El tope al precio de la luz espera otra prórroga más allá de 2023: Bruselas ya la estudia y Ribera la quiere "hasta que sea necesario"

Una factura de la luz, en una foto de archivo.
Una factura de la luz, en una foto de archivo.
Europa Press
Una factura de la luz, en una foto de archivo.

El mecanismo ibérico, el límite al precio de la electricidad que el año pasado logró contener el coste de la luz en España y Portugal, podría seguir en pie más allá del 31 de diciembre, la fecha en la que debe expirar. La Comisión Europea estudia ya una posible extensión de esta y otras medidas de emergencia que la UE tomó el año pasado para amortiguar la crisis de precios de la energía y reducir su dependencia de Rusia que provocó la guerra en Ucrania, en este caso ante la inestabilidad geopolítica, también con efectos en la energía, por la situación en Oriente Próximo. Antes de que tome una decisión, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, ha dejado claro este miércoles que España apoyará una extensión "hasta que sea necesario".

"Mi inclinación natural es que, dado que no ha generado distorsiones en  y ha funciona bien, se extiendan hasta cuando sea necesario todas las medidas", ha respondido Ribera a una pregunta del eurodiputado Nicolás González Casares sobre la posible extensión más allá de final de año del mecanismo ibérico y también de otras medidas como el ahorro de consumo de gas o electricidad, de cara al próximo invierno y ante la incertidumbre que, un año más, existe en el mercado del gas debido a los sabotajes de infraestructuras que González ha recordado que sigue habiendo en el Báltico o la "complicada situación geopolítica".

Ribera ha defendido prorrogar las medidas durante una comparecencia en la comisión de Industria, Transporte y Energía del Parlamento Europeo, solo un día después de que la comisaria de Energía, Kadris Simson, afirmara que la Comisión ya está estudiando esta posibilidad. "Consultaremos con nuestros servicios y si es necesario prolongar las medidas, estamos dispuestos a hacerlo", dijo.

De momento, la UE no necesita comprar más gas porque tiene sus almacenes llenos al 98%. Tras reducir un 90% su dependencia al gas ruso, diversificar proveedores y lograr un despliegue récord de eólica y fotovoltaica para suplirlo en parte, afrontaría un invierno tranquilo desde el punto de vista de la energía si no fuera porque la crisis entre Israel y Hamás ha venido a recordarle los vaivenes del año pasado por la guerra en Ucrania, que todavía perdura.

Por este motivo, Bruselas está analizando si proponer a los Veintisiete extender más allá del 31 de diciembre las medidas excepcionales que tomó el año pasado. Entonces, los Estados miembros se comprometieron a recortar voluntariamente en consumo de gas y electricidad y hacerlo obligatorio si se producía una situación de desabastecimiento en varios países que finalmente no ocurrió. Gracias a ello, la UE redujo su demanda de electricidad un 18% el año pasado.

También fueron medidas de emergencia la creación de una tasa sobre las compañías energéticas, para redistribuir parte de sus beneficios extraordinarios, que España extendió también a la banca. Igualmente lo fue el límite de 180 euros MWh al que se pagaría la electricidad de fuente renovable o nuclear si el gas se volvía a disparar por encima de ese precio. 

Esta última medida, que costó mucho acordar en la UE y que después no ha tenido que ser nunca utilizada, es la que acaba de sentar un precedente de cara a una eventual prórroga de las demás medidas. El acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico que alcanzaron los Veintisiete la semana pasada contempla una prórroga del tope de 180 euros de seis meses, hasta junio de 2024. 

Contención del precio de la luz

De manera específica para lo España y Portugal y tras todo una ofensiva diplomática por parte de sus dos gobiernos, en marzo de 2022 lograron luz verde para fijar un tope al precio de la electricidad que se generase con tecnologías distintas al gas, de modo, de manera excepcional, se desacoplara el precio de esta materia prima -que llegó a multiplicar por cinco y por seis su precio el año pasado- del resto de la electricidad, producida con fuentes más baratas. El llamado 'mecanismo ibérico' ponía un tope al precio del gas -y por tanto, del resto de tecnologías- al que pagaría toda la electricidad, compensando solo a los operadores de las centrales de ciclo combinado por el precio real del gas del mercado.

