La negociación del Presupuesto 2023, el puzle que el Gobierno tendrá que resolver en el Parlamento más fraccionado de la legislatura

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se abraza con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 28 de diciembre de 2021, en Madrid, (España). La Cámara Baja acoge hoy el último pleno de 2022 en el que se abordan los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, tras la votación del Senado a favor de incluir una enmienda. Las cuentas públicas serán definitivamente aprobadas hoy para su entrada en vigor el próximo 1 de enero. 28 DICIEMBRE 2021;CONGRESO;DIPUTADOS;PRESUPUESTOS; Eduardo Parra / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 28/12/2021
El abrazo de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión parlamentaria de diciembre de 2021 en la que se aprobaron los Presupuestos Generales 2022.
Europa Press
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se abraza con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 28 de diciembre de 2021, en Madrid, (España). La Cámara Baja acoge hoy el último pleno de 2022 en el que se abordan los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, tras la votación del Senado a favor de incluir una enmienda. Las cuentas públicas serán definitivamente aprobadas hoy para su entrada en vigor el próximo 1 de enero. 28 DICIEMBRE 2021;CONGRESO;DIPUTADOS;PRESUPUESTOS; Eduardo Parra / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 28/12/2021

¿Habrá tercera foto? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fundiéndose en un abrazo con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado de 2021 y 2022. En ambos casos, la instantánea reflejaba el desenlace de arduas negociaciones con el arco parlamentario; un tira y afloja incansable para ceder el mínimo terreno posible en las cuentas públicas. La próxima negociación no será diferente. La particularidad estriba ahora en que serían los últimos presupuestos de la legislatura de la coalición y posiblemente, los más difíciles de ver la luz, con la 'mayoría de la investidura' más fraccionada que nunca y el contexto de año preelectoral de telón de fondo. 

Aparentemente solo existen dos certezas. De un lado, el socio menor de Gobierno, Unidas Podemos, votará a favor de la ley básica presentada por el Gobierno. Todo pese a que los morados pelearán en la mesa de negociación de los PGE por que el Libro Amarillo recoja su tan ansiada reforma fiscal y deseche el aumento del gasto militar que ha prometido el ala socialista del Ejecutivo. Del otro, la oposición de las derechas -PP, Vox y Ciudadanos- votará en contra de las cuentas. Más aún cuando los resultados de los últimos comicios autonómicos les suspiran la premonición de un cambio de ciclo electoral en España. 

El Gobierno, en todo caso, también puede prorrogar las cuentas de este año, que ya disponen de la inyección monetaria de los fondos europeos para hacer frente a los efectos de la Covid-19. Viendo, empero, que el Ejecutivo no prioriza ese escenario, y contando únicamente con 153 escaños (suma de PSOE y UP) de los 176 necesarios para aprobar los PGE,  los de Pedro Sánchez se verán obligados a negociar en un mapa político cada vez más fragmentado.

ERC, el socio potencial más fuerte, reclama "confianza"

Los republicanos fueron el hueso más duro de roer en la negociación presupuestaria del año pasado y prometen dar tanta o más guerra que entonces en esta nueva empresa. Con 13 diputados, son la fuerza externa al Gobierno más atractiva. Aunque las relaciones bilaterales con el Ejecutivo no atraviesan su mejor momento. El 'caso Pegasus' quebró la confianza de los independentistas en el Gobierno y el reciente debate sobre el déficit en infraestructuras en Cataluña no ayuda a limar asperezas. 

Avisan de que no les temblará el pulso a la hora de votar 'no' a las cuentas públicas, habida cuenta de que casi hacen decaer el plan anticrisis derivado de la guerra en Ucrania o la ley audiovisual. Asimismo, todavía se mantienen en en stand by iniciativas como la Ley de Memoria Democrática o la reforma de la ley de seguridad ciudadana, también conocida como ley mordaza.

