Vandea, o Vendée, es una región costera de Francia con una geografía muy variada, donde abundan las áreas pantanosas y los paisajes rocosos. En esta zona existía una arraigada afición por la caza de liebres en el siglo XIX, donde se usaban, con frecuencia, grifones vendeanos. Sin embargo, estos perros, más grandes, tenían dificultades para trabajar sobre el terreno y adentrarse entre los setos y la maleza densa, por lo que los criadores y aficionados a la caza buscaron un perro más ligero que se manejara con soltura en este tipo de paisajes.
Desde 1890 hasta la primera quincena del siglo XX, el pequeño basset grifón vendeano gozó de mucha popularidad en Francia y también obtuvo grandes éxitos en las primeras exposiciones de conformidad o belleza.
Con la llegada de la cinología moderna, y como ya sucedió con otros grupos de razas caninas, vieron necesario establecer estándares individuales y reconocer las distintas variedades, en este caso dentro del genérico grifón vendeano.
El PBGV, para acortar, es la variedad más pequeña del grupo de los grifones vendeanos, que comprende también al gran basset grifón vendeano, el briquet grifón vendeano y el gran grifón vendeano.
Con el declive genérico de conejos y liebres, la llegada de las guerras mundiales, y que la práctica de la caza también decayera en el viejo continente, el PBGV ha pasado décadas con un perfil muy bajo, algo que cambió a partir de 1991, cuando fue reconocido por el Kennel Club americano y que supuso que en Estados Unidos el interés por esta raza le diera una “segunda oportunidad”. Desde entonces, especialmente en los últimos años, ha tenido una creciente popularidad por su buen carácter y su entrada triunfante en el circuito de deportes caninos como el agility.
Fuertes y resolutivos
Advierten en la página del Club de América del Pequeño Basset Grifón Vendeano que no hay que dejarse llevar por su aspecto ni su personalidad extravertida. “Piensan que son adorables perritos falderos y pronto descubren que no es así”, recogen en su página.
Son perros de marcado carácter, muy ladradores y con una naturaleza protectora, que se muestran extremadamente sensibles ante el trato brusco y los castigos. Al margen de esto, los PBGV son un dechado de virtudes: dóciles con extraños, muy tolerantes en la convivencia con niños de todas las edades y otros perros (con gatos u otros animales domésticos es recomendable que se hayan criado juntos o se realice un proceso de adaptación), cariñoso con su familia, muy juguetón, poseen un nivel de energía alto y se adaptan a cualquier ambiente siempre que reciban la atención y el ejercicio que requieren. Además, su mantenimiento es bajo, sueltan poco pelo y bastará con un cepillado cada dos o tres semanas para evitar los enredos. Cabe señalar que al poseer pelo duro, necesitan acudir a un profesional en peluquería canina para que realice la técnica del stripping, y les retiren las capas de pelo muerto.
Para ampliar información se recomienda contactar con la Real Sociedad Canina de España (RSCE). Proponemos que se valore la adopción responsable de un perro con o sin raza, y dar una oportunidad a alguno de los animales que abundan en los centros de recogida y necesitan, de forma imperiosa, casas de acogida o adopción definitiva.
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