El informe PISA señala a España como un país con gran "ansiedad matemática": "El profesor debe dejar a cada uno avanzar a su ritmo"

Una alumna hace un ejercicio de matemática en la pizarra.
Una alumna hace un ejercicio de matemática en la pizarra.
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Una alumna hace un ejercicio de matemática en la pizarra.

Las matemáticas son una ciencia exacta, pero la enseñanza no. Ni tampoco aprendemos todos de la misma forma. De ahí que cada escolar afronte cada materia de forma diferente. Según el último informe PISA, publicado a finales de diciembre, el alumnado español es de los que más ansiedad sufren con matemáticas, con niveles "muy encima" del promedio de los países de la OCDE y de la UE. Este bloqueo repercute en el rendimiento académico general, por lo que los especialistas recuerdan que "equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje", al tiempo que lamentan que socialmente se haya normalizado la asociación entre matemáticas y estrés. 

Para medir la ansiedad del alumnado ante las matemáticas, un término que ahora vuelve a los titulares pero ya muy estudiado, PISA 2022 volvió a preguntar -lo hizo por primera vez en 2012- cómo de acuerdo estaban con afirmaciones como "a menudo me preocupa tener dificultades en las clases de matemáticas", "me estreso mucho cuando tengo que hacer deberes de matemáticas", "me siento incapaz de resolver un problema" o "me da miedo suspender matemáticas".

Entre los países seleccionados, Finlandia (-0,29), Países Bajos (-0,22) y Hungría (-0,21) es donde los estudiantes de 15 años presentan un menor índice de ansiedad en matemáticas, mientras que Turquía (0,59), Chile (0,59), México (0,54) y Colombia (0,54) es donde más se acentúa. España (0,37) se encuentra muy "por encima" del promedio de la OCDE (0,17) y de la UE (0,17), reza el informe.

"El alumnado sufre unos bloqueos a la hora de enfrentarse a las matemáticas que no sufre con otras asignaturas, independientemente de la complejidad de la tarea. Aunque no le guste la historia o la biología, nunca oiremos a un alumno decir de esas materias 'yo para eso no valgo'. Sin embargo, decirlo de las matemáticas está socialmente aceptado", apunta a 20minutos Julio Rodríguez Taboada, presidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM). Tras 35 años como docente en institutos públicos -ahora en el IES As Barxas de Moaña (Pontevedra)-, considera que la causa de esta cuestión es "bastante compleja", pero apunta a que "tiene que ver con la gestión del error, no asumirlo como parte normal del aprendizaje. No es un fracaso, hay que aprovecharlo para crecer".

Taboada aboga por crear un entorno seguro en el aula para dar confianza en el alumnado a hablar sin miedo a prejuicios, y por realizar evaluaciones formativas "que llevan al alumnado a crecer", para que sientan que el objetivo no es ver lo que hacen mal, sino lo que han aprendido para poder ayudarles en lo que fallan. En este sentido, el informe PISA recoge la "mentalidad de crecimiento –la creencia de que las habilidades y la inteligencia de uno se pueden desarrollar con el tiempo en lugar de ser un don innato e invariable– es una de las actitudes positivas hacia el aprendizaje que puede aliviar la ansiedad relacionada con las matemáticas y reducir sus consecuencias negativas sobre el rendimiento y el bienestar".

José María Marbán, profesor e investigador de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Valladolid, alerta de que "lo preocupante", además de los altos niveles de ansiedad matemática en escolares, es que esta se presente más en países hispanohablantes y de la región mediterránea; que no solo la sufren los escolares, sino también un 25-30% de la población adulta; y "los elevadísimos niveles de ansiedad matemática que observamos en el profesorado en formación", que a su vez impacta en el alumnado. 

El también miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática (SEIEM) señala que no hay una causa única de este problema. De hecho, considera que "en muchas ocasiones" esa ansiedad solo se presenta en el contexto escolar, pues hay situaciones de la vida cotidiana relacionadas con las matemáticas que no se viven con ansiedad, como jugar a un videojuego o realizar un sudoku, abunda. "Luego ya perdura y se convierte en ansiedad por las matemáticas en la vida cotidiana. Pero el origen se ve claro en el sistema educativo. Al menos, inicialmente, y luego ya revierte en el día a día".

