Sumar intenta no quedar arrinconado en las conversaciones con el PSOE pese a su complicada posición negociadora

La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
EFE
La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

Sumar se mueve para intentar ganar capacidad de maniobra en las negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. Una vez fracasado, como estaba previsto, el intento de Alberto Núñez Feijóo de alcanzar la Moncloa, las conversaciones entre los socialistas y la coalición que lidera Yolanda Díaz han entrado en su fase decisiva, y ambos partidos se han conjurado para tener cerrado un acuerdo antes de que termine octubre. Sobre la mesa, además del reparto de ministerios, se encuentra el programa de la eventual coalición. Y Sumar ha intentado elevar en la última semana la presión sobre el PSOE para desatascar unas conversaciones en las que su posición negociadora es más bien débil.

Ambas formaciones llevan intercambiándose documentos desde hace un par de meses, prácticamente desde el día posterior a las elecciones del 23 de julio. Pero, hasta ahora, ha habido pocos avances: el PSOE ha preferido centrarse en una negociación discreta con Junts y ERC sobre la amnistía, y fuentes de Sumar aseguran que las propuestas programáticas que les han ido enviando a los socialistas han sido devueltas a los pocos días llenas de tachones. En público y en privado, los dirigentes de la coalición reconocen que, en lo relativo a medidas sociales, hay muy pocos avances. Y eso preocupa a una formación que teme que el PSOE quiera una legislatura mucho menos profusa legislativamente que la anterior.

De ahí que Díaz, muy reacia a hablar de su socio de Gobierno en público, haya deslizado que los socialistas quieren "consolidar" medidas ya aprobadas mientras Sumar busca "ganar nuevos derechos". Una crítica que expresó con mayor contundencia el negociador jefe de la coalición, el también secretario de Estado de Derechos Sociales Nacho Álvarez, que aseguró que a su organización no le "vale cualquier Gobierno", sino que el Ejecutivo que se conforme debe ser "ambicioso" y "que no se conforme con lo hecho esta legislatura".

El gran problema de Sumar es que su intento de presionar al PSOE parte de una posición muy complicada. Todos los dirigentes de la coalición que lidera Yolanda Díaz admiten en público y en privado que el único escenario que contempla Sumar es llegar a un acuerdo, puesto que no hacerlo supondría forzar una repetición electoral y arriesgarse a un Gobierno de PP y Vox. Y, como la coalición no puede utilizar como herramienta de presión la posibilidad de negarse a firmar un pacto, el PSOE tiene las manos mucho más libres para rechazar sus propuestas.

Para intentar compensar esta debilidad y de paso conseguir foco, Díaz y los suyos están intentando mostrarse públicamente como los garantes de que el próximo Gobierno tenga un programa social ambicioso. En los últimos días, Sumar ha planteado someramente sus prioridades para la negociación, en las que hay fundamentalmente, aunque no solo, medidas de ámbito laboral, como la reducción de la jornada de trabajo. La coalición también ha reclamado profundizar en las políticas de vivienda y el control de los precios de los alimentos básicos.

No obstante, por ahora esas reclamaciones han caído en saco roto. Buena muestra de ello es que el ministro de Agricultura, el socialista Luis Planas, dejó claro este viernes que, a su juicio, "poco puede hacer" la Administración para controlar el precio del aceite de oliva ante el "tobogán de oferta y demanda". Díaz, no obstante, ha apostado públicamente por aplicar la ley de comercio minorista, que permite al Gobierno fijar los precios máximos de los bienes de primera necesidad, como se hizo con las mascarillas durante la pandemia.

Sumar también está intentando buscar protagonismo en la negociación de la amnistía, un asunto que está llevando con mucha menos discreción que el PSOE, que incluso se niega a pronunciar el término pese a que lleva meses en conversaciones para concretar la medida. El próximo martes, Díaz y los suyos presentarán en un acto público en Barcelona su propuesta para poner en marcha esta ley de amnistía. Y este viernes ya se dio a conocer detalles como que los policías que participaron en las cargas del 1-O estarían incluidos en la medida o que exoneraría a personas que no han sido los máximos responsables de conductas punibles, además de a los grandes dirigentes del procés.

El PSOE, sin embargo, sigue evitando dar un papel protagonista a Sumar en este asunto. "Se trata de un documento sin duda respetable, pero no es la posición" de los socialistas, que son precisamente quienes están llevando el peso de la negociación sobre la amnistía, se limitó a señalar este viernes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Y el propio presidente Pedro Sánchez restó peso a la propuesta de Sumar asegurando que el PSOE la conoce "como conoce la propuesta de otros partidos sobre la amnistía". "Habrá acuerdo cuando todo esté acordado", avisó.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento