Incertidumbre y "miedo" en la población española en Italia: "La gente sale del súper con los carros llenos de comida"

Supermercado vacío en Milán (Italia).
Supermercado vacío en Milán (Italia).
Isabel Caballero
Supermercado vacío en Milán (Italia).
Los italianos asaltan los supermercados en busca de alimentos básicos por miedo a una cuarentena.

La situación en Italia por el brote de coronavirus mantiene en vilo a los habitantes de las zonas afectadas, que intentan mantener la calma ante los recientes acontecimientos. 

Es el caso de Javier, que vive en Carmagnola, a 30 kilómetros de Turín y en la región de Piamonte del norte de Italia, una de las zonas donde la epidemia del coronavirus está propagándose con mayor rapidez. 

De origen gaditano y de 23 años, describe a 20minutos la situación actual de la zona de "histeria colectiva", aunque le quita gravedad a la enfermedad y explica que donde él vive la gente no lleva mascarillas. Sin embargo, el problema no es solo la alerta sanitaria, sino el impacto económico que puede tener en la región. "¿Si en una empresa se contagian todos, quién trabaja?", explica. 

En los hospitales de su zona han desplegado tiendas de campañas en los alrededores para realizar los análisis necesarios. Si la prueba da como resultado que el paciente tiene coronavirus, se le envía a otro hospital exclusivo para eso. De esta forma buscan no colapsar los servicios de urgencias de la región. Javier conoce la situación con detalle debido a que su suegra es enfermera. 

Además, explica que las universidades y algunas instalaciones comunitarias como las piscinas se encuentran cerradas, aunque no ocurre igual con el transporte público o los centros comerciales. Destaca también que muchos supermercados se encuentran desabastecidos. 

Respecto a su situación, Javier cuenta que siente miedo por la posibilidad de contraer el virus. "Llevo poco tiempo aquí y todavía no tengo la residencia ni la tarjeta sanitaria, no sé muy bien que ocurriría en mi caso"

Javier tampoco está seguro de la situación de las aerolíneas ante la posibilidad de regresar a España. "Habían cancelado todos los vuelos directos a China, pero no los indirectos. Ahora también han cancelado estos para evitar problemas".

Otras personas destacan que hay alarma social, pero también cierta paranoia debido a la sobreinformación de los medios. Así lo cree Toni, que vive en Turín y estos días trabaja desde casa debido a un protocolo que han activado en la escuela donde es profesor. 

"El domingo fui a comprar y había mucha gente con los carros llenos, pero quitando eso no he notado mucho más." Al igual que Javier, él tampoco ha visto demasiadas personas con mascarillas donde vive. 

Entre las medidas que ha tomado el gobierno destaca una guía de actuación y un teléfono de emergencia habilitado en caso de notarse los síntomas del virus, en lugar de acudir al hospital. También le han recomendado evitar el transporte público.

Venecia, en alerta: turistas y vecinos se quedan en casa

Italia está en alerta desde este fin de semana, cuando el norte del país se paralizaba ante la aparición de varios casos de contagio de coronavirus que ya se han saldado con siete fallecidos y más de 200 contagios.

El gobierno italiano ha tenido que establecer medidas rápidas de prevención para evitar la propagación de la enfermedad, cerrando escuelas y universidades y cancelando actos públicos, como el famoso carnaval de Venecia, que el domingo por la noche tuvo que ser suspendido ante el aumento de contagios en el país italiano. 

Marta Gasca y sus amigas llegaron el jueves por la noche a Venecia y ya desde el principio notaron las medidas de control de los aeropuertos europeos, que están tomando la temperatura a los pasajeros para poder prevenir cualquier contagio.

La zaragozana no supo que Italia iba a ser el próximo país europeo en mostrar casos de contagio por la neumonía china de Wuhan hasta el sábado, cuando tanto ella como las amigas con las que viajaba, recibieron mensajes de advertencia de sus familiares y amigos por el brote que había aparecido en la zona de Milán.

"Estábamos en Burano, y anunciaron por megafonía que el concierto se anulaba ante la propagación del coronavirus"

No obstante, según cuenta, no se alarmaron al principio porque "estaba medianamente alejado" y tenían el precedente de los casos de contagiados en España que finalmente lo superaron. "El caso es que luego ya se supo que una de las muertes había sido en Padua, un pueblo que está cerca de donde estábamos", cuenta Gasca, confesando que ahí fue cuando empezaron a preocuparse. 

Aún así, decidieron seguir con el plan que tenían organizado. Compraron geles desinfectantes para las manos y, cuando se dispusieron a coger un 'vaporetto' se sorprendieron al ver que "había más gente que el sábado, incluso".

