El ascensor social se trunca en la ESO: la probabilidad de repetir curso es nueve veces mayor en la pública que en la privada

Alumnos de un instituto.
Alumnos de un instituto.
Europa Press
Alumnos de un instituto.

Pongamos un ejemplo: en un instituto público, nueve alumnos repiten en tres clases de la ESO. Sin embargo, en un centro privado, solo uno no supera el curso de entre tres clases de 30 alumnos cada una. No es un caso real, pero tampoco del todo ficticio, pues los datos demuestran que las probabilidades de repetir curso dependen mucho de la titularidad del colegio. La proporción de repetidores es nueve veces mayor en los institutos públicos que en los privados, lo que, para gran parte de la comunidad educativa, evidencia la "ineficacia" de esta medida, demuestra la desigualdad entre familias, y, en definitiva, añade piedras en el ascensor social en el que la educación juega un papel clave.

Si la tasa de repetición media en España es del 7,6%, la proporción aumenta considerablemente en la pública (9,2%) y cae con fuerza en la privada, donde apenas un 1% de los estudiantes de Secundaria repiten curso, según datos del curso 2021/2022 del Ministerio de Educación. También en la concertada la tasa es sustancialmente inferior, aunque recorta un poco la distancia (4,7%). Aun así, la media nacional es notablemente elevada en comparación con otros países similares. De hecho, España cuenta con el dato más alto de repetidores en la ESO de toda la OCDE, con una diferencia de hasta seis puntos con la media de los territorios que integran este organismo internacional.

"En España se utiliza mucho la repetición, igual que en otros países como Francia y Bélgica que son poco sensibles con las necesidades del alumnado y se caracterizan por una carga lectiva muy fuerte y muy plana. Es un sistema con muy poca flexibilidad que no se preocupa tanto por el aprendizaje, sino por que cumplan o no un estándar", explica a 20minutos Daniel Gabaldón, sociólogo especializado en educación y profesor de la Universidad de Valencia. 

Para Gabaldón, la repetición supone "una dilapidación de los recursos que tiene muy poco efecto positivo y estigmatiza al alumnado, lo separa del grupo y lo aboca a mayores probabilidades de abandono escolar", argumenta. 

El nivel socioeconómico de las familias es determinante

Teniendo eso en cuenta, resulta relevante la diferencia entre las tasas de los centros públicos respecto a los privados, que, según el sociólogo, responde en parte a la dinámica propia de los institutos privados: "Tienen una orientación más de servicio amable con las familias. Está demostrado que la privada tiende a subir las notas de los alumnos, y eso se ve entre las notas de Bachillerato y lo que luego sacan en la Selectividad... Si en la pública apenas hay cambio, en la privada sí". 

En esa línea opina María Capellán, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA). "Sabemos que en el privado, cuando tus notas no son las adecuadas, muchas veces te invitan a abandonar ese centro… ¿Y dónde van? La mayoría de veces a la pública. También hay que tener en cuenta que habitualmente quien va a la privada o a la concertada tiene más recursos para llevar a sus hijos a clases de refuerzo". 

El vínculo entre el nivel socioeconómico y la repetición escolar es, por tanto, evidente. Sobre ello investigó el director de la Cátedra de Políticas educativas de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), Francisco López, quien detalla a este periódico que la fuerza de la relación entre el índice socioeconómico y cultural y la tasa de repetición en España es de un 67%, según su análisis. "Eso quiere decir que las dos terceras partes de las diferencias entre comunidades, en cuanto a tasas de repetición a los 15 años, son explicables por diferencias en el nivel socioeconómico promedio", afirma.

Grandes diferencias entre comunidades

Y es que la diferencia es igualmente notable a lo largo y ancho de la geografía española. Mientras en los institutos públicos de Cataluña apenas repite el 3,1% del alumnado; en Murcia lo hace el 13,2%. También están muy por encima de la media otras comunidades como Andalucía (12,1%), Castilla-La Mancha (11,2%), Comunidad de Madrid (11,2%) o La Rioja (9,5%). Autonomías con tasas que contrastan respecto al 6,8% del País Vasco; al 6,5% de Asturias; o al 7,2% de Cantabria. 

