Casado seguirá de presidente hasta el congreso de abril y apoya a Núñez Feijóo como su relevo en el PP

  • Cinco horas hicieron falta para cerrar un pacto entre Casado y los barones del PP tras una tensa reunión en Génova 13.
  • Cuca Gamarra será la coordinadora general del partido hasta que se celebré el congreso nacional el 2 y 3 de abril.
  • La reunión se solventó con un documento donde figuran los nombramientos de Gamarra y Pons y el compromiso de Casado, por escrito, de "no concurrir" al congreso.
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Alberto Ñúñez Feijóo, a su llegada a Génova.
Alberto Ñúñez Feijóo, a su llegada a Génova este miércoles.
EFE
Alberto Ñúñez Feijóo, a su llegada a Génova.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este miércoles que salen con un partido "normalizado" hasta el congreso extraordinario que celebrará el partido los días 2 y 3 de abril, y ha elogiado a Pablo Casado, al que ve como "un señor de la política".
Europa Press

Pablo Casado no dimitirá y seguirá presidiendo agónicamente el PP un mes más, hasta la celebración del congreso nacional los próximos 2 y 3 de abril donde apoyará de manera pública la candidatura de Alberto Núñez Feijóo. Ese ha sido el acuerdo alcanzado tras cinco horas de dura negociación y con la aquiescencia de todos los barones territoriales. Mientras tanto, la figura de Cuca Gamarra emerge como coordinadora general del partido hasta un congreso nacional del que Esteban González Pons será presidente del comité organizador. 

"Dejemos que las cosas fluyan". A su salida del edificio, al borde de las dos de la mañana, Feijóo prefería esconder todavía su candidatura. "Nuestro partido tenía una situación de colapso y una enorme desafección", describió recién terminada "una reunión muy importante". "Se merece salir en un congreso igual que fue nombrado en un congreso", declaró el barón andaluz, Juanma Moreno, el primero en abandonar la sede al filo de las una y media de la madrugada. El presidente andaluz quiso arrojar una imagen consensuada, de unidad frente a la decisión: "Feijóo y Casado tienen una magnífica relación"

Pero los barones del PP aterrizaron en Madrid horas antes con las intenciones muy claras. Parecían sincronizados por el intenso cruce de llamadas estos días. Primero fueron deslizando el mensaje a los periodistas aglomerados en la puerta; después, uno tras otro lo repitieron con mayor contundencia en la segunda planta de Génova 13: Pablo Casado debía abandonar el partido y Alberto Núñez Feijóo, recoger el testigo de la organización.

Los barones territoriales habían sido convocados a las ocho de la tarde en Génova y todos fueron interviniendo en la reunión para expresar lo que ya habían sugerido en público o en privado las jornadas previas. La voluntad fue unánime: Casado tenía que irse. El presidente encajó todos los turnos de la palabra. Más o menos explícitos, los barones reprobaron por completo la gestión de la dirección durante la última semana, después de estallar la crisis por su pulso con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Pablo Casado no estaba dispuesto a dejar su cargo dócilmente y rechazó una dimisión inmediata. La reunión, larga y tensa, se extendió durante horas, hasta las una y media de la madrugada, interviniendo todos los barones territoriales a excepción de los líderes del partido en Baleares y Cataluña, que no pudieron asistir por enfermedad. Tampoco acudió a Génova la propia Díaz Ayuso, sin la condición de presidenta regional ni con la invitación que sí ha tenido otras veces. Excluida por Casado, acudió en su lugar Pío García-Escudero, al mando de la gestora del partido en la comunidad.

Y llegó la hora de Feijóo, que trasladó en la reunión su disponibilidad de tomar las riendas del partido, de encauzar el rumbo de la organización. A diferencia de lo ocurrido en el congreso extraordinario de 2018, tras la salida de Mariano Rajoy de la Moncloa, Feijóo sí ha sentido esta vez que el partido se lo pedía. Fuentes cercanas al presidente Casado aclaraban, tras la cascada de filtraciones desde las entrañas de la reunión, que la candidatura del presidente gallego "será en un congreso y elegido por la militancia". Se comenzaba a descartar un auge súbito hasta la cúspide.

La sucesión de Casado, por tanto, se hará de manera ordenada, cumpliendo los cauces orgánicos previstos en los estatutos del partido. Fueron esas mismas fuentes las que resaltaron que el PP "es un partido de la militancia" y que tendrá que ser un congreso -el convocado para el primer fin de semana de abril- el que designe al sucesor de Casado. Una hoja de ruta ratificada, también, por el entorno del propio Feijóo, que se presentará al congreso extraordinario que convoque la Junta Directiva Nacional el próximo 1 de marzo.

