Ha costado más de dos años, muchas polémicas y varias crisis en el seno del Gobierno, pero la ley trans ya está definitivamente aprobada y lista para entrar en vigor en cuanto se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El Congreso de los Diputados ha dado luz verde este jueves a una de las leyes bandera del Ministerio de Igualdad, que despatologiza al colectivo trans y permite cambiar de sexo en el Registro Civil desde los 16 años y sin requisitos. Culmina así un camino lleno de obstáculos que ha sacado a relucir una fractura clara dentro del movimiento feminista, entre las partidarias y las detractoras de una norma muy cuestionada también por los partidos de la derecha y reprochada por los órganos judiciales.

La ley ya había recibido el beneplácito de la Cámara Baja en el mes de diciembre, pero tuvo que volver al Pleno tras introducirse dos correcciones técnicas en su paso por el Senado. Ha sido ratificada, además, junto a la reforma de la ley del aborto, otra de las leyes estrella del departamento dirigido por Irene Montero, cuya tramitación fue notablemente más tranquila que la ley trans y de garantía de los derechos LGTBI. 

El proyecto nació escaldado. Su contenido ha levantado más de una ampolla entre los socios del Gobierno desde el principio. Las discrepancias sobre cómo regular la autodeterminación de género -el reconocimiento por parte de las administraciones del género libremente designado por la persona en cuestión- llegó a costarle la Vicepresidencia a la socialista Carmen Calvo, que fue apartada de su cargo tras perder la batalla frente a Irene Montero. Su postura se ha mantenido siempre firme, liderando la indignación de las llamadas "feministas clásicas", que han abanderado una fuerte oposición por creer que la iniciativa hacía retroceder los avances logrados en el movimiento. Como ya hizo en las anteriores votaciones, la socialista y actual presidenta de la Comisión de Igualdad ha roto la disciplina de voto y se ha abstenido.

De hecho, nada más aprobarse, varias organizaciones feministas ya han prometido que trabajarán para derogar los artículos en los que se recoge la libre autodeterminación de género. "Desde hoy nos ponemos a trabajar en contra", ha asegurado a través de sus redes sociales la miembro del Consejo de Estado, Amelia Valcárcel, presidenta de la Asociación de Feministas Socialistas.

Cambio de sexo sin informe médico a los 16 años, acceso a reproducción in vitro... todo lo que incluye la 'ley trans' aprobada hoy

Con todo, el proyecto ha salido adelante con una amplia mayoría y el único rechazo del PP y Vox, que han criticado duramente el articulado de la ley que el líder popular, Alberto Núñez Feijóo ya ha prometido derogar en cuanto llegue a la Moncloa en varias ocasiones. "Nos han dicho tantas veces que esta ley no sería ley, y habéis aguantado el tipo tantas veces, que solo puedo deciros gracias", ha celebrado la ministra de Igualdad, dirigiéndose a las personas del colectivo trans y LGTBI que han presenciado conmocionadas el debate desde la tribuna. "Esta ley es de las más importantes de la legislatura", ha subrayado Montero. 

El PSOE, por su parte, ha evitado entrar en los asuntos más espinosos de la norma y las batallas perdidas durante el proceso de tramitación, y se ha ceñido en las medidas que, en palabras de la portavoz socialista Raquel Pedraja, han salido adelante "gracias al trabajo de las enmiendas". Eso sí, Pedraja no ha hecho mención alguna sobre la polémica autodeterminación de género, y ha puesto en valor puntos incluidos en sus enmiendas, como el estudio del sexilio o el sinhogarismo LGTBI o la obligación de que las empresas cuenten con planes de igualdad.

El PP: la ley trans traerá "efectos irreversibles"

Durante el debate de en el Pleno, la diputada popular Pilar Moro ha acusado a la titular de Igualdad de "experimentar con las personas" y de "dañar" a los españoles con "sus tropiezos y empecinamientos", en referencia también a la polémica ley del 'solo sí es sí', cuya aplicación por parte de algunos jueces ha acarreado centenares de revisiones de condena. Consecuencias "dañinas" y "efectos irreversibles" que, a juicio de Moro, también traerá " ley trans, "a pesar de las múltiples advertencias".

Igual de críticos han sido en Vox, cuya diputada María Ruiz ha negado que su partido se oponga al reconocimiento de ningún derecho: "Ni del colectivo trans, ni del colectivo LGTBI". "Engañan a la gente haciéndoles creer que todo aquello que desean tienen derecho a tenerlo", ha denunciado en referencia al cambio registral de sexo, que con la legislación aprobada este jueves pasará a estar despojado de requisitos (ni años de hormonación, ni evaluaciones psicológicas) desde los 16 años.

