Miguel Donaire, el joven superdotado de Granada que estudiará en Oxford con 16 años: "Es un sueño y creo que todo va a ir bien"

Miguel Donaire Arcas-Sariot, un estudiante de Granada que con tan solo 15 años ya cuenta con una plaza reservada en la prestigiosa Universidad de Oxford.
Miguel Donaire Arcas-Sariot, un estudiante de Granada que con tan solo 15 años ya cuenta con una plaza reservada en la prestigiosa Universidad de Oxford.
EFE
Miguel Donaire Arcas-Sariot, un estudiante de Granada que con tan solo 15 años ya cuenta con una plaza reservada en la prestigiosa Universidad de Oxford.

Su mirada de ojos claros transmite honestidad, es "humilde, sensato, buenísimo, pero, sobre todo, muy normal". Así lo describe su madre, que también añade que es "un niño extraordinario", pero obvia lo evidente, a tenor de sus notas: su increíble inteligencia. A estas cualidades, que no son pocas, responde Miguel Donaire, un excepcional joven superdotado de Granada que el próximo curso va a estudiar en Oxford Ciencias de la Computación. 

Lo insólito de esta historia no es únicamente que haya sido aceptado en la prestigiosa universidad británica, sino que lo hará con 16 años. Será en septiembre, cuando este adolescente que ahora tiene 15 comience las clases en Inglaterra tras terminar 2.º de Bachillerato, que cursa actualmente en el colegio La Presentación de su tierra natal. 

Por la institución inglesa han pasado numerosas personas ilustres a lo largo de la historia, como Stephen Hawking, Indira Gandhi, el expresidente de EEUU Bill Clinton, Tim Berners-Lee (creador de la World Wide Web), el escritor John Ronald Reuel Tolkien e, incluso, personajes de la literatura inglesa como Harry Potter, cuya escuela de magia, Howarts, está inspirada aquí. Pero si alguien piensa que el famoso mago de la ficción ha sido el que ha suscitado este "sueño" en Miguel, nada más lejos de la realidad, puesto que ni siquiera es aficionado a la saga.

Eligió esta universidad por su "diversidad, calidad y la distancia". "No quiero que esté muy lejos", comenta a 20minutos el chico, que no desea estudiar en España, pese a que algunas reconocidas universidades "ya se han interesado por él", asegura su madre, María José Arcas-Sariot, que señala que el sistema de Oxford es "muy distinto" al español, de "clases cada mes y medio y una semana libre", por lo que podrá viajar a menudo a España, donde asegura que volverá en un futuro para trabajar. Aún no tiene planeado dónde quiere hacerlo, pero sí que será "investigador o catedrático" y "en Granada", asegura.

Pronto visitará la universidad, en la que ya le han asignado un tutor y una residencia (college), la suya tiene gimnasio, algo que le hace especial ilusión, ya que en Granada acude casi tres horas al día con sus amigos. Podrá ir en su tiempo libre, el que le dejen las clases de Computer Science, la carrera que estudiará allí, que aunque "traducido literalmente es Ciencias de la Computación", podría equipararse al doble grado de "Matemáticas e Ingeniería Informática".

Sus padres tienen "algo de miedo", pero la alegría sobre la "oportunidad" que supone estudiar en Oxford prevalece. "Es un privilegio", exclama su madre, que siempre ha depositado en él toda la confianza que, a su vez, transmite Miguel con su templanza y seguridad a la hora de afrontar este cambio, que supone para él un sueño cumplido. Está convencido de que todo va a ir bien y "lo que no sepa, lo aprenderé". Allí hay comedor, pero si tuviera que prepararse la comida, sabe "lo básico", podría "sobrevivir" y "más o menos me manejo". Lo de irse a vivir solo le da "algo de pena", pero no le preocupa demasiado porque siempre ha sido "muy independiente".

Miguel Donaire, estudiante de Granada que con 15 años ha sido aceptado en Oxford
Miguel Donaire, estudiante granadino que con 15 años ha sido aceptado en Oxford
María José Arcas-Sariot

Inscribirse en Oxford fue una decisión de Miguel, que ha realizado solo todo el proceso de solicitud. La primera vez que lo intentó tenía "12 ó 13 años". En aquel momento le dijeron que lo intentara más adelante por su edad y, dos años después, lo han aceptado. Se enteró de la noticia hace unos días, relata a 20Minutos con cierta timidez: "Estaba en clase de matemáticas, se lo dije un poco a mi profesor, y ya en casa lo celebré un poco más", asegura, y ahora, después de una semana, "lo veo más normal".

