene sus consecuencias en otros ámbitos. El bajo nivel de ingresos repercute también en el acceso a la educación de los menores que viven en esos hogares vulnerables. Los porcentajes de matriculación en Educación Infantil, por ejemplo, son más bajos que en aquellas familias donde la madre no trabaja o donde hay un adulto que se haga cargo de los menores sin ser su padre o madre. O ya en clase, la brecha digital (no tener ordenador propio o una conexión a internet suficiente para hacer las tareas, entre otros), obstaculiza el disfrute a la educación de los niños y adolescentes españoles. 

El golpe de la inflación

Ahora bien, para entender por qué caen las familias a esta situación de vulnerabilidad, hay que prestar atención a los principales motores de pobreza, que en estos últimos años han sido, fundamentalmente, la subida de los precios. Más del 40% de los ingresos mensuales de las familias atendidas por Save the Children se destinan a la alimentación. La situación se agrava para las familias monomarentales en pobreza monetaria, que cobran poco más de 900 euros al mes: 400 se van a alimentación y otros 400 al pago dela vivienda. Lo que queda es poco más de 100 euros para cubrir los demás gastos. Un problema considerable, teniendo en cuenta que la organización calcula que el coste de crianza en España en 2022 es de una media de 672 euros al mes por hijo

 "Estamos viendo familias que no solo tienen que hacer frente a las dificultades en su día a día, sino que además se ven muy condicionadas por este aumento de los precios en alimentación y vivienda. Tienen que hacer un esfuerzo para poder cubrir el coste", ha asegurado Parazzo.

Un escudo insuficiente

Y si, tras todos esos golpes y dificultades que van empujando a las familias a la pobreza, no hay un escudo fuerte y sólido, la situación no puede hacer más que agudizarse. "España sufre un problema de desatención crónica", ha denunciado Conde. Según ha recordado el director general de la ONG, nuestro país invierte en políticas de infancia menos de la mitad que la Unión Europea (UE) lo que, ha aseverado, "explica mucho de lo que nos ocurre en estos momentos". A diferencia de muchos países europeos, España no tiene asimilada una ayuda a la crianza sólida. 

Por ello, una de las reivindicaciones de la entidad pasan por atender las barreras de acceso a las ayudas y prestaciones que ya existen. "Una de cada tres familias es elegible para percibir el Ingreso Mínimo Vital y no accede a él por falta de información, por las barreras burocráticas, por dificultades en competencia digital o por las listas de espera. Es fundamental abordar este fenómeno", ha urgido. 

La solución, según Conde, va por tres vías: en primer lugar, garantizar un acompañamiento para ayudar a las familias a pedir esas prestaciones; simplificar los trámites para las personas con un nivel cultural más bajo; y automatizar las ayudas para eliminar la burocracia en algunas de las ayudas más esenciales. "La Agencia Tributaria es la que dispone de más datos sobre la situación de muchas familias en España. Esto facilitaría la tramitación de estas ayudas y a solucionar el problema de acceso de las familias que lo necesitan", ha defendido.

En el ámbito educativo, proponen "diversificar y flexibilizar horarios de apertura", así como promover "grupos de crianza". También ven crucial asegurar una oferta de actividades y extraescolares en los centros, "especialmente en aquellos que escolarizan alumnado desfavorecido"; con una oferta independiente al AMPA y que cuente con becas que garanticen el acceso gratuito a los estudiantes con menos ingresos. Para la alimentación piden establecer el umbral de pobreza como nivel de renta mínimo para poder recibir las ayudas o bonificaciones del comedor escolar.

También proponen, en lo que respecta a la vivienda, ampliar el parque de vivienda pública (tanto construcción de nuevas unidades como la compra y rehabilitación de unidades existentes), así como ejercitar el derecho de tanteo y retracto. 

"Confiamos en que el recién creado Ministerio de Infancia y Juventud asuma estos retos y sea el motor que definitivamente haga que España deje de estar entre los países de la UE con mayores tasas de pobreza infantil", ha concluido Conde.

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