Cerca del abismo climático: el calentamiento global está a 0,3º del tope de 1,5 y escalará a 2,4 en 2100 sin más renovables y menos gas

Evolución de la temperatura en España desde 1990.
Evolución de la temperatura en España desde 1990.
Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Evolución de la temperatura en España desde 1990.

El calentamiento de la tierra se sitúa ya en 1,2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales y por tanto se sitúa solo a tres décimas de alcanzar el límite del 1,5 que la comunidad internacional se conjuró en 2015 a no superar, so pena de llegar a un punto de no retorno en el que el cambio climático provocara consecuencias aun más devastadoras de las actuales. Así lo corrobora la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en su Informe Anual 2023 que se presenta este este martes, a poco más de un mes de que empiece la Cumbre del Clima de Dubái, ante la que reclama triplicar la instalación de energías renovables, doblar la eficiencia energética y empezar a retirar los subsidios a los combustibles fósiles, para que existan posibilidades de poner freno al calentamiento global. Si las emisiones de CO2 continúan al ritmo actual, calcula que en 2100 podría ascender a 2,4º, lo que provocaría "impactos muy severos" y "generalizados" del cambio climático en todo el mundo.

Como resumen de 2023, la IEA combina elementos positivos y con otros más inquietantes, para concluir un escenario que, aunque tiene elementos esperanzadores el mundo no evitaría sobrepasar con mucho el límite de 1,5º de calentamiento con respecto al siglo XIX.

En el primer caso, este organismo ve una mejora de la crisis energética que provocó la guerra en Ucrania el año pasado y el buen comportamiento de despliegue de renovables -sobre todo, fotovoltaica- y del coche eléctrico. También, que la tendencia apunta a un descenso del uso de combustibles fósiles, que podría alcanzar el pico antes de 2030 y dejar atrás su hegemonía durante décadas, en las que fue el 80% del suministro e energía, para empezar a declinar al 73% para 2030. 

También ve con "esperanza" que desde 2020 las inversiones en energía limpia han crecido un 40%. Si hace tres años uno de cada 25 coches vendidos en el mundo era eléctrico, hoy lo es uno de cada cinco. Además, 2023 volvió a batir un nuevo récord de nueva potencia instalada renovable, con 500 gigavatios (GW).

Rusia pierde su hegemonía por el GNL

Este despliegue, apunta, es bueno para reducir las emisiones de CO2 y también para la seguridad del suministro energético, sobre todo de países importadores de combustibles fósiles, como son los de la UE, que el año pasado se vio sometida al previsible corte desde Rusia. En este sentido, la IEA constata una progresiva desaparición de la posición que hizo tan poderoso a Moscú: mientras espera una disminución del consumo de gas en Europa a cambio de las renovables -"la demanda de gas se ha ralentizado considerablemente desde su 'edad de oro' delos años 2010", dice el informe-, también debido al despegue del gas natural licuado que, aunque va en el sentido contrario a abandonar el consumo de gas, ha situado a países como Catar y Estados Unidos en el podio de exportadores por barco. 

"El exceso de gas natural licuado significa oportunidades muy limitadas para que Rusia asegure mercados adicionales", dice en relación a la vista que, cerrado el mercado de la UE, Moscú podría en otras regiones.

En este sentido, la IEA pide "vigilar la seguridad del gas y el petróleo" teniendo en cuenta las crisis geopolíticas. "Una tensa situación en Oriente Próximo es un recordatorio de los peligros en los mercados petroleros un año después de que Rusia cortara sus suministros de gas a Europa", apunta.

Gasto en energía de los hogares

Además de para reducir emisiones y por la seguridad energético, a IEA defiende las renovables como una manera de reducir la factura energética, algo especialmente necesario durante la crisis de precios que empezó el año pasado. En este sentido, España aparece en su informe como uno de los países donde fue evidente el alza de precios de la energía en los hogares entre 2021 y 2022.

