La depresión post-Erasmus, ¿un trastorno real o un simple síndrome post-vacacional?

  • Después de la experiencia muchos jóvenes crean un gran rechazo hacia su vida anterior con síntomas depresivos.
  • Isabel, de 23 años, asegura que siente "un vacío muy grande": "Dudo que vuelva a estar así de feliz".
  • Algunas psicólogas valoran la afección y explican cómo suavizarla: "Nos preparan para irnos, pero no para volver".
Isabel, en Lisboa y Judit, en Chile, en algunos de sus viajes alrededor de sus destinos erasmus.
Isabel y Judit, ex estudiantes erasmus, en sus respectivos destinos: Portugal y Chile.
CEDIDA
Isabel, en Lisboa y Judit, en Chile, en algunos de sus viajes alrededor de sus destinos erasmus.

Todo se acaba, pero hay algunos finales más fáciles de enfrentar que otros. Una beca, un destino extranjero, conocer gente nueva, viajar, independencia... Muchos definen el Erasmus como una 'realidad paralela' y cuentan que, cuando esta acaba, provoca en algunos un estado psicológico de melancolía y rechazo con síntomas parecidos a los de una depresión: irritabilidad, tristeza, sensación de vacío... Lo conocido como depresión post-Erasmus.

Isabel Fresco, de 23 años y natural de Córdoba, estuvo viviendo 10 meses en Lisboa cursando Medicina como estudiante erasmus. "Durante la experiencia he echado mucho de menos a mi familia y a mis amigos, pero después de estar en Portugal me he dado cuenta de que tendrían que cambiar muchas cosas para que fuera tan feliz, o una mínima parte, de lo que he sido allí", explica la joven a 20minutos

"Vivía disociada en una burbuja, con viajes y experiencias nuevas cada día. En un mes de intercambio pasan las mismas cosas que en un año de la vida real. Hay miles de planes donde elegir, miles de personas que conocer y acabas quedándote con lo que más te gusta y más se adapta a ti. Nunca me he sentido tan yo misma como lo he sido en Lisboa", cuenta la cordobesa. 

La vuelta a la realidad

Respecto al fin del intercambio, Isabel confiesa que fue "muy duro" y que, cuatro meses después, aún sigue estando "en proceso de adaptación". "Yo sí que considero que estoy sufriendo la famosa depresión post-Erasmus y he buscado ayuda profesional. Mi vida anterior no me disgustaba, pero siento un vacío muy grande a todos los niveles y pienso que nunca voy a volver a estar así de feliz", confiesa la joven. 

"Poco a poco vuelvo a salir con mis amigos y estoy volviendo a cogerle cariño a mi ciudad, pero mis objetivos de vida han cambiado completamente. Antes estaba convencida de que mi futuro estaba en Andalucía, ahora me planteo irme hasta a Australia a buscarme la vida y a seguir conociendo gente. Me he dado cuenta de que hay mucho más", concluye Isabel. 

"Siento un vacío muy grande a todos los niveles. Pienso que nunca voy a volver a estar así de feliz"

Judit Pinell, estudiante de Publicidad en Castellón, estuvo de Erasmus en Oporto ocho meses y después se fue de intercambio a Chile otros seis. La joven explica que la "primera vuelta a casa" no le costó mucho porque sabía que se volvía a ir, pero que la vuelta de Chile fue "mucho peor" porque ya era consciente de que ese tipo de vida "llegaba a su fin". 

"Estuve unos días bastante triste, pero tengo la suerte de que mi vida anterior me gusta y no me costó tanto volver. Siempre he sido consciente de que es una experiencia que empieza y se acaba, por mucho que no quieras. Este planteamiento me ha ayudado a disfrutar al máximo y a adaptarme a la vida real sintiéndome afortunada por haber podido vivir algo así", confiesa Judit. 

¿Un trastorno real?

Elena Puig Guitart, psicóloga sanitaria y especialista en mindfulness, cuenta a 20minutos que ella se muestra reacia a considerar estos síntomas como "un trastorno en sí" porque defiende que se debe evitar "poner etiqueta a todo". Por tanto, valora los síntomas como una "dinámica de adaptación" que, en algunas personas, por sus problemáticas individuales, puede provocar "una bajada del estado de ánimo". "Es el cuerpo diciéndoles que algo no está demasiado bien en su vida. Cuestionarse esto es duro, pero muy beneficioso", explica la terapeuta.

