Sánchez se negará a elegir entre Ciudadanos y Bildu como socio, como piden Arrimadas y los barones

  • Afea las críticas al ‘sí’ de Bildu y cree que Arrimadas tendrá que apoyar las Cuentas.
  • Esta actitud lleva a pensar fuera de Moncloa que ya ha optado por ERC y Bildu y espera la retirada de Cs.
  • Cs negociará "hasta el final" los Presupuestos y pone la línea roja en la enmienda sobre el castellano de la Ley de Educación.
  • ENCUESTA | ¿Con quién debe pactar el Gobierno los Presupuestos?
(I-D) La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la vicesecretaria General del PSOE, Adriana Lastra, a su llegada a una sesión plenaria en la que el Gobierno solicita al Congreso la prórroga del esta
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso junto a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo y la portavoz en el Congreso, Adriana Lastra.
RRF
(I-D) La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la vicesecretaria General del PSOE, Adriana Lastra, a su llegada a una sesión plenaria en la que el Gobierno solicita al Congreso la prórroga del esta

La tramitación en el Congreso de los Presupuestos para 2021 se ha convertido en un pulso a varias bandas, el que uno de los socios del Gobierno, Unidas Podemos, se ha aliado con ERC y Bildu para aprobarlos sin contar con Ciudadanos y los de Inés Arrimadas desafían también al presidente para que cuente con ellos y no con los partidos independentistas. En medio de estos vetos cruzados, emerge la negativa de Pedro Sánchez a lo que le exigen unos y otros. El presidente no piensa elegir entre ellos y se mantiene confiado en que todos terminarán apoyando los Presupuestos.

De momento, ninguna de las partes está dispuesta a abandonar la carrera por ser socio prioritario de los próximos Presupuestos, pero tampoco sus intentos de excluir a la otra. Una vez superado el trámite de las enmiendas a la totalidad y antes de que esta semana empiece la negociación de las enmiendas parciales que los grupos tienen que registrar hasta el martes, Bildu ofreció este miércoles el primer “sí” en la votación final, prevista en principio para diciembre. Su líder, Arnaldo Otegi, así lo aseguró “salvo sorpresa”. Por su parte, Arrimadas afirmó que negociarán hasta “el último minuto” con el Gobierno, desoyendo los mensajes que intensifican ERC y Unidas Podemos para que salgan de la ecuación.

Sánchez, por su parte, ha abierto un nuevo capítulo de su ‘Manual de Resistencia’ y está dispuesto a aguantar la presión de sus socios de investidura y la de Ciudadanos. También la que se ejerce desde su propio partido para que rechace el apoyo que ya casi le ha garantizado Bildu y apueste por los naranjas. Según dicen en su círculo más cercano, tanto en Moncloa como en la dirección del PSOE, el presidente no piensa ceder ante ninguno -tampoco ante sus barones- y afronta la negociación presupuestaria convencido de que todos terminarán por bajar las espadas.

Para otras fuentes, esto no significa más que Sánchez ya ha tomado la decisión de aliarse de nuevo con ERC y Bildu y dejar caer a Ciudadanos, que tendrá que desistir y abandonar. Más aún cuando los mensajes que lanza estos días el entorno del presidente van más encaminados a explicar por qué Arrimadas no tiene más vía que apoyar los presupuestos y a minimizar las críticas internas por el apoyo de Bildu. El presidente deja hacer a su vicepresidente, Pablo Iglesias, el gran aliado de ERC y los abertzales, y no se le conocen quejas públicas a la manera de Gabriel Rufián de tensar la cuerda contra Cs. A pesar de eso, ni a Sánchez le gusta el apoyo de Bildu ni en el PSOE ni en Unidas Podemos ponen la mano en el fuego por que ERC “pueda” finalmente apoyar los Presupuestos. En este caso, Cs volvería a ser clave. Es una cuestión de números y de la imperiosa necesidad que tiene el Gobierno de aprobar unos Presupuestos en los que se incluyen ya 27.400 millones de la UE.

Arrimadas pone el límite en el castellano

Los de Arrimadas mantienen que la enmienda de última hora a la nueva de Ley de Educación que elimina el castellano como lengua vehicular en las comunidades con otra lengua oficial es línea roja -”naranja”- para dar un “sí” definitivo. Preparan enmiendas para dar más ayudas a negocios y familias pero, una vez limadas las subidas de impuestos, no esperan que las medidas económicas supongan un obstáculo insalvable, más cuando el Gobierno ya prepara también ayudas para “salvar a miles” de empresas, trabajadores y autónomos, como dijo Sánchez el viernes.

A Cs no le valen las buenas palabras que tuvo la ministra de Hacienda esta semana con Arrimadas en el debate de totalidad. No creen que, como dijo María Jesús Montero, haya “hueco para todos” ni admiten que ella solo vaya a hablar de “números” en la negociación que ahora empieza. Para el partido naranja, la eliminación de la enmienda sobre el castellano es la piedra angular sobre la que se basará su apoyo a las Cuentas. Si se mantiene, aseguran que no lo harán.

Moncloa afronta el desafío de Ciudadanos con más serenidad. Allí consideran que los Presupuestos ponen en bandeja a Arrimadas la posibilidad de erigirse en la líder moderada y capaz de sellar acuerdos. El miércoles, Montero se dedicó a regalarle los oídos, alabando su “valentía” por tomar las riendas de su partido tras la dimisión de Albert Rivera, ahora hace justo un año, y de haber dado un golpe de timón, que se confirmará con los Presupuestos. El Gobierno no dudó el miércoles en darle el “codiciado” título de líder del “centro derecha”, despojando de paso al líder del PP, Pablo Casado.

Los que se creen barones

Frente a las advertencias de Ciudadanos de que aún puede retirarse del pacto presupuestario, Moncloa insiste en que los Presupuestos son la única baza con la que Arrimadas puede presentarse ante las elecciones en Cataluña de febrero y ante un eventual adelanto electoral en Andalucía.

Las buenas palabras hacia Arrimadas se amargan al acercarse al propio PSOE. Allí esta semana han vuelto a surgir críticas en contra de que Sánchez no elija claramente a Cs para zafase de ERC y, sobre todo de Bildu. Una vez más, los presidentes de Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón han llevado la voz cantante en una batalla de la que se ha retirado el PSOE de Andalucía. Su portavoz en el Parlamento de andaluz, José Fiscal, dejó claro que no tienen “nada que ver” con Bildu, pero también que el partido está “absolutamente apoyando a Pedro Sánchez y al Gobierno de España en unos momentos tan difíciles como estos”.

No fue el mismo tono de Emiliano García Page, Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán, que consideran que “no tiene pase”, reprochan que es influencia de Podemos y lamentan que la falta de acuerdo con otros partidos convierta a los abertzales en protagonistas de la vida política. Es “una sensación muy dolora” y un “fracaso de país”, dijo el presidente extremeño.

Pero la resistencia de Sánchez, una vez más, también se aplica a sus barones, o “los que se creen barones”, tal y como se refería a ellos de forma peyorativa hace unos días una persona de la máxima confianza del presidente en el partido. Con una visión más pragmática, en Moncloa consideran que estas declaraciones son flor de un día, de las que nadie se acordará dentro de poco.

¿Con quién debe pactar el Gobierno los Presupuestos?

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