Reunión privada entre Casado y Feijóo

"Me ha convocado a las siete de la tarde". Eran y cuarto. El primer barón regional en llegar al cónclave de Génova 13, una hora antes que el resto, era el más esperado. Casado citó primero a quien el resto de los barones pedirían como su sucesor en el partido, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista íntima que allanaría el camino para que, sentados con el resto de cabezas territoriales, marcaran un nuevo rumbo para la formación. Una reunión con 17 sillas.

Casado y Feijóo estuvieron reunidos durante una hora y media, atrasando hasta las 20:49 el inicio del cónclave de todos los barones del partido. Casi una semana exactamente después de que el partido, tras la publicación de las informaciones acerca de un presunto espionaje a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, comenzara a dinamitar. 

La llegada a Génova

Poco a poco comenzaban a desfilar los presidentes regionales, uno por uno, todos a pie y atendiendo a los medios antes de cruzar el umbral del edificio. Arrojaban pistas del desenlace entre piropos a Feijóo, mensajes de condescendencia con Casado y duelos por el PP. El líder del partido en La Rioja, José Ignacio Ceniceros, fue el primero en llegar. Todavía no eran las ocho. Ceniceros reivindicó al PP como alternativa frente al "peor [gobierno] que ha tenido España en unos de los momentos más difíciles de nuestra historia". Carlos Iturgaiz, el barón vasco, abrió la veda de la alternativa: fue el primero que nombró a Núñez Feijóo. "Hace pocos días, el presidente Feijóo decía que estaba a disposición de lo que le pidieran los militantes y yo tengo toda la legitimidad como presidente del PP vasco para pedir que se presente, que sea nuestro presidente".

Tal era la frecuencia de llegada de presidentes autonómicos que comenzaron a solaparse. Tuvieron que hacer cola. María José Sáenz de Buruaga, líder cántabra; Jorge Azcón, el aragonés; Carlos Mazón, el valenciano, que pedía trellat. "Tenemos que hacer las cosas como Dios manda, y este partido hace las cosas como Dios manda. Hoy es el día del trellat". Buruaga pedía directamente la necesidad de "un paso al lado" de Casado por una situación "que solo tiene un desenlace"

Ya más despejado el tráfico de barones del PP, llegó Paco Núñez, el presidente manchego, que se acordó de "la gente que defiende al PP en sus trabajos", por los que había que "tomar decisiones urgentes e importantes a pesar de que sean dolorosas". Muchos de ellos curioseaban y se fotografiaban entre la nube de periodistas, peperos de todas las generaciones. Justo después, María Teresa Mallada, la líder asturiana, que comenzó a contestar a las alcachofas en un paso de cebra. Reconocía el cruce de llamadas intenso entre los barones estos días y aseguraba, ya en la acera, que no sería ella quien "insistiera [a Casado] que tenía que dimitir hoy". Mallada, sin embargo, es una mujer para quien "Feijóo siempre ha sido un ejemplo a seguir"

"La solución es Feijóo"

"Feijóo tiene peso específico para dar tranquilidad en estos momentos". Así de claro se manifestaba el barón extremeño, José Antonio Monago, justo en el mismo momento que el equipo de prensa de Isabel Díaz Ayuso, excluida de la reunión por no ser cabeza regional del partido, anunciara que la presidenta asistiría al Wanda Metropolitano a ver al Atleti contra el Manchester. Pero en Génova estaba presente de alguna manera. En una de las cabinas de la sala de prensa había un pequeño montón de una publicación, Style International, con "La verdadera Isabel Díaz Ayuso" en portada. En una de las 100 preguntas recomendaba un libro de Steinbeck, Las uvas de la ira.

Llegaron después dos presidentes regionales. Alfonso Fernández Mañueco, el líder castellanoleonés que intenta conformar gobierno en su comunidad estos días, dejó un "Alberto Núñez Feijóo es un ejemplo para todos" y la necesidad "de tomar todas las decisiones necesarias" para garantizar la unidad del partido "lo más rápido posible". Tras él, Juanma Moreno, el que llegó con más autoridad y desde más lejos caminando, pidiendo "voluntad, cabeza y corazón" para una reunión a la que llegaba "triste". Pero también "reconocimiento", "cariño" y "comprensión" para Casado. De Feijóo alabó su idoneidad por su "muy buena reputación en el partido y en la sociedad".

En algún momento llegaron también los líderes ceutí y melillense, Juan Vivas y Juan José Imbroda, y la baronesa navarra, Ana Beltrán, y el canario, Manuel Domínguez. Antes de que comenzara la reunión, sin duda. El presidente murciano, Fernando López Miras, el último que resistió como casadista, llegó cerca de las nueve, con el cónclave empezado. No se paró ante los focos, lo justo para atestiguar que "la solución" era Feijóo. 

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