Feijóo desactiva la bomba que explosionó el PP colmando las aspiraciones de Ayuso y cierra su sucesión en Galicia tras 50 días en Génova

(I-D) El presidente del Senado y del PP en la Comunidad de Madrid, Pío García-Escudero; el presidente de la Xunta de Galicia y precandidato a la presidencia del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en un encuentro de afiliados en Novotel Madrid Center, a 15 de marzo de 2022, en Madrid (España). Esta es una de las citas que está llevando a cabo Feijóo por la geografía española para presentar su proyecto de partido en las 17 Comunidades Autónomas antes del XX Congreso Nacional extraordinario de la formación, que tendrá lugar entre el 1 y 2 de abril en Sevilla. 15 MARZO 2022;MADRID;AYUSO;PP;PARTIDO POPULAR;AFILIADOS Alberto Ortega / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 15/3/2022
 García Escudero, Núñez Feijóo, Díaz Ayuso y Martínez-Almeida, en marzo.
Alberto Ortega | EP
(I-D) El presidente del Senado y del PP en la Comunidad de Madrid, Pío García-Escudero; el presidente de la Xunta de Galicia y precandidato a la presidencia del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en un encuentro de afiliados en Novotel Madrid Center, a 15 de marzo de 2022, en Madrid (España). Esta es una de las citas que está llevando a cabo Feijóo por la geografía española para presentar su proyecto de partido en las 17 Comunidades Autónomas antes del XX Congreso Nacional extraordinario de la formación, que tendrá lugar entre el 1 y 2 de abril en Sevilla. 15 MARZO 2022;MADRID;AYUSO;PP;PARTIDO POPULAR;AFILIADOS Alberto Ortega / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 15/3/2022

Fin de semana importante y simbólico en el PP. El partido celebrará dos congresos territoriales, Madrid y Galicia, 50 días después de la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la séptima planta de Génova 13. El cónclave gallego solapará al madrileño, o lo que es lo mismo: Feijóo apadrinará la llegada de Isabel Díaz Ayuso a la presidencia del PP en la región justo antes de emprender el camino a su tierra y culminar su sucesión, su abdicación a todos los niveles, Xunta de Galicia y partido, en Alfonso Rueda. El punto álgido: las 11 de la mañana del sábado, la hora prevista para que Ayuso pronuncie su primer discurso como presidenta. El PP habrá cortado entonces el último cable para desactivar la bomba que detonó el partido en febrero, la deflagración que se llevó por delante a Pablo Casado y Teodoro García Egea.

Mañana del 10 de marzo de 2021. Cuentan desde el entorno de Ayuso que ni Casado ni García Egea tuvieron que llamarla el día que convocó las elecciones porque los alaridos de Génova se escucharon en Sol. Las amenazas de una posible moción de censura, dentro del marco de una efímera y fallida alianza entre el PSOE y Ciudadanos en diferentes regiones, precipitaron una decisión de Ayuso con la que Casado no estaba de acuerdo. Fue el inicio de una espiral de recelos mutuos. La jugada resultó maestra a la postre: el 4-M cuajó como el nacimiento del fenómeno político de la presidenta.

Ayuso, subida a la ola del éxito, reivindicó a Génova su legitimidad para ostentar la presidencia regional del partido. Pero todo fueron trabas. La guerra soterrada se aventó tras el verano, con la llegada a Génova de una carta anónima que vinculaba a Ayuso con una presunta adjudicación irregular a su hermano en un contrato de mascarillas. La llamada a filas de García Egea y las explicaciones de la presidenta madrileña fueron en vano. Casado llamó a Feijóo para informarle de una situación que nadie magnificó como él. 

Rota la relación entre Génova y Sol, hasta bloqueados en WhatsApp, la dirección del partido llegó a postular para el puesto a José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que se dejó querer. En toda esta lucha interna, alguien habría llamado a un detective para que le buscara trapos sucios a Ayuso. La publicación de esto último el pasado 16 de febrero activó el detonador. Los detalles entre una fecha y otra son infinitos. 

Feijóo, el tedax de Ayuso

Feijóo comprendió entonces que era el presidente del PP quien perdía el pulso. Cada palabra, un jaque público a la moralidad de Ayuso, significaron un paso hacia el precipicio. La "biografía política", según llama el gallego a su trayectoria, compraba un billete de vuelta a Madrid. Feijóo emprendió una defensa inquebrantable de la honorabilidad de Ayuso y asumió su primer reto: actuar como un tedax y apaciguar a quien considera el mayor filón electoral del partido. El 2 de abril, una vez entronizado en el congreso del partido en Sevilla, se puso a trabajar para que se celebrara el cónclave madrileño.

Todo han sido elogios mutuos y públicos entre ambos. "Somos una cooperativa", manifestaron el pasado Dos de Mayo. Para Feijóo, la etapa que abre Ayuso será "de ilusión y de igualdad para bajar la tensión y la crispación en la política española". Los congresos celebrados al alimón en Madrid y Galicia, "dos comunidades autónomas muy importantes para el PP y para España", una muestra de "renovación". 

Aquella mañana conmemorativa, Martínez-Almeida, uno de los salpicados por la metralla de la guerra Casado/Ayuso, que quería "un PP liderado por Ayuso, que esté en la calle". Las aspiraciones orgánicas del alcalde de Madrid agrietaron una relación que ya no es la de antes, si bien la predisposición del alcalde ha ayudado. Segadas todas sus pretensiones orgánicas, la carrera de Almeida se centra "ahora en su trabajo al frente de la Alcaldía", estiman fuentes internas.

Recelo por el discurso de las "nacionalidades"

Feijóo y Ayuso representan, sin embargo, los dos extremos ideológicos del partido. La nueva estrategia en los territorios, remarcando el concepto "nacionalidad" reconocido constitucionalmente en algunas comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco o Andalucía, no seduce a los cuadros del partido en Madrid. El patinazo del coordinador general, Elías Bendodo, afirmando que "España era un Estado plurinacional", si bien corregido con la máxima celeridad, abrió una grieta.

Fuentes del PP madrileño admiten las divergencias entre los distintas almas que conviven en el partido, a todas luces beneficiosas para aunar distintas sensibilidades y ensanchar el electorado, pero rechazan la innovación en un mensaje, la "unidad de España", que "el partido lleva 40 años defendiendo". 

Pero Feijóo dará libertad a quien considere que hay que librar esas escaramuzas ideológicas. En ese espectro se sitúa el ala del partido que ahora encabeza Ayuso, la dirigente del partido, junto a una Cayetana Álvarez de Toledo con una actividad menguante en el partido, que arremete con mayor dureza en esos terrenos. Un rol parecido al que tuvo Esperanza Aguirre. Hay quien apunta a las reminiscencias del partido con 2008. 

Pero en el PP reina la satisfacción por la capacidad para pasar página. El estado de ánimo de Ayuso vincula a todo el partido. Y ya no hay marejadillas. El 15 de marzo, en el primer mitin celebrado en Madrid durante la gira como candidato de Feijóo, la presidenta madrileña agradeció al gallego que hubiera traído "la paz". La réplica del entonces presidente in péctore, llena de puntos de sutura, se resume en una frase: "No contaron con ella".

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