Precisamente en esta materia, las matemáticas, es en la primera que empezó a destacar desde pequeño, cuando con solo tres años, en primero de Infantil, demostró una habilidad extraordinaria. "Cuando los niños empiezan a sumar dos más dos, él era capaz de hacer sumas con cuatro o cinco cifras y escribía los números al revés, como si fuera en espejo", pero su profesor les dijo que no se preocuparan, que ya escribiría derecho, como así fue. Más tarde empezó a interesarse por la programación y con unos siete años comenzó a recibir clases de un profesor de la Universidad en casa. Con 11 ya dominaba con facilidad programas complejos.

Dos años antes, con nueve años, le detectaron la "sobredotación" en el colegio. Fue tras un episodio dramático. "Su padre se puso enfermo y les pedí que se portaran bien, que tenía que estar en el hospital con papá" y, unos ocho meses después, "Miguel llegó a casa con la piel de las manos arrancadas". Al preguntarle su madre que le había pasado, pensado que se habría caído o quemado, Miguel confesó: "Me aburro mucho en clase, no puedo más". No lo había dicho antes "para no molestar, porque papá estaba malito", añadió.

Un alumno autodidacta

Hasta ese año le habían dejado avanzar a su ritmo en el colegio, era "tranquilo y cuando terminaba un libro cogía otro para seguir" aprendiendo, siempre de forma autodidacta, y "no generaba una alteración en la clase". A partir de entonces, pusieron en marcha la adaptación curricular oficialmente. Les plantearon diferentes opciones, desde refuerzos hasta subirle de curso, pero fueron reacios a esto último porque les daba "miedo que se perdiera su infancia". 

"Su inteligencia siempre la iba a tener", pero aunque tuviera mucha capacidad por aprender, "la madurez va con los años y meter a un niño pequeño que cree en el Ratón Pérez en una clase de Secundaria que ya no cree, rompe su inocencia", reflexiona María José tras contar cómo era su rutina: "Cuando llegaba a casa, hacía la tarea en cinco minutos y el resto del tiempo lo tenía para dedicarse a lo que más le gustaba y le apetecía aprender".

No fue hasta que murió su abuelo, cuando con 12 ó 13 años años les pidió a sus padres dar ese salto: "Mamá, no se cuándo me voy a morir, el abuelo se ha muerto de pronto y yo no quiero perder mi tiempo, así que o me dejas irme a la Universidad o dejo de estudiar", les espetó a sus padres con una insólita madurez. Y añadió: "Mamá, imagínate que a ti te ponen a sumar dos y dos son cuatro todos los días de tu vida durante años, yo me estoy volviendo loco". 

Es la frase demoledora que le dijo a su madre entonces para expresar cómo se sentía. Así, tras un proceso burocrático y bajo la supervisión de la Junta de Andalucía y del colegio, que incluyó diferentes análisis psicológicos y psicopedagógicos, pasó de 2.º de ESO directamente 1.º de Bachillerato, aunque para entonces ya había aprendido todo lo que se imparte en el colegio.

Más allá de su inteligencia, lo que más le enorgullece a su madre de él es "lo buena persona y honesto que es, amigo de sus amigos, buen hermano, buen hijo". Es difícil encontrar algún defecto en Miguel, que termina confesando a este medio que, aunque obtiene buenas notas en todas las asignaturas, el arte es su punto débil. Tampoco le entusiasman los idiomas, pese a ser bilingüe desde muy pequeño, pues todo el contenido que consume, siempre desde el ordenador, es en inglés. 

La lectura tampoco le atrae demasiado, salvo "el manga y el anime", lo que le ha llevado a aprender "un poquillo" de japonés. También le gusta practicar deporte, los videojuegos, y sobre todo, la programación y las matemáticas, afición que comparte con su hermana, que también ha sido ejemplar en el colegio y estudia el doble grado de Matemáticas y Física en Granada.

Miguel Donaire tiene entre sus aficiones ir al gimnasio, salir con sus amigos, el manga y el anime, la programación y las matemáticas
Miguel es aficionado al gimnasio, el manga, la programación y las matemáticas
María José Arcas-Sariot

Aunque pueda parecer lo contrario, "no lo hemos tenido difícil, aunque sí hemos tenido que estar muy atentos a él" porque, como cuenta su madre, "ha habido que hacerle un traje a medida a nivel educativo". "La gente piensa que este tipo de niños es raro", pero al margen de ser "superdotado", término con el que se encuentra más identificado, es un joven "completamente normal y sociable como cualquiera, con amigos de todas las edades", incide María José. 

Pocos meses le quedan a este joven talento andaluz para comenzar esta extraordinaria aventura en la que admite que echará de menos a sus padres, pero con el convencimiento de que regresará a su tierra.

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