Los rebrotes de la covid en España tienen un factor común: "Están relacionados con colectivos desfavorecidos"

Vecinos de Lepe (Huelva) acuden al Centro de Salud de la localidad onubense.
Vecinos de Lepe (Huelva) acuden al Centro de Salud de la localidad onubense.
EFE/Julián Pérez
Vecinos de Lepe (Huelva) acuden al Centro de Salud de la localidad onubense.

Poco más de una semana después del levantamiento del estado de alarma y tras el primer fin de semana sin restricciones de movilidad, en España hay hasta 11 comunidades con brotes de coronavirus en activo, según el último balance del Ministerio de Sanidad. Uno de los que más preocupa pero que está bajo control es el de Aragón, surgido en una empresa hortofrutícula. Se trata del más numeroso hasta la fecha, con 320 positivos y que ha obligado a tres comarcas de Huesca y una de Zaragoza a retroceder a la fase dos.

Otro de los más numeroso está en Málaga, con el foco en un Centro de Acogida de Inmigrantes, pero los focos cambian según la comunidad: una empresa cárnica en Valencia, residencias de ancianos... A juicio de Javier del Águila Mejía, médico residente de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario de Móstoles, la mayoría de los brotes guardan un factor común: "Lo que vemos es que están estrechamente relacionados con colectivos desfavorecidos", afirma, porque la mayoría de ellos viven en condiciones que pueden favorecer la transmisión: "Muchos viven varios miembros de la familia en casas pequeñas o van a trabajar todos juntos... En el caso de los inmigrantes que han venido en patera, vienen todos juntos prácticamente hacinados", argumenta.

A ello se suma el caso de la cárnica de Valencia, donde además del perfil de sus trabajadores puede influir el lugar de trabajo, frío y húmedo "con una carga de trabajo apabullante y sin guardar la distancia de seguridad".

También hay casos de reuniones familiares o eventos multitudinarios, como el del Valle de Arán, donde una barbacoa se tradujo en siete positivos de coronavirus entre sus participantes. Sin embargo, para Del Águila esta multitud de brotes no significa que la sociedad en general esté cometiendo fallos tras el fin del confinamiento. "La mayoría está concienciada con el uso de mascarillas y la distancia de seguridad", afirma, sino que enmarca dentro de la normalidad los nuevos casos. "El virus sigue circulando entre nosotros, lo que pasa es que como ahora estamos con la lupa sobre él se ven más casos", defiende. 

Considera que estos brotes "eran esperables y deseables para poder rastrearlos. Ahora lo importante es ver la información de cada uno de ellos para saber cómo se comporta el virus". A su juicio, su identificación es muestra de que se está haciendo un buen trabajo porque se están identificando de forma rápida, lo que impide que siga propagándose.

"Tal y como esta la situación ahora, no creo que lo estemos haciendo mal, tenemos que asumir que hay un riesgo y sabemos que habrá comidas familiares", señala este médico, que considera que el mensaje de que las familias no pueden verse es negativo. "Con cabeza se puede hacer todo", por lo que no debe tenerse miedo a una barbacoa con familia o amigos, solo seguir las recomendaciones que se han dado hasta ahora.

El próximo reto, el turismo

En este sentido, lo más preocupante a su juicio es el turismo, un reto que hay que afrontar de la mejor manera posible. "Nueva Zelanda no tenía nuevos casos hasta que llegaron dos británicas", pone de ejemplo. Lo mismo sucedió con Menorca, que estaba limpia de coronavirus hasta la llegada de dos viajeros estadounidenses, a los que hay que sumar las pateras que llegan en verano y que pueden traer consigo, como en el caso de Canarias, inmigrantes infectados.

El próximo miércoles, 1 de julio, la Unión Europea abrirá las fronteras a terceros países y aunque esos países serán considerados "seguros", sus turistas no tendrán que guardar cuarentena, por lo que es en el turismo donde, en palabras de Del Águila, "hay que afinar un poco más".

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