"Nosotros encontramos una correlación entre comunidades que tienen la jornada continua más extendida y la tasa de repetición", cuenta Gabaldón. Una variable que, según la presidenta de CEAPA, se suma a las políticas de cada territorio y a sus programas de refuerzo educativo. "Si destinamos dinero a este tipo de programas para que el alumnado con asignaturas pendientes pueda sacarlas adelante, lógicamente conseguiremos reducir el problema", sostiene. 

Abandono escolar, el principal peligro de repetir

Tener altas tasas de repetición repercute indudablemente en el propio sistema educativo, pero más concretamente en los propios alumnos que no pasan de curso en esta primera etapa de Secundaria. A corto plazo, se separa al estudiante de su grupo de iguales que, según incide Capellán, "al fin y al cabo son sus referentes". ¿El resultado? Frustración y bajada de su rendimiento académico. "Es la pescadilla que se muerde la cola", afirma la presidenta de CEAPA. 

Y ya a largo plazo, lo que sucede muchas veces es que esa espiral —baja autoestima, pérdida de conexión con los amigos, estigmatización y etiqueta de 'repetidor'— dispara las probabilidades de que acabe abandonando los estudios antes de tiempo. "Generalmente, el alumnado que abandona ha tenido un historial de repetición", subraya Gabaldón.

"El alumnado es la primera víctima", coincide Francisco López, también expresidente del Consejo Escolar del Estado. Pero la problemática acaba invadiendo otras esferas: "Alcanza al sistema económico como consecuencia de un nivel formativo insuficiente de una parte importante de la población joven". 

"Avería" en el ascensor social

Según datos de Eurostat, España es el segundo país de la Unión Europea (UE) con mayor tasa de abandono escolar: el 13,9% de los jóvenes de entre 18 y 24 años abandonaron prematuramente la educación; frente al 9,6% de la media comunitaria, y lejos del objetivo marcado para 2030 de que no sea superior al 9%. 

Si las probabilidades de repetir son más altas entre los alumnos de familias en niveles socioeconómicos bajos, y esta medida desemboca frecuentemente en abandono escolar... la consecuencia más directa la padecen los entornos más vulnerables, que ven reducidas sus perspectivas de futuro. "El abandono escolar es un factor que dificulta la ruptura del ciclo de pobreza, pues el nivel de formación está asociado fuertemente con el riesgo de pobreza y exclusión social. Esa es una de las causas principales de la avería que padece el ascensor social en España", sostiene Francisco López. 

¿Hacia un cambio de paradigma?

Con la última ley educativa, la Lomloe, se abrió el debate en torno a la efectividad real de esta medida. Los nuevos currículos ya marcaron la repetición de curso como algo "excepcional" a decidir por un claustro de profesores, y no de forma automática por suspender un mínimo de asignaturas. Esa modificación —que despertó reticencias en algunos miembros de la comunidad educativa— aspira a reducir la tasa de repetición y abandono escolar y va en línea con el cambio de paradigma en la forma de educar: más competencial y menos memorística.

"Hay que personalizar más la educación. En España tenemos mucha carga lectiva, con muchos temarios, vamos más a destajo, y la probabilidad de que un alumno se descuelgue con ese ritmo es mucho mayor. Lo que hay que hacer es motivarles a pensar, a desarrollar el gusto por aprender, y no tanto a memorizar", defiende Daniel Gabaldón.

Ese es el camino que supuestamente toma la reforma educativa, y que, si se sigue según los nuevos currículos, debería reflejarse en un descenso considerable de la tasa de repetición. "El profesorado tiene que asumir que es un recurso muy excepcional y no usarlo como una herramienta disciplinaria", añade el profesor de la Universidad de Valencia. 

Capellán, sin embargo, no confía en que ese cambio de mentalidad llegue pronto. Pese a que supuestamente debía empezar a aplicarse el curso pasado, cuenta a este periódico que desde CEAPA tienen constancia de que todavía se sigue abusando de la medida. "Los profesores todavía no se lo han creído mucho. Esperemos que este año lo tengan más claro. Imagino que antes era difícil porque se aplicaba solo en los cursos impares, pero ahora ya se implanta en todos los ciclos. Esperemos que este año entiendan que repetir tiene más inconvenientes que ventajas", concluye. 

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