¿Puedo tener un zorro como mascota? Por qué, aunque sea legal, no deberíamos ni plantearlo

Un zorro tumbado en el césped.
Un zorro tumbado en el césped.
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Un zorro tumbado en el césped.

Los animales de compañía se han convertido en nuestros grandes compañeros de vida. Son partícipes de nuestras rutinas, están a nuestro lado cuando más lo necesitamos... Y no solo cuando hablamos de perros o gatos, las mascotas más habituales en los hogares, también podemos establecer vínculos muy fuertes con otras especies como las cobayas, los conejos o los hurones.

No obstante, a pesar de que se ha popularizado tener especies exóticas en los hogares, debemos saber que existen muchos casos en los que, ya sea por la naturaleza del animal o las condiciones en las que vive en la naturaleza, su tenencia en cautividad no es adecuada.

En una entrevista, hablábamos con Javier Fernández, veterinario y fundador del Hospital Animales Exóticos 24h, sobre la popularidad de los suricatos como animales de compañía y los motivos por los que no es recomendable tenerlos en el hogar, pero la realidad es que ocurre con muchas especies. Otro ejemplo son los zorros.

No es extraño toparse en Instagram con cuentas que comparten la vida diaria de zorros que viven en cautividad, en casas, realizando rutinas con sus tutores, como si fueran perros. Cierto es que existen zorros con un carácter más social (como los del experimento del genetista Dimitri K. Belyaev), pero no es lo común.

Por qué no debemos mantener zorros como mascotas

La Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA) explica claramente que mantener a un zorro en cautividad debería ser el último recurso, partiendo siempre de un caso extremo, como que nos encontremos un zorro huérfano, siendo siempre más adecuado reubicarlo en un centro de protección animal dedicado a la fauna silvestre o incluso en un santuario.

También existen estudios que han demostrado que la vida en cautiverio de los zorros (cualquiera de sus especies) limita considerablemente las conductas propias de la especie como desplazarse (los zorros dedican la mayor parte de su tiempo en caminar, correr y saltar en busca de alimento), las interacciones con otros miembros de su familia, ya que también establecen vínculos con otros de su misma especie; o el marcaje de territorio y las vocalizaciones.

Por lo tanto, si quisiéramos tener uno de estos animales en nuestra casa, tendríamos que poder proporcionarle un lugar lo suficientemente amplio para desplazarse, optar por tener al menos dos de ellos para cubrir sus necesidades sociales y asumir sus comportamientos de territorialidad (como el marcaje), los cuales podrían incluso llevarles hacia problemas de agresividad.

En muchas comunidades autónomas el zorro es considerado como un "animal silvestre mantenido en cautividad"

Pero no solo eso, la alimentación también puede convertirse en un problema ya que, para que el animal crezca y se desarrolle sin ninguna carencia nutritiva, tendrá que contar con una dieta compuesta por un 95 por ciento de carne, un 4 por ciento de insectos y lombrices y un 1 por ciento de frutas y verduras, tal y como expresan los expertos de The Fox Project.

A pesar de las dificultades, a día de hoy y hasta que la nueva Ley de Bienestar Animal entre en vigor y se sepa un poco más sobre el Listado Positivo de animales de compañía que regulará las especies que podrán mantenerse como mascotas y cuales no, es legal tener un zorro.

La normativa actual varía entre comunidades autónomas pero, en muchas de ellas, el zorro es considerado como un "animal silvestre mantenido en cautividad" y, por tanto, si se acredita su origen  y se tienen todos los papeles en regla, no estamos incumpliendo la ley.

No obstante, antes de plantearnos adquirir un zorro como animal de compañía debemos informarnos y sopesar si seremos capaces de cubrir todas sus necesidades y darles así una vida de calidad.

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