"El texto deja algunos asuntos sin resolver"

La norma ha salido adelante con el apoyo mayoritario de la Cámara Baja, aunque varios grupos han lamentado que se quedasen en el tintero asuntos que consideraban cruciales. María Carvalho, de ERC, ha acusado al PSOE de imponer su voluntad "con el apoyo de las derechas" a la hora de impedir en la tramitación de la ley el reconocimiento de las personas no binarias, las personas trans migrantes o el derecho de los menores de 14 años a cambiarse de sexo sin requisitos. Esta última, según ha recordado Pilar Calvo, de Junts, era una prioridad del colectivo trans: "Para el PSOE y para la derecha, la palabra de los menores no es suficiente", ha afeado.

También en Ciudadanos creen que el texto "deja algunos asuntos sin resolver". La diputada Sara Giménez ha acusado al Ejecutivo de usar esta ley "de manera partidista" con la única prioridad de salvaguardar la supervivencia de la coalición. La iniciativa, ha reconocido, contiene "numerosos avances", pero sostiene Giménez que contempla cuestiones susceptibles de generar "inseguridad jurídica". No creen los naranjas que una ley de este calado deba haberse tramitado por procedimiento de urgencia, ni sin los consensos suficientes entre los grupos parlamentarios. Pero, pese a los puntos de discordancia, ha celebrado la ratificación final de la norma: "Ya era hora que se dijera de una forma firme y alta que las personas LGTBI y trans no son enfermos mentales", ha elogiado Giménez. 

"Es una ley importante, que va a dotar de derechos a gente que no los tenía. Es un día de felicitación", ha aplaudido Joseba Andoni Agirretxea, del PNV. La norma, ha defendido, "no resta, es una suma, a pesar de lo que digan algunas personas y colectivos". 

¿Qué dice la ley?

La ley trans y por los derechos de las personas LGTBI lleva la libre autodeterminación, ya reconocida en la mayoría de comunidades autónomas, a un nivel estatal. Permite realizar un cambio de sexo en el Registro Civil sin requisitos, sin la necesidad de que la persona solicitante esté dos en un proceso de hormonación, como se exigía hasta ahora, o de acreditar que sufre "disforia de género". Así, en un plazo de tres meses, todos los mayores de 16 años que lo soliciten por escrito podrán ver reflejado ese cambio de sexo y de nombre en su DNI. 

Lo mismo ocurrirá con los menores de entre 14 y 16 años, que podrán llevar a cabo ese proceso sin ser sometidos a una evaluación clínica, aunque sí que deberán contar con el consentimiento de los padres. Además, según se incluyó en una enmienda conjunta del PSOE y UP, si el menor no logra el permiso de sus representantes legales, o se encuentra con ciertas "discrepancias", podrá nombrarse un defensor judicial para resolver el conflicto. Asimismo, se contempla la posibilidad de que los menores de 12 años puedan cambiarse el nombre en el Registro Civil, aunque no el sexo.

El tema de los menores fue uno de los asuntos que más ampollas levantó entre el PSOE y Unidas Podemos durante la tramitación de la norma. Pese a que la ley salió de Consejo de Ministros con un aparente consenso, los socialistas presentaron enmiendas al texto en el Congreso para limitar la autodeterminación de género de los menores y endurecer el proceso de reversión de las personas trans. Modificaciones que generaron gran tensión entre los socios de la coalición, pero que finalmente no se incluyeron en el texto al quedarse el PSOE solo en la votación. 

Henar de Pedro | HENAR DE PEDRO

La norma contempla también la posibilidad de que aquella persona que ya haya conseguido el cambio de sexo se arrepienta. En ese caso, tendrán que haber transcurrido seis meses como mínimo desde la rectificación para optar a una reversión que solo se concederá si la aprueba un tribunal.

Además, y en línea con el espíritu despatologizador de la ley, se prohíben las terapias de conversión, destinadas a modificar la orientación sexual de una persona, incluso cuando cuenten con el consentimiento de la persona afectada, que ser castigarán con multas de hasta 150.000 euros. 

Otro de los cambios del proyecto, que responde además a una demanda histórica del colectivo, reside en que las mujeres lesbianas, sin pareja, y las personas trans "con capacidad de gestar" podrán acceder a las técnicas de reproducción asistida, actualmente limitadas a las mujeres casadas o con una pareja heterosexual demostrada.

El texto modifica igualmente el artículo 120 del Código Civil para permitir la filiación de los hijos de las parejas formadas por dos mujeres sin necesidad de que estén casadas. Ahora, para que la pareja de la madre biológica conste también como progenitora del hijo, debe iniciar un proceso de tramitación que en la mayoría de casos se alarga durante meses, si no años. Con la ley trans, con que se presente una declaración del progenitor no gestante junto al formulario oficial del Registro Civil, ya valdría.

Incluye, además, una reforma del Código Civil para sustituir "madre", "padres", "mujer" o "hombre", por "personas", "progenitores" o "progenitor gestante". Una modificación impulsada, según se explica en la exposición de motivos, para implementar un "lenguaje inclusivo" y posibilitar que se incluya a "las parejas de mujeres y parejas de hombres cuando uno de los miembros sea un hombre trans con capacidad de gestar" en procedimientos como la filiación no matrimonial.