Hace solo unos días, la portavoz del partido, Marta Vilalta, manifestó que "no puede haber acuerdos" si el PSOE y Unidas Podemos no empiezan a cumplir con los compromisos adquiridos en los Presupuestos de 2021. "¿Puede contar la ciudadanía con las inversiones que hemos pactado y con el dinero que tiene que venir?", se preguntó la dirigente de Esquerra al ser requerida sobre la futura gran negociación presupuestaria. "Lo que hemos pactado no está pasando y cuando no se cumple no hay confianza. Sin confianza es imposible llegar a nuevos acuerdos y el Gobierno tendría que ser consciente de ello", sentenció. En el horizonte, todavía se atisba el encuentro pendiente entre el presidente Sánchez y Pere Aragonès.

PNV pide que se "agote la legislatura en condiciones"

Fue uno de los grupos que más enmiendas consiguió pactar con el Gobierno para los Presupuestos 2022. Un año después, sospechan que el presidente del Gobierno "va a intentar llegar a finales del 2023, con o sin Presupuestos". Así lo expuso este martes el máximo representante de los nacionalistas vascos en la Cámara Baja, Aitor Esteban.

A sabiendas de que el Gobierno puede 'sobrevivir' con una prórroga presupuestaria, el portavoz jetzale sostuvo que en una política que "cambia tan rápido y surgen situaciones inesperadas tan frecuentemente", es una incógnita "cómo se puede llegar a finales del 2023". Sus deseos son que se "agote la legislatura en condiciones", lo que deja entrever su voluntad de negociar las próximas cuentas. 

La actitud del PNV frente a un hipotético acuerdo va ser la misma de siempre: no escatimar en peticiones para el País Vasco. Las circunstancias hoy en día no son iguales a de costumbre. Pese a sus 6 diputados, EH Bildu, con uno menos, ha ido achicando espacio a su rival directo del País Vasco en Madrid y podría destronarle de su status de aliado predilecto vasco. 

Bildu, más cerca que nunca 

De unos meses a esta parte, la colaboración con EH Bildu para sacar adelante medidas sociales se ha hecho más patente. Salvaron la ajustadísima votación para convalidar el decreto anticrisis e hicieron lo propio, más recientemente, en el dictamen sobre la ley de los planes de pensiones. Esta vez, a cambio de firmar un aumento del 15% las pensiones no contributivas con su nombre.  

Con sus cinco diputados, sus votos están resultado un comodín indispensable en cada votación y podrían seguir siéndolo ante un posible plebiscito sobre los futuros presupuestos. En una de sus últimas intervenciones en prensa, la portavoz abertzale en el Congreso, Mertxe Aizpurua, afirmó que harían "todo lo posible para agotar la legislatura" y aprovechar su "oportunidad al máximo", si bien advirtió de que "eso no supone un cheque en blanco". Ya en una comparecencia desde la tribuna del hemiciclo, llamó a "cuidar el bloque plurinacional y de izquierdas".

Más País y Compromís, fieles aliados 

Ante una negociación que se prevé tan apretada, cualquier diputado puede resultar decisivo para inclinar la balanza a tu favor. Ahí entran en juego dirigentes como Iñigo Errejón (Más País), Joan Baldoví (Compromís) u otros compañeros del Grupo Plural. Muchos de ellos aprobaron las últimas cuentas del Ejecutivo y también dieron su espaldarazo a la aprobación del decreto anticrisis de Sánchez. Así, el sentido de su futuro voto parece favorable, aún cuando esperan a que vean la luz algunas de sus peticiones aprobadas en el Presupuesto 2022, como el proyecto piloto de la jornada laboral de cuatro días. Son también PRC, Nueva Canarias, Teruel Existe, Geroa Bai, Asociación Socialista Gomera, Més per Mallorca  o el Partido Aragonés.

En el aire se suspenden los posibles apoyos de JxCat, CUP, Foro Asturias, BNG, Navarra Suma o UPN, que ya presentaron una enmienda a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado 2022.

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