Tras casi cinco horas de reunión, los medios de comunicación congregados frente a la sede de Génova querían saber dos cosas: si Pablo Casado dimitía como presidente del PP y si Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, pilotaba desde ese momento el partido. 

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Para la primera cuestión, la respuesta llegó sobre la 1.30 horas en forma de comunicado. Casado seguirá al frente del PP hasta el congreso extraordinario que se celebrará los próximos días 2 y 3 de abril. Para la segunda, fue necesaria la intervención de Feijóo a su salida de la sede nacional, al filo de las dos de la madrugada. 

Pese a que todos los barones le habían aupado antes y durante el encuentro, el líder gallego echó balones fuera y dejó en el aire si concurrirá o no en abril. "Dejemos que las cosas fluyan", espetó evitando así la pregunta clara y reiterada de los periodistas. 

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En esa breve intervención, Feijóo prefirió centrarse en otros asuntos: aseguró que de esa reunión sale un partido "normalizado" y elogió a Casado, al que ve un señor de la política".  

"Vengo de un congreso democrático y quiero estar en un partido democrático que haga congresos democráticos", enfatizó para subrayar que aunque le han pedido que dé un paso al frente es él quien "tiene que decidir si se presenta".

En cualquier caso, el presidente de la Xunta quiso reiterar que todas las decisiones se tomaron de manera "unánime" a lo largo de la noche y que la reunión se celebró por la "situación de colapso orgánico" que ha vivido el partido y la "enorme desafección social", algo que, a su juicio, es "lo más preocupante".

En este sentido, recordó que el PP lleva 40 años "al servicio" de España y va a seguir "mucho tiempo" al servicio del país: "El PP sigue garantizando la alternancia política en España".