"Pasar del aburrimiento a una bajada de estado de ánimo es algo usual, pero transitorio y, sobre todo, normal"

"Cuando vuelves a casa después de esta experiencia, no eres el mismo. Has cambiado. Pero tu familia, tu pareja, tus amigos sí que son los mismos. Este es el primer choque de realidad: no solo sientes añoranza por lo que convertiste en 'casa', sino que tu casa real no es ni podrá ser una fuente de estímulos tan potente como el Erasmus. Pasar del aburrimiento a una bajada de estado de ánimo es algo usual, pero es transitorio y, sobre todo, es muy importante recalcar que es normal", desarrolla Elena.

"Tengo muchos estudiantes que han realizado o se están preparando para su Erasmus, y para todos ellos la experiencia es transformadora en positivo. Si alguien llega de su intercambio y desarrolla una depresión, hay que actuar a un nivel más profundo, porque el motivo de la depresión no es solo el regreso, hay algo más", explica la especialista.

Cristina Núñez, psicóloga valenciana especializada en autoestima, ansiedad y relaciones de pareja, también defiende que "la depresión post-Erasmus no es un trastorno por sí mismo". "Los síntomas depresivos los causa el shock con el que te encuentras al volver a casa y te das cuenta de que, lo que te encuentras, o no te gusta o te gusta mucho menos que tu vida de intercambio", aclara la psicóloga. 

"Podría ser incapacitante en situaciones en las que el joven tenga poca tolerancia a los cambios"

"Cabe recalcar que la intensidad de los síntomas depende de los factores individuales de cada persona, pero suelen sufrirlos con más intensidad los jóvenes con poca gestión de las emociones en situaciones desconocidas, personas con dificultades de adaptación y con una situación complicada a cualquier nivel en su residencia habitual. Podría llegar a ser incapacitante en situaciones en las que el joven tenga una mínima capacidad de tolerancia a los cambios", desarrolla Cristina. 

Prevención y tratamiento

Para evitar este síndrome o para buscar suavizarlo, la terapeuta aconseja "intentar mejorar la vida en el país de residencia para poder disfrutar de una plenitud sin necesidad de evadirse". Además, también cree potencialmente positivo "seguir en contacto con las personas que conocieron durante el intercambio" y "establecer nuevos objetivos y metas a corto y largo plazo para proporcionar un sentido renovado a su vida".

Asimismo, Marta Higueras, psicóloga clínica y psicoterapeuta psicoanalítica, destaca que "la tristeza no es patológica, es el coste a pagar por la pérdida de un bien muy preciado". Por eso resalta la importancia de "integrar el dolor de la pérdida como parte de la propia experiencia". "Los procesos de adaptación estresantes arrasan el cuerpo y la mente. Si pasados aproximadamente dos meses la persona no remonta o incluso empeora, habría que pensar en una dificultad que tal vez requeriría ayuda profesional", asegura la psicóloga. 

Para suavizar los síntomas o prevenir su aparición Marta recomienda "tomarse el tiempo necesario para que el organismo y la mente se acomoden al presente y a las nuevas rutinas". "Es muy importante desarrollar actividades de disfrute, planear reencuentros y avivar las relaciones personales que ya tenías anteriormente. Además, es positivo informarte de cómo te puedes sentir antes de regresar a tu país para que no te pille por sorpresa. Nos preparan para irnos, pero pocas veces para volver", asegura la psicoterapeuta. 

"Nos preparan para irnos, pero pocas veces para volver"

"El hecho de haber salido de casa es transformador, hay que valorar esa experiencia y trabajar la paciencia con uno mismo y con los demás. Haber vivido esa etapa de la vida en ese momento concreto habrá desarrollado habilidades académicas e intelectuales que se deben ver como una oportunidad bien aprovechada", concluye la especialista. 

Elena Puig, respecto a cómo tratar estos síntomas, recomienda "aceptar el proceso" y, si "se extiende en tiempo en intensidad", acudir a un profesional. "Igual que cuando me rompo un dedo voy al traumatólogo, si siento un dolor emocional, voy al psicólogo. Al psicólogo no se acude solo por enfermedades o por traumas intensos. Al psicólogo se puede acudir de forma puntual para solucionar un tema como este", asegura la psicóloga.

"Si en las sesiones con tu psicólogo surgen más temas que tratar, es el momento de ver que la vuelta a casa ha visibilizado aspectos de tu vida que no están suficientemente bien. Si es así, bendito Erasmus, porque te ha regalado una gran experiencia y, además, te ha brindado la oportunidad de abrir los ojos y de trabajar en ti".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento