Autoconsumo para vulnerables; autobús, bici e ir a pie y menos cosméticos y pinturas: el plan del Gobierno contra la polución

Un ciclista por uno de los carriles bici de Sevilla.
Un ciclista por uno de los carriles bici de Sevilla.
AYTO. SEVILLA
Un ciclista por uno de los carriles bici de Sevilla.

El Ministerio de Transición Ecológica quiere reducir en 2030 hasta en un 95% la emisión de gases contaminantes a la atmósfera con respecto a los datos de 2005  impulsando las energías renovables, ir abandonando el transporte mediante vehículos de combustión o hacer que nuestras casas emitan cada vez menos partículas contaminantes. Estos objetivos se traducen en medidas concretas como extender el autoconsumo y financiarlo con créditos blandos, no solo desde los tejados de las casas unifamiliares a los bloques de vecinos, sino a los hogares vulnerables, para que accedan a una energía verde y más barata. También en cambios en el transporte por carretera, con el objetivo de que el 12% del combustible que utilicen en 2016 sea biocarburante o, dentro de las ciudades, seguir promoviendo el transporte público, en bicicleta o a pie para reducir el tráfico. Entre las medidas domésticas, dentro de los hogares, buscará concienciar a los ciudadanos para reduzcan el consumo de pinturas o cosméticos, también altamente contaminantes.

Estas son algunas de las medidas que figuran en el borrador que el departamento de Teresa Ribera acaba de someter a consulta pública para actualizar el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica (PNCCA), tal y como obliga la UE. Las partes interesadas tienen hasta el 18 de septiembre para hacer sus aportaciones a un documento que plantea medidas "adicionales" a la mayoría, que  ya están en leyes aprobadas y plasmadas en el Programa Nacional vigente, relacionadas con la energía que se genera y consume, el transporte, la industria, la eficiencia energética en el sector residencial y el uso doméstico de disolventes y pinturas, la gestión de residuos y quemas de restos de podas, en el ámbito agrícola en la gestión de estiércoles y sobre concienciación ciudadana.

El objetivo es recortar todavía más en casi todos los casos las emisiones a la atmósfera los cinco tipo de contaminantes sobre los que la directiva de la UE fija controles, el dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOX), compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), amoniaco (NH3) y partículas finas (PM2,5) con respecto a los niveles de 2005 y también los que fijó el Gobierno en 2020. 

Según el borrador, si en el Programa vigente se fijó un objetivo de reducción de 88% a partir de 2030 del SO2, ahora se amplía hasta 95% en 2029 y de 62% a 82% por lo que respecta a NOx. En cuanto al NH3, el Gobierno se propone a reducir sus emisiones desde un 16% que plantó en un principio a un 18% y de un 50% a un 58% menos de PM2,5 para 2030. 

El único objetivo que no es más rígido con respecto del que ya existe -el vigente es recortar las emisiones un 39% y en el borrado figura un 38%- es el de COVNM, que están "mayormente ligadas" al consumo doméstico de disolventes, pinturas, cosméticos, productos farmacéuticos o aerosoles que suponen muchas emisiones pero sobre las que no existe todavía una manera clara de controlar.

Por eso, el borrador del Ministerio apuesta como medida por "información y sensibilización ciudadana" sobre la composición de pinturas, disolventes y artículos de limpieza o cosméticos para que hagan un "consumo sostenible" de los mismos.

Más BiciMad y barrios peatonalizados

En el día a día de los ciudadanos, entre las medidas que plantea para el nuevo Programa de Control de la Contaminación está la del transporte, por carretera y dentro de la ciudad. En el primer caso, para coches y camiones fija un objetivo mínimo de sustitución de los combustibles fósiles por biocombustibles o combustibles sintéticos, en línea con la alternativa que a última hora exigió Alemania -aceptada por la Comisión Europea- a que en la UE solo se puedan vender coches eléctricos a partir de 2035.

Dentro de las ciudades, el borrador menciona la creación de zonas de bajas emisiones (ZBE) y, ya traspasado el ecuador del año, sigue confiando en que las ciudades de más de 50.000 habitantes cuenten con una en 2023. Así lo dice la ley, aunque de momento los alcaldes la están incumpliendo de manera generalizada.