"Sí que es verdad que se veía a bastante gente con mascarillas estos días", explica Marta, contando que el domingo les llegó la noticia de que todos los actos del carnaval de Venecia habían sido suspendidos. "Estábamos en Burano, y anunciaron por megafonía que el concierto que había programado se anulaba por prevención ante la propagación del coronavirus", relata, contando que tuvieron que adelantar el viaje de vuelta a Venecia "por lo que pudiera pasar" y para evitarse grandes corrientes de gente. Fue a su llegada a la ciudad Veneciana cuando se dieron cuenta de que había mucha menos gente por las calles y bastantes policías con mascarillas.

Ella ya ha vuelto a su ciudad, Zaragoza, pero dos de sus amigas se quedaron unos días más y, en cuanto fueron a por más desinfectante para las manos, ya se había agotado en varios establecimientos , porque "la gente se ha puesto más nerviosa, sobre todo a raíz de hoy", explica la joven de 27 años, diciendo que no le pusieron ninguna inconveniencia a la hora de coger el vuelo de vuelta.

Ana Andrés, una de las amigas que se ha quedado en la ciudad hasta esta noche, cuenta que cada vez hay más gente acudiendo a las farmacias a por mascarillas, pero que se agotaron prácticamente dese el primer día. "Nosotras no hemos ido a un 'free tour' por miedo", confiesa la joven contando que se han quedado en casa hasta que llegue la hora de dirigirse hacia el aeropuerto para volver a casa. 

Imagen de una de las calles de Murano (Venecia).
Imagen de una de las calles vacías de Burano (Venecia).
Marta Gasca

Los italianos apenas han tenido tiempo para asimilar el brote que ha surgido en su país, razón principal por la que todavía no se ven demasiados indicios de alarma en las ciudades italianas. Elena Martini ha tenido que quedarse en casa con sus hijas porque han cerrado todos los colegios.

Ella y su familia viven en el centro de Venecia, una de las ciudades donde han aparecido casos de contagio y que ya ha empezado a tomar medidas de prevención. La italiana cuenta que las autoridades han aconsejado a los ciudadanos que eviten zonas donde haya mucha gente - algo que ella considera prácticamente "imposible"-, y que no se besen ni tengan contacto con las manos para evitar el contagio.

Según cuenta Martini, todavía "no hay mucha gente llevando máscaras" y explica que por la mañana ha ido a la tienda "y todo parece normal". De todos modos, ha decidido tomar medidas preventivas. "Me lavo las manos muy a menudo y me quito los zapatos nada más llegar a casa. No voy al cine ni a restaurantes... Estamos esperando a ver cómo evoluciona para saber cómo tenemos que reaccionar", confiesa.

"Hay mucho miedo"

Isabel Caballero vive en Milán desde que se fue de 'Erasmus' a la ciudad italiana y se enamoró. Ahora, trabaja para una empresa del ayuntamiento y tiene una hija que también está teniendo que permanecer en casa tras el cierre de los colegios.

"Lo estamos viviendo con mucha intensidad", cuenta la española, explicando que se trata de un tema que tiene a la sociedad -sobretodo a la comunidad científica- muy dividida entre quienes no creen que haya que preocuparse y quienes opinan que se trata de algo muy contagioso y dañino.  Caballero ha ido a trabajar a pesar de la alarma que hay en su ciudad, pero se muestra indignada por la incoherencia de las medidas que considera que "no tienen sentido".

 "Si voy a trabajar y vuelvo a casa, el niño sigue en peligro. ¿Qué sentido tiene eso?", pregunta indignada por el hecho de "quien decida no ir a trabajar por miedo a contagiarse pueda ser despedido". En la ciudad están viviendo un "periodo difícil", cuenta Isabel, explicando sorprendida como este domingo acudió al supermercado y se encontró estantes vacíos, "sobretodo en los de venta de productos no perecederos, como pasta, harina, alcohol, etc.".

Supermercado vacío en Milán (Italia).
Supermercado vacío en Milán (Italia).
Isabel Caballero

Además, los transportes públicos de Milán viajan completamente vacíos, a diferencia de las carreteras que se han abarrotado de coches provocando atascos en las vías de la ciudad. "No es una ciudad desierta pero los restaurantes están vacíos", cuenta explicando que cuando han ido a comer este mediodía al restaurante que suelen frecuentar, solo eran tres personas.

Isabel se muestra preocupada sobretodo ante la incertidumbre de cómo pueda desarrollarse el contagio del virus, y asegura que esa falta de información sobre lo que está sucediendo "asusta a la gente y hay mucho miedo".

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