Incremento del precio de la energía en los hogares en 2022 en comparación con 2021, antes de la crisis energética.
Incremento del precio de la energía en los hogares en 2022 en comparación con 2021, antes de la crisis energética.
Agencia Internacional de la Energía

En total, dice que en 2022 los gobiernos se gastaron 900.000 millones de dólares en medidas de apoyo para paliar el elevado precio de la energía, en una crisis que, aunque no fue "una crisis de energía limpia", terminó centrándose en ella, como manera de superarla. En este sentido, y aunque la apuesta por las renovables de la AIE es clara, el organismo también incluye la energía nuclear y las capturas de carbono como soluciones.

Redes eléctricas y nuclear

"Más inversiones en redes robustas y digitalizadas tienen que acompañarse por baterías y respuestas a las demandas para flexibilidad a corto y medio plazo, incluida la energía hidráulica, la nuclear, la captura de carbono, la bioenergía, el hidrógeno y el amoniaco", enumera.

Con respecto a la reclamación a los países para que inviertan más en redes de transporte eléctrico, España aparece en el Informe Anual de la IEA como uno de los países que más lo necesita. "Muchas economías avanzadas, incluidas Italia, España, Reino Unido o Estados Unidos, padecen atascos en las conexiones eléctricas para proyectos de eólica y fotovoltaica. Procesos de autorización, planificación y remuneración de las inversiones son claves que requieren atención política", dice el documento.

A pesar de que el gas sigue siendo una de las principales energías y del empuje del gas natural licuado, la IEA destaca el desarrollo de las energías limpias, como la venta de coches eléctricos en Estados Unidos, la de bombas de calor -en lugar de calderas de gas- en Europa o los proyectos fotovoltaica y de eólica marina en China. También subraya que "han mejorado las perspectivas de energía nuclear en mercados líderes", apoyando la extensión de la vida útil de reactores en Japón, Corea o Estados Unidos, además de los nuevos en construcción en "muchos más países".

Lejos de los objetivos

Unido a que la IEA constata en 2023 "signos de cambio de dirección" hacia un menor consumo de combustibles fósiles, advierte también de que la situación actual, en la que los países no tomaran más medidas de las ya puestas en pie, está "lejos de ser suficiente para alcanzar los objetivos climáticos". Advierte de que las actuales inversiones en gas y petróleo casi dobla el nivel que se necesita para llegar en 2030 a cero emisiones netas, porque, además, la demanda de combustibles fósiles por parte de los países en desarrollo sigue siendo "muy fuerte".

Para ello, reclama terminan con la financiación de los combustibles fósiles, empezando por el final de los subsidios y abordar "todos los aspectos del sistema de la energía limpia". "Electrificación limpia, mejoras en la eficiencia y paso de combustibles bajos en carbono a otros libres de él son claves disponibles en países en desarrollo y economías emergentes", dice la IEA, que de cara a la COP28 que se celebrará en Dubái de0 30 de noviembre al 12 de diciembre pide triplicar la instalación de renovables y duplicar la eficiencia energética.

China como creadora de tendencia

China representa la gran incertidumbre, que en el pasado ya ha demostrado su capacidad para influir en las tendencias energéticas mundiales y que ahora la IEA cree lo volverá a hacer. Con su economía "alcanzando un punto de inflexión", el organismo apunta que la "saturación" de un sector de la construcción llevado a su pico podría reducir la demanda de sectores que requieren gran demanda de energía como el del acero y el cemento. 

Además, apunta que en estos momentos lidera la potencia instalada de energía limpia, con alrededor de la mitad de la nueva potencia instalada de eólica y fotovoltaica y más de la mitad de las ventas de vehículos eléctricos en 2022 en todo el mundo.

De su crecimiento económico dependerá en buena medida lo que suceda en todo el mundo en el ámbito de la energía, dice la IEA. "El momentum detrás del crecimiento económico de China está menguando y hay un mayor potencial de caída para los combustibles fósiles si la ralentización es mayor", dice al contemplar que si el crecimiento chino se sitúa por debajo del 4% previsto al año para 2030, cada punto porcentual menos de crecimiento amplificaría la caída global de la demanda en combustibles fósiles o importaciones de gas natural licuado, de un 5 u 20% respectivamente, "con mayores implicaciones en los equilibrios globales".

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