Más plomo, más plata, más narcos y más venganzas: lo que subyace tras el aumento de secuestros en las costas españolas

Balance de criminalidad del ministerio de Interior.
Balance de criminalidad del ministerio de Interior.
Henar de Pedro
Balance de criminalidad del ministerio de Interior.

Hubo una época, en la historia reciente de España, en la que los secuestros coparon titulares, miedos y furias. Durante los años 70, ETA usó esta práctica para intimidar y extorsionar, y la sociedad entera era testigo de ello. Los raptos se anunciaban, se vociferaban, se publicitaban. Ahora esta técnica ha vuelto, pero sin tintes políticos ni reminiscencias terroristas y, además, se lleva a cabo en silencio. Los actores son nuevos, prefieren pasar desapercibidos y arreglárselas entre ellos.

Tal como refleja el último balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, los secuestros han aumentado cerca de un 45% en el arco de un año. En 2023, 122 personas fueron víctimas de rapto, y la mayor parte sucedieron en Andalucía, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña. ¿Quiénes secuestran, a quién y por qué? Según el Informe Europeo sobre Drogas de 2023 hay más droga que nunca, y esta podría ser la respuesta. El motivo, también, por el que los secuestrados prefieren no contarlo.

La Costa del Sol es el punto caliente. El aumento de mafias en la zona ha provocado la creación de un grupo policial especializado en este tipo de delitos, como extorsiones y detenciones ilegales. Con sede en Málaga, se ha formado un equipo conjunto con policías de una veintena de países.

El pasado verano, en el Puerto de Algeciras, se incautó el mayor alijo de cocaína intervenido en España, un botín de más de 9 toneladas. En 2023 se requisaron 100.000 kilos de cocaína, duplicando la cifra del año anterior. El puerto de Valencia, además, se encuentra en el podio europeo con mayor número de incautaciones, solo precedido por el de Amberes y Róterdam. Al mismo tiempo, un sospechoso número de empresarios fueron desapareciendo y reapareciendo. Hay más plomo, más plata, más narcos y más venganzas.

Desde 2017, las mafias del Este han acaparado la droga en Europa. Usan a los colombianos como proveedores y se están haciendo con el mercado. Albaneses, serbios y croatas forman el Clan de los Balcanes, operativo especialmente en Galicia, costa del Mediterráneo y Andalucía. Pero en el campo son variopintos los jugadores. Los del Este rivalizan con la Mocro Mafia (Países Bajos), con los contrabandistas de hachís desde Marruecos, y con otros grupos suecos, británicos, franceses, turcos o irlandeses. Tradicionalmente, los colombianos llevaban la cocaína, la mafia rusa las armas y el blanqueo, y las triadas chinas la heroína y el tráfico de personas. Por su posición, España es un punto estratégico para la llegada y distribución. Ahora el negocio se lo rifan entre muchos, vienen a trapichear de todas partes del mundo y las nacionalidades son muy dispares, pero todos los narcos tienen algo en común: el perfil criminológico.

El perfil del narcotraficante

No resulta sencillo delimitar un perfil. Cada delincuente alberga infinitas complejidades, inframundos y pliegues. Sin embargo, los estudios enfocados en los narcos demuestran que la gran mayoría sí comparte unos rasgos. Camisas extravagantes, gafas de sol, puro en la boca y maletín. Así suele dibujar el cine al narcotraficante y, aunque en la realidad muchos prefieran no llamar la atención, lo cierto es que la ostentosidad sí es su marca personal.

Hablamos del boss, del capo, de los que mandan secuestrar sin mancharse las manos. Ellos son los que los perfiladores criminales tienen algo más estudiados. Son personas con propensión al riesgo, algo visible desde pequeños. La gratificación del peligro está asociada a la impulsividad, a menudo relacionada con habilidades cognitivas y académicas pobres. De hecho, según un estudio chileno liderado por el psicólogo criminalista Francisco Ceballos-Espinoza, cerca del 97% de narcos carece de estudios y titulación, pero sí presenta un gran espíritu emprendedor. Es decir, que no quieren gente por encima, que nadie les tosa, que no se les contradiga. Y cuando sus ansias de poder chocan con las de otros clanes, no parece sorprendente que se sucedan los secuestros exprés. Por dinero, información e intimidación.

Cerca del 97% de narcos carece de estudios y titulación, pero sí presenta un gran espíritu emprendedor

Astutos más que inteligentes, suelen ser personas impacientes, lo que lleva a la toma de decisiones precipitadas. También se señalan ciertos rasgos psicopáticos, como la baja empatía o la ausencia de remordimientos. Además, son egocéntricos, presuntuosos, manipuladores y mentirosos. Por supuesto violentos. Cuando son capturados se muestran desafiantes, como si lo tuvieran todo controlado, porque les resulta imprescindible mantener ese estatus.

Y, claro está, el afán por el poderío. Visible desde el atuendo, las casas, los animales salvajes como mascotas y los cochazos. No pueden no enseñarlo. La ostentación les rebosa de dentro, especialmente si hay familias rivales. Pasó en Galicia cuando se popularizó la fariña, incapaces de disimular el éxito, se llenaron de Porsche y Mercedes varios pueblos de pescadores.

Se ha producido la atomización de la droga. Las viejas mafias jerarquizadas se enfrentan a la proliferación de bandas rivales. Diferentes actores luchan por la misma pulsión, y no es el dinero, la batalla es por el poder.

Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.

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