Los datos revelan que los primeros síntomas aparecen en tercero de Primaria, cuando años atrás surgían en cuarto o quinto. "A medida que vamos subiendo en el sistema [educativo] vemos un modelo más estructurado, más rígido, con un discurso menos asambleario y más de clase magistral, y entramos ya en el pensamiento más abstracto, algebraico", anota Marbán, que defiende repensar el acercamiento a la materia y la metodología pedagógica. Cree "absurdo", por ejemplo, dejar de usar recursos manipulativos cuando alumnado crece por considerarlo infantil, cuando lo visual mejora la comprensión.

Asimismo, la ansiedad matemática les afecta más a ellas y a los escolares en cuyos hogares entra menos dinero al mes. "No hay ningún estudio serio que demuestre que las chicas o los chicos son mejores en matemáticas. Tienen la misma capacidad, la misma genialidad, las mismas dificultades cuando las hay... pero la ansiedad la sufren más ellas. Aquí el factor social es muy peligroso".

Desde el Comité Español de Matemáticas (CEMAT), que participado en el desarrollo del currículo de matemáticas de la Lomloe, su presidente, Alfonso Gordaliza, lamenta a este periódico que "los detractores de que se avance en parámetros de modernidad utilizan la dimensión socioafectiva de las matemáticas para ridiculizar la nueva ley" mientras que, en paralelo, "la sociedad reconoce que las matemáticas son imprescindibles" para toda la vida a nivel cotidiano y en relevantes avances como la inteligencia artificial o modelos ambientales. "Se ha ridiculizado por hablar de género, pero las cifras muestran que, en este momento, el grado de Matemáticas es menos apetecible para ellas que para ellos, cuando el talento matemático se reparte por igual entre los dos géneros y el mundo no se puede permitir desperdiciar ningún talento y hay que animar para despertar el talento matemático de las mujeres", asegura.

"No tendría ningún sentido poner una etiqueta sobre quién sirve y quién no para las matemáticas, una materia que está pensada para todos los escolares y que es útil en la vida cotidiana de todos los adultos", abunda el presidente de la Comisión Educativa del CEMAT, el también profesor de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Granada, Antonio Moreno.

El talento matemático se reparte por igual entre los dos géneros y el mundo no se puede permitir desperdiciar ningún talento"

Gordaliza añade otro problema con la educación matemática: la falta de docentes en matemáticas, tanto entre el alumnado del grado de Magisterio, como entre los graduados en esta ciencia, que serían el "perfil idóneo" para enseñar la asignatura, se ven más seducidos por la oferta laboral de la empresa y la industria.

Las matemáticas, prosigue Moreno, son "una forma de pensamiento". Para cambiar la forma de abordarlas en el aula, coincide con Taboada al subrayar la importancia del refuerzo positivo de los avances de los estudiantes y de valorar las estrategias de resolución de problemas para construir entornos de aprendizaje colaborativo, al tiempo que apuesta por trasladar su aplicación a situaciones cotidianas que permitan disfrutar del aprendizaje. "El profesor ha de ser un director de la actividad que permita que cada estudiante trabaje y aprenda a su ritmo".

Plan de refuerzo

El Gobierno anunció a finales de enero un plan de refuerzo en matemáticas y lengua, dos de las materias en las que peores calificaciones obtuvieron los escolares en España en el último informe PISA. La medida beneficiaría a 5,2 millones de estudiantes y contempla el desdoble de clases en ambas materias para rebajar el número de estudiantes por clase y la posibilidad de clases de refuerzo gratuitas.

Desde la FESPM, Taboada reconoce que es "muy importante trabajar en la reducción de las ratios", pues por encima de los 20-23 alumnos y alumnas "te obliga a cambiar la forma de trabajo y tardas más en llegar a todos o ver necesidades", pero rechaza el refuerzo fuera del sistema educativo: "Es como asumir que no vamos a ser capaces de llegar a todo". 

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