Eran las 23.00 h del sábado. Todavía quedaba una hora para que decayera el estado de alarma y, con él, el toque de queda vigente, que ese día solo duraría 60 minutos. Un tiempo ‘fantasma’ que, en vez de aprovechar para volver a casa (como venían haciendo desde hacía más de seis meses), muchos jóvenes (y no tan jóvenes) de buena parte de España utilizaron para reunirse y después ‘celebrar’ con botellones en las calles el fin de las restricciones de movilidad a causa del coronavirus.
Tras un día veraniego de terrazas a rebosar, agentes de la Policía vigilaban que bares y restaurantes cerraran a la hora establecida. Pero no pudieron impedir que los clientes que dejaban las mesas se congregaran masivamente en varias zonas de Madrid capital, como la Puerta del Sol (donde la Policía Municipal realizó más de 450 intervenciones), la plaza Dos de Mayo o la de Chueca, al grito de "libertad", consumiendo alcohol en grupos de más de seis y sin guardar la distancia interpersonal.
Eran escenas propias de una Nochevieja, pero en plena pandemia, que se repitieron también en otros lugares de Barcelona como las playas (de donde la Guardia Urbana desalojó a unos 6.500 jóvenes), el paseo de Lluis Companys, el de Gracia o bajo el Arco de Triunfo. Allí la proclama más repetida fue: "¡Se acabó el Covid!". Y no solo hubo cuenta atrás desde los balcones, sino que los jóvenes bailaron agolpados con botellines en mano y también sin mascarillas.
Similares imágenes se repitieron en Salamanca, donde cerca de medio millar de personas se concentró en la Plaza Mayor; en el Casco Viejo de Bilbao; o en la Alameda de Hércules, en Sevilla, entre otros muchos lugares repartidos por la geografía nacional. Pese a que la mayoría de las reuniones transcurrieron con normalidad, un policía resultó herido en una trifulca originada en la capital hispalense.
Tras estas congregaciones y ante una posible "subida de contagios" relacionada con la relajación de las restricciones y medidas sanitarias, la "preocupación" es más que evidente entre los expertos porque "tenemos una incidencia muy alta todavía", de 200 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y "la vacunación no es suficientemente amplia", declaró el epidemiólogo y exconsejero de la OMS Daniel López Acuña a Telemadrid.
Este mismo experto también opinó que "no estamos en el momento para tomar las medidas de relajación de las restricciones".
Y es que a partir de las 00.00 horas del domingo 9 de mayo decaía el estado de alarma y, con él, regresaba la libre circulación o reunión, cuya limitación queda ahora en manos de los ejecutivos autonómicos y de la Justicia. Por el momento, solo Baleares y la Comunidad Valenciana han conseguido –tras la validación de sus respectivos tribunales superiores de justicia– prorrogar el toque de queda, por lo que allí no se vivieron las mismas masificaciones nocturnas tras el decaimiento del decreto que en el resto del país.
Así, las críticas por parte de las autoridades municipales y regionales al comportamiento "incívico" de los ciudadanos "irresponsables" e "insolidarios" se unieron a las que recibió el Gobierno central por parte de la oposición, que acusa a Pedro Sánchez de haber dejado a las CCAA desamparadas a la hora de imponer medidas para controlar el avance del virus.
El alcalde de la capital madrileña, el popular José Luis Martínez-Almeida, recordó que "hay que seguir respetando las normas", no solo las decretadas por la pandemia, también "las reglas de convivencia básicas" porque "la libertad no consiste en hacer botellones". "No puede haber botellones, los vamos a seguir persiguiendo, vamos a poner los medios que haga falta", declaró el regidor, que lamentó la falta de cobertura normativa y jurídica que deja a las autonomías "en situación de debilidad" y "fragilidad" en la lucha contra la pandemia.
"Con Sánchez pasamos del estado de alarma al caos", añadió, por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, en un mensaje de Twitter en el que afirmó que el presidente del Gobierno "será el responsable si hay otra ola sin que las comunidades tengan la ley de pandemia que llevamos ofreciendo un año".
Por parte del PSOE madrileño intentaron quitar hierro al asunto. Su portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, consideró que "hasta cierto punto" las congregaciones son lógicas porque la gente "está muy cansada" de vivir con limitaciones. Sin embargo, recordó que la situación "tampoco ha cambiado excesivamente" y apeló a la responsabilidad de los políticos para concienciar y de los ciudadanos para hacer lo posible por respetar las normas "e incluso un poco más".
También el líder del PSC en el Parlament catalán, Salvador Illa, resaltó que la declaración del estado de alarma fue "algo excepcional" y "no podemos vivir permanentemente con una limitación de nuestros derechos y libertades", pero pidió más "responsabilidad" a los que incumplieron normas que siguen vigentes (distancia de seguridad y mascarilla) porque "se acaba el estado de alarma pero la pandemia continúa".
Quien, al finalizar el domingo no se había pronunciado sobre las escenas vividas en buena parte de España era el propio presidente del Gobierno. Sánchez tiene previsto ir al Congreso esta semana para explicar qué planes tiene para lo que resta de legislatura.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios