Haber nacido en una familia con menos recursos económicos, de origen migrante o ser mujer, dispara las probabilidades de obtener un rendimiento académico sustancialmente menor al resto. Es decir, las oportunidades sociales, económicas y vitales de una persona están fuertemente condicionadas por su origen social, según señala este martes EsadeEcPol en un informe con datos del informe PISA 2022 de la OCDE.
Pese a que, ateniendo solo a las competencias adquiridas por el alumnado según su origen, España aparece como un país relativamente equitativo, el panorama cambia si se observan otras variables, como la tasa de repetición o la de abandono escolar temprano, en el que España se sitúa en el puesto número dos. De hecho, el sistema español aparece en PISA como uno de los más equitativos, pero la desigualdad se agranda si el alumno examinado proviene de un entorno más desfavorecido o de una comunidad autónoma determinada.
Según subraya el centro de estudios en su informe —La equidad educativa en España y sus comunidades autónomas en PISA 2022—, España está ligeramente por debajo de la media de la OCDE en cuanto a la diferencia de resultados entre el alumnado con más recursos y el que menos: los estudiantes más desfavorecidos sacaron un 16% menos en la prueba de Matemáticas que los de familias con un nivel socioeconómico más alto (en la OCDE esa brecha es del 16,8%, y en la Unión Europea del 18,4%). Las diferencias, sin embargo, son importantes entre comunidades autónomas. En Asturias, la desigualdad es de casi el 20%, y en País Vasco y Murcia son del 17,8% en ambas. Lejos del 8,4% de Cantabria, el 10,4% de Galicia o el 11% de la Comunidad Valenciana.
También está en la media la diferencia de resultados entre el alumnado de origen nacional y migrante (de primera y segunda generación). Un alumno de origen nacional tiene 32,5 puntos más que un alumno de origen migrante en el examen de Matemáticas (35,5 en la UE y 32,4 en la OCDE); aunque la diferencia se reduce a 6,6 puntos una vez descontado el efecto de la desigualdad. Algo que ya señaló la OCDE en su informe, en el que apuntó que la mitad de los estudiantes inmigrantes en España están en una situación desfavorecida (el doble que el resto del estudiantado).
La brecha se dispara hasta los 69,7 puntos en País Vasco; hasta el 59,1 en Asturias; y el 53,6 en Aragón; siendo Andalucía (3,5), Canarias (4,3) y Comunidad Valenciana (21,9) las autonomías con menores desigualdades entre migrantes.
Por género, la diferencia es "estadísticamente significativa en favor de los chicos" para la mayoría de los países analizados, a excepción de Finlandia o Eslovenia: los alumnos españoles obtuvieron 10,1 puntos más que sus compañeras en Matemáticas (1,2 puntos más que la media de la OCDE).
España lidera el 'ranking' de repetición
Como años anteriores, España sigue liderando el ranking de repetición de cursos, aunque experimentó una disminución importante respecto a 2018: del 28% hace cuatro años al 22% de estudiantes que han repetido al menos una vez con 15 años en 2022. Sigue siendo, sin embargo, de los países que más recurren a esta medida, ocupando el cuarto puesto de la OCDE y el tercero entre los países europeos.
Además, según apunta EsadeEcPol, esa reducción se debe a que durante la pandemia se intentó reducir al mínimo la repetición para evitar agravar todavía más la situación de los alumnos confinados, por lo que la repetición agregada cayó para la generación que estaba entonces en los primeros cursos de ESO (como la que participó en el informe de la OCDE). "La tasa de repetición rebotó después, por lo que en la próxima edición veremos, potencialmente, una repetición igual o incluso mayor que en 2022", auguran.
Con todo, un alumno de origen desfavorecido tiene casi cuatro veces más probabilidades de repetir que uno de nivel socioeconómico alto. España es, de hecho, el segundo país donde la repetición es "menos equitativa", solo superado por Eslovaquia, tal y como señala el centro de estudios. Además, Murcia (9,4 veces más probabilidades), Rioja (7,8) y Castilla y León (7,5) son las comunidades que presentan una repetición más desigual.
También es alta la diferencia entre chicos y chicas, aunque aquí el caso es contrario al que ocurre con las notas de los exámenes: ellos tienen el doble de posibilidades de haber repetido al menos un curso a los 15 años que ellas. Respecto al origen migrante del alumnado, sin embargo, España anota una desigualdad ligeramente inferior a la media del resto de países. Un estudiante migrante de primera o segunda generación tiene 1,9 veces más probabilidades de repetir que uno nativo (2,3 en la UE y la OCDE). Este indicador, además, ha crecido ligeramente desde 2018, y hay comunidades —como Extremadura, Castilla y León y Murcia— en las que la posibilidad se multiplica por cuatro.
Seis propuestas contra la desigualdad
Ante esta coyuntura, EsadeEcPol expone una serie de propuestas para mejorar la igualdad de oportunidades entre los estudiantes y que el origen social no sea un motor de desigualdad. Apostar por las tutorías de apoyo y refuerzo, por ejemplo; mejorar el acceso a la educación infantil de 0 a 3 años con bajo nivel socioeconómico y de origen migrante; o reducir la segregación escolar del alumnado desfavorecido, migrante y gitano.
Plantea igualmente impulsar una formación para el profesorado "asociada a reflexionar y cambiar creencias y prácticas pedagógicas relacionadas con la repetición de curso". También considera importante apostar por jornadas escolares amplias, asegurando la gratuidad del material, comedor y transporte escolar, y las becas a las familias más desfavorecidas; así como promover reducciones de ratios alumnos/profesor en los centros con más alumnado vulnerable. "Un país con un sistema educativo poco equitativo es injusto, pero también ineficiente, y reduce la riqueza, el trabajo y el bienestar futuro de sus habitantes", subraya el informe.
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