Dentro de la ciudad, plantea un "cambio modal" del transporte público, hacia los tipos más eficientes, empezando por contar con un servicio adecuado para satisfacer las necesidades de los usuarios, algo que pasa por la movilidad "de primera y última milla", es decir, que exista transporte público y colectivo para que los ciudadanos se desplacen a estaciones de cercanías, por ejemplo, cuando tengan que coger el tren para ir a trabajar. También deben ser "económicamente accesibles" para grupos sociales más vulnerables o que vivan en zonas aisladas.

El Ministerio pone como ejemplo para mejorar la movilidad la creación de carriles reversibles y reservados al autobús como los que existen los accesos a Madrid de la A-2, en Palma o en Barcelona.

En cuanto a la movilidad no motorizada, cuenta para reducir la contaminación de la atmósfera con que los ciudadanos cada vez opten más por ir andando a los sitios, para lo que destaca la peatonalización de los centros de muchas ciudades, que apuesta por que se extienda también a sus barrios.

Por lo que respecta al transporte en bicicleta, recalca que además de sus efectos para reducir la contaminación, el borrador constata el valor que produce para la sociedad en términos de "habitabilidad, equidad y sociabilidad" y, aunque constata que las principales ciudades ya cuentan con red ciclista, con carriles bici y servicios públicos de alquiler -del estilo de BiciMad- el borrador del Ministerio pide que, como medida para apuntalar estos servicios y reducir la contaminación, se repartan "de forma uniforme" por toda la ciudad y con una distancia entre sus estaciones que "limite los desplazamientos a pie a unos cinco minutos".

Rehabilitación y electrodomésticos

El sector de la edificación tiene medidas concretas para reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera con medidas generales para hacer los edificios cada vez más sostenibles desde el punto de vista energético. En este punto, el Ministerio recuerda que desde el año pasado existen deducciones en el IRPF sobre las cantidades invertidas en rehabilitar edificios y no figurarán en la base imponible del IRPF las ayudas europeas que se reciban para ello y para instalar autoconsumo.

También dentro de casa, el ahorro doméstico de electricidad -en cuya generación, si no es mediante tecnología renovables, también se contamina- también pasa por tener unos electrodomésticos más sostenibles, dice el borrador del Ministerio, con el etiquetado europeo que así lo certifique.

Sobre esta cuestión, el borrador recuerda los planes de ayudas que en los últimos años han desplegado algunas comunidades, como Aragón, Extremadura, Madrid, La Rioja, País Vasco y Galicia, con presupuestos que solo en este caso han llegado a los dos millones de euros, para impulsar el cambio. Apela a concienciación y las campañas de comunicación en favor de la adquisición de electrodomésticos más eficientes, que podrían intensificarse en "temporadas punta de compra". Por ejemplo, en verano con los sistemas de aire acondicionado.

Créditos blandos para el autoconsumo

En cuanto a la energía, las medidas que plantea el borrador para reducir la contaminación se nutren de la reducción de emisiones de CO2 mediante la electrificación de la economía por  medio de energías renovables que plasma el Plan Nacional Integrado del Clima (PNIEC), incluido el incremento de los objetivos relativos a la implantación del autoconsumo, que se apuesta por extender a la población más vulnerable, para ayudarles a rebajar el importe de la factura de su factura sin que tengan que hacer la inversión en placas que se requeriría.

El documento recuerda que existen subvenciones que pueden solicitar los usuarios del fondo europeo de recuperación y apunta otra fórmula para "el futuro" consistente en "mecanismos de financiación blanda", es decir créditos a muy largo plazo o con tipos de interés especialmente bajos que puedan devolverse incluso "en base a los ahorros económicos que supone la generación autoconsumida".

El borrador apuesta por "el impulso de experiencias que aprovechen el potencial de la normativa de autoconsumo para desarrollar sistemas en que autoconsumidores públicos o privados puedan compartir el excedente de su generación con hogares vulnerables". "El autoconsumo puede ser una herramienta para mitigar la pobreza energética", dice, y plantea que la vivienda pública que promuevan las administración relativas a la promoción de parques de vivienda pública tengan en cuenta el autoconsumo "para reducir la factura de la electricidad y la dependencia energética de las familias y los colectivos vulnerables".

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