Un estudio sobre perros revela que el compañerismo social ayuda a que las mascotas envejezcan más saludables

  • Dog Aging Project resalta la necesidad de prestar más atención al papel del entorno social en la salud y las enfermedades de los perros domésticos.
En el estudio de Dog Aging se revela que las relaciones sociales que establecen los perros entre sí, con otros animales y con las personas de su entorno, tiene fuertes beneficios en su salud y proceso de envejecimiento.
En el estudio de Dog Aging se revela que las relaciones sociales que establecen los perros entre sí, con otros animales y con las personas de su entorno, tiene fuertes beneficios en su salud y proceso de envejecimiento.
Monika Simeonova. Unsplash
En el estudio de Dog Aging se revela que las relaciones sociales que establecen los perros entre sí, con otros animales y con las personas de su entorno, tiene fuertes beneficios en su salud y proceso de envejecimiento.

El proyecto de envejecimiento canino, conocido como Dog Aging y dirigido por varias facultades de medicina en Estados Unidos, tiene como objetivo analizar los factores que influyen en el proceso de envejecimiento en los perros. En esta línea, han publicado un reciente estudio que se centra en cómo la interacción social influye en el proceso de envejecimiento de estos animales.

Mientras que diversos estudios han demostrado los beneficios de la exposición social en la salud humana, la nueva investigación liderada por Noah Snyder-Mackler, un doctor en psicología especializado en comportamiento animal, sugiere que también puede ser fundamental para la salud de los perros.

“Los animales con relaciones sociales más sólidas tienden a vivir vidas más prolongadas y saludables”, declaró el autor principal al Washington Post, resumiendo así las conclusiones clave de este estudio.

Un factor cinco veces mayor que cualquier otro

Para investigar cómo el entorno social influye en la salud de los perros, se realizó un estudio que involucró encuestas a 21.410 cuidadores caninos. A partir de esta amplia muestra, se identificaron cinco factores del entorno social que inciden en la salud de los perros:

  • El compañerismo social: tanto de personas como de otros animales
  • La situación económica familiar
  • La presencia de menores de edad en el hogar
  • La edad de los titulares de los perros
  • La estabilidad del entorno vecinal

Mediante herramientas estadísticas para analizar las respuestas recopiladas, el equipo de investigadores determinó el orden de relevancia de estos factores en relación con la salud canina.

Los resultados revelaron que los perros que mantenían interacciones sociales con otros canes, otros animales o personas, presentaban una mejor salud y síntomas de envejecimiento más reducidos. Sorprendentemente, el compañerismo social sobresalió en su impacto, siendo hasta cinco veces más influyente que los otros factores. Esta conclusión respalda y valida la importancia de la socialización, una noción defendida por la etología canina durante décadas, subrayando la necesidad de que los cuidadores y convivientes de perros trabajen en este aspecto desde el momento en que el animal llega al hogar.

Entre los resultados, también destacan otras lecturas valiosas. Por ejemplo, se observó que tener niños pequeños en el hogar impactaba negativamente en la salud del perro. Una estudiante que participó en el proyecto explica este fenómeno con sencillez: “Cuanto más tiempo dediquen los cuidadores a los niños presentes en el hogar, probablemente menos tiempo y esfuerzo puedan dedicarle a su animal de familia”.

Otro descubrimiento sorprendente fue que los perros provenientes de entornos económicamente más estables presentaban más enfermedades. Esta aparente contradicción se aclara fácilmente: un mayor acceso a la atención veterinaria entre las familias adineradas permite una detección más temprana de problemas de salud en sus perros.

La edad de los perros en relación con la de sus cuidadores también arrojó resultados inesperados. Los perros jóvenes parecían estar más saludables cuando vivían con personas de edades similares, indicando una cierta sincronía entre la edad de los perros y la de sus cuidadores.

Finalmente, los investigadores quisieron advertir de que, a pesar de los hallazgos, no todos los perros reaccionan igual a las interacciones sociales debido a diversas razones. Es fundamental ser conscientes de esto y evitar forzar relaciones que puedan causar ansiedad, miedo o estrés en los animales.

"Mi perro prefiere jugar conmigo y con una pelota antes que con otros perros", compartió una de las investigadoras del proyecto. Esto resalta la importancia de que los titulares lean e interpreten adecuadamente las señales de sus perros para satisfacer sus necesidades de manera adecuada.

Referencias:


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