La cuenta atrás está llegando a su fin y las esperadas elecciones generales del 23 de julio ya están aquí. Quedan menos de dos días para que los españoles elijan al próximo Presidente del Gobierno, y mientras muchos ya tienen claro su voto, otros decidirán su papeleta horas antes de entrar al colegio electoral. 

También habrá quienes no quieran votar a ningún partido y aún estén decidiendo de qué manera expresar su decisión en la votación para mostrar su descontento sin que su voto se pierda. 

Por eso, es importante saber la diferencia entre voto en blanco y voto nulo, ya que, aunque tienen en común que ninguno de ellos va dirigido a una fuerza política concreta, la manera de contabilizarlos puede aportar más o menos a un lado u otro de la balanza. 

¿Cómo se vota en blanco?

El voto en blanco es una participación válida en el proceso electoral, y es la única manera de mostrar la voluntad de no decantarse por ningún partido político. 

¿Se puede anular el voto por correo?

Para hacerlo, el elector debe introducir el sobre vacío en la urna, es decir, sin la papeleta. No obstante, si las marcas no están en su lugar, también podría contar como un voto en blanco. 

Tal y como indica la ley d'Hont, los votos en blanco se contabilizan como parte del porcentaje total de votos válidos, por lo que reducen el resultado obtenido por las fuerzas políticas, y debilitan el papel de aquellas formaciones con resultados por debajo del 3% de los votos válidos, es decir, las pequeñas. 

El voto nulo, ¿cómo ocurre?

A diferencia del voto en blanco, el voto nulo es aquel que no cumple con los requisitos mínimos determinados en la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, y cuando se hace de manera voluntaria, suele utilizarse como forma de protesta y descontento, pero ni beneficia ni perjudica a las formaciones políticas. 

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Durante el recuento total, no se tendrán en cuenta estos votos, ya que, como su propio nombre indica, son anulados. Algunas de las razones que pueden hacer que un voto se considere nulo están: las alteraciones en los nombres de los candidatos, los dibujos y caricaturas, los arañazos y roturas, o la inclusión de varias papeletas.