Bildu se ha marcado como objetivo en sus escasos siete minutos de intervención en la sesión definitiva para investir a Pedro Sánchez "construir una república vasca", un alegato que los diputados de Vox no han llegado a escuchar dado que han decidido abandonar el hemiciclo en señal de protesta antes de que la formación abertzale arrancara su discurso.

Se ha subido a la tribuna el diputado Oskar Matute, que ha comenzado citando a la filósofa estadounidense Angela Davis cuando ha dicho que "no estamos aceptando las cosas que no podemos cambiar, estamos cambiando las cosas que no podemos aceptar". Entre esas cosas que Matute ha considerado inaceptables ha citado a "Salvinis, Orbans y Abascales [sic]" a quienes ha responsabilizado de las muertes de migrantes en el Mediterráneo.

Aunque los diputados de Vox no estaban presentes, su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros ha valorado el discurso de Bildu como "una infamia". 

Las palabras de Matute han arrancado algunos aplausos en las bancadas de Esquerra y entre algunos diputados de Podemos, como el caso de Alberto Rodríguez cuando Matute ha recordado la figura de Dolores Ibárruri, la Pasionaria.

Sánchez ha recibido las palabras de Bildu con cara de circunstancias, sobre todo cuando los abertzales han hablado de "terrorismo de Estado". Más ostensible ha sido la desaprobación de Pablo Casado, que ha negado con la cabeza cuando Matute ha pedido justicia y reparación "para todas las víctimas". El diputado abertzale ha interpelado directamente al PP, a quien ha englobado en "la derecha corrupta de Nóos, del tamayazo".

La intervención de Bildu hoy desde la tribuna del Congreso ha sido considerablemente menos bronca que la del domingo, en la que se vertieron palabras muy duras. En ella, la diputada Mertxe Aizpurua calificó al rey de autoritario y desde los escaños de Vox sus palabras fueron recibidas recibió gritos de "asesina".