El mecanismo empezó en junio de 2022, en principio hasta mayo de 2023, con un límite inicial de 40 euros/Mwh durante los primeros seis meses, que después escalaría hasta los 48 a finales de 2022, pero cuya cadencia se modificó por la primera prórroga que España y Portugal lograron, para extenderlo, no un año como quería España, sino otros seis meses, hasta el 31 de diciembre próximo. El tope para octubre se marcó en 62 euros el megavatio y terminaría octubre en 65. Esto quiere decir que el mecanismo ibérico solo se pondría en marcha para limitar el precio del gas cuando superase esos umbrales y lo que ha hecho que, con la bajada del gas por debajo de los topes progresivos para cada mes dejase de utilizarse por primera vez en noviembre de 2022 y no se haya vuelto a activar desde febrero de 2023. 

En todo caso, el balance de su funcionamiento es que ha servido para al menos contener el precio de la electricidad en España y Portugal en comparación con los que marcó en los peores momentos de la crisis en otros países de la UE. El Gobierno cifra en entorno a 5.000 millones el ahorro para hogares e industria, a pesar de que, cuanto más caro fue el gas más elevadas fueron las compensaciones que los consumidores tuvieron que pagar por la diferencia entre el precio limitado y el real, que en algunas ocasiones hicieron que el ahorro fuera nulo. 

El mecanismo ibérico no ha estado exento de polémica desde su nacimiento. El PP lo calificó de "timo ibérico" y en su programa electoral para las generales del pasado julio proponía eliminarlo. Las eléctricas se enfrentaron con el Ministerio de Transición Ecológica haciendo pasar en la factura de la luz el coste de la compensación por una nueva tasa que tuvo que ser corregido.

En todo caso, la comparación durante la segunda mitad de 2022 entre el precio que marcaba la electricidad en España y Portugal y países como Francia, Alemania o Italia daba muestra de que el mecanismo consiguió que el elevado precio del gas no se contagiara al resto de la electricidad. Sus mejores días fueron aquellos en los que había mucha fotovoltaica o eólica, que se pagaban al precio tope y por eso necesario comprar poco gas, de modo que el coste de la compensación era bajo.

Decisión en diciembre

El precio del gas está lejos de los picos de 2022 pero el conflicto entre Israel y Hamás ya está generando tensiones de producción y transporte de gas, en Israel y Egipto, y ya ha provocado nuevos picos de precios que, sin llegar al umbral de 62 euros en octubre -este miércoles marcaba 45 euros-. Esto ha vuelto a poner en alerta en Europa, tanto a gobiernos como el español, que ya este año ya quiso prorrogar el mecanismo ibérico durante todo 2024, como a instituciones más reticentes a intervenir el mercado, coma la Comisión Europea.

Como ya hizo cuando la bajada del gas dejó en suspenso este y otros topes hace unos meses, Ribera ha defendido este miércoles una nueva prórroga como advertencia al mercado de que no se permitirá que el precio del gas vuelva a desbocarse y, con él, el precio de toda la electricidad, aunque sea  de fuentes más baratas. 

Eliminar esta y otras medidas de emergencia para contener el precio de la electricidad, ha dicho, "es también una señal a los mercados de la que luego nos arrepintamos".

De momento, la Comisión está evaluando si la situación hace necesario prorrogar las medidas de emergencia. Si decide plantearlo, los ministros europeos de Energía tendrán que aprobarlo antes de fin de año, hasta cuando Ribera seguirá siendo Presidenta del Consejo. Teniendo en cuenta  lo que sucedió en la primera prórroga del mecanismo ibérico, cabe pensar que se reordenarían los topes mensuales al precio del gas para el nuevo periodo que se acordase.

La próxima y última cita formal de los ministros de Energía será el 19 de diciembre, aunque Ribera ha dejado claro este miércoles que no le tiene miedo a convocar otras reuniones extraordinarias para sacar adelante este y otros acuerdos todavía pendientes, como la reforma del mercado de la electricidad o la directiva para reducir las emisiones de metano, que actualmente negocia con el Parlamento Europeo.

"Terminamos diciembre de 2022 con el edificio del Consejo abriéndose solo para consejos de Energía. No tengo inconveniente en celebrar la Navidad con todos ustedes